Ángela Leiva no solo brilla como participante de “La Academia” sino que también se medirá como actriz por primera vez en la nueva ficción de Pol-Ka. Su presente, es luminoso. Pero no todo han sido rosas sino un largo proceso en el que ella tomó decisiones.
Hace tres años, la artista tandilense decidió terminar la relación con quien era su pareja y mánager, Mariano Zelaya. Denunció violencia psicológica, manipulación y hasta estafa, porque perdió prácticamente todo lo que tenía.
Después de un tiempo de oscuridad, Ángela supo rodearse de quienes le mostraron otro camino de crecimiento. Y lo emprendió, aguerrida como el personaje que hará en “1-5/18”, la tira de Pol-ka protagonizada por Agustina Cherri, Gonzalo Heredia y Esteban Lamothe. En los próximos meses llegará a El Trece.
En esa misma pantalla se la ve por estos días, en el nuevo tanque que lidera Marcelo Tinelli, con todo lo que eso trae aparejado. “El hecho de estar en el Cantando el año pasado me fogoneó un poco en esto de la exposición que te da estar en los programas del prime time”, comienza diciendo Leiva.
–¿Y cómo te sentís esta exposición aún mayor de “Showmatch”?
–Yo tengo varios años de carrera ya, pero es cierto que la masividad que te da estar en un programa así es tremenda. La exposición tiene sus pros y sus contras, no le tengo miedo a la parte de quedar en situaciones polémicas. Yo soy como soy. Desde el momento que dije sí, sé que es un juego y que me expongo a las devoluciones del jurado. No me preocupa esa parte, estoy muy segura con el equipo que tengo. Me tocó una coach y un bailarín increíbles.
–¿Cómo apareció la propuesta de la tira de Pol-ka y qué podés adelantar de tu personaje?
–Me convocaron durante el “Cantando”. Hacer un casting de actuación por Zoom fue un flash. La historia está ambientada en un barrio humilde y es muy interesante porque muestra ese costado popular que muchas veces se deja de lado en las ficciones. Dentro de un elenco con tanta trayectoria, estoy aprendiendo muchísimo. Me encanta mi personaje, es una mina empoderada con una historia de vida complicada, que supo arreglárselas muy bien sola.
Los cambios de Ángela
Afrontar ese momento bisagra de separarse de su pareja y mánager fue muy duro para Leiva. “Primero, fue un caos; luego fue hermoso cuando me di cuenta de que no había tanta oscuridad, sino que, por el contrario, toda la luz estaba de este lado. Fue un gran cambio hacerme cargo de mi decisiones y de mi carrera”, reflexiona.
Luego se explaya sobre el presente de las mujeres en la música. “Estamos haciendo historia a la hora de defender nuestros derechos. La música siempre estuvo muy llena de hombres y de situaciones del machismo más explícito. Hoy estamos cambiando las cosas, hay muchas más mujeres y no sólo arriba del escenario”, expresa.
Una de las personas clave en esta nueva etapa de la artista fue Alejandro Romero, quien no es otro que el compositor de “La Mano de Dios” y cuñado de Rodrigo al momento de su fallecimiento. Hoy devenido en productor musical, Romero encontró en Ángela un diamante en bruto.
“Ale fue mi persona de confianza y quien me presentó a Carlos Varela, la luz que apareció en el momento más oscuro para ser mi nuevo mánager. Justamente hoy lo estoy extrañando porque falleció. En pocos días los perdí a él y a mi papá”, revela.
–Junto a Alejandro, arrancó otra etapa diferente con otras canciones... y hasta ganaste el premio Gardel a partir de ese disco. ¿Qué significó?
–Nunca lo había ganado en 10 años y con varias nominaciones. Lo terminé ganando con ese disco, que fue el primero que laburé de manera independiente y después de todo lo que me pasó. Fue un premio triple. Con Ale estamos laburando muy entusiasmados. Estoy componiendo mucho más yo o junto con él. El secreto es que somos muy apasionados por lo que hacemos. Me largué a componer hace poco, porque parte de estar en una relación tóxica era que todo lo que hacía yo estaba mal. El próximo tema que sale a fin de mes es de mi autoría. No tengo una línea definida, es lo que me va saliendo naturalmente. He escrito cosas más cercanas al folklore, como cumbias y baladas. De todo un poco. No me encasillo.
–¿Y cómo te viene pegando la pandemia? Lo de tu viejo debe haber sido un golpe duro.
–Son los contrastes que tiene la vida. Estoy un momento muy hermoso a nivel profesional; y, de repente, llego a casa y me encuentro con una realidad muy personal que es haber perdido a mi viejo y a mi mánager en cuestión de días. Lo de mi viejo es un tema que venía procesando, hace como un mes que estaba intubado. Había tenido cáncer, lo superó y luego le agarró Covid, y se empeoró todo el cuadro. Ya veníamos haciendo un duelo con la familia, él ya estaba cansado. Cuando lo fuimos a ver con mis hermanos, una semana antes, yo ya fui a despedirme. Tuvimos la oportunidad de estar con él y de hablarle al oído porque ya no tenía Covid. “Papi, ya está; si estás cansado, andá”, le dije. Es duro porque mi viejo fue el gran impulsor de mi carrera, me acompañó a todos lados, era una hermosa persona. Y, por suerte, me llegó a ver en este momento de brillo, que es un momento que todos los artistas esperamos. Ahora me acompañará desde otro lugar.
* Este texto fue publicado originalmente por La Voz. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.