La charla con Adrián Sorrentino fluye. El actor y productor mendocino se toma un tiempo para hablar con Los Andes y como en un viaje reflexivo, Adrián saca frases del corazón para hablar de su pasado, su presente y su futuro.
Previo a la presentación de su show más íntimo, “Ligero de equipaje”, este sábado a las 21 horas en el Teatro Independencia, Sorrentino cuenta que estamos ante un espectáculo en el que vamos a ver a un Adrián auténtico y sin urgencias.
¿Qué es ligero de equipaje?
El nuevo show viene de un momento de reflexión que tuve entre los 49 y los 50, que justo coincide con la pandemia, momento en el que uno se tomó el tiempo, por lo menos yo me tomé el tiempo de revisar un poco mi vida y desde el lado más optimista, siempre del lado más optimista, me puse a ver qué es lo que tenía en esta mochila que es la vida. Me puse a sacar cosas y a revisar lo que realmente quería dejar para continuar el resto de tiempo que me quede.
¿Qué fue lo primero que sacaste?
Lo primero que saqué fueron pensamientos derrotistas, tal vez algunos sentimientos que no estaban buenos; saqué algunos vicios y dejé las cosas más buenas, qué son las que van a iluminar el camino que resta.
Hay una canción de Drexler, Sea, qué dice “Estoy en la mitad de la carretera, todas las encrucijadas quedan detrás”. ¿Estás en ese punto del camino? ¿Qué quedó atrás?
¡Hermosa canción! Define muy claramente el espíritu de Ligero de equipaje. Es una bisagra muy importante porque la verdad, y siendo muy optimista, extremadamente optimista, estamos en la mitad. Si no somos tan optimistas, estamos en los tres cuartos de la vida vivida, así que sí, es un punto muy importante. Yo quiero vivir mucho tiempo, por eso de mi vida resté el cigarrillo, resté tanta noche, resté el alcohol. Saqué un montón de cosas qué fueron divertidas que me acompañaron un montón de tiempo y me vincularon con un montón de gente, pero la verdad es que en este momento de mi vida no me serviría para nada fumar porque soy cantante, beber por el mismo motivo y trasnochar porque me encanta estar fresco en la mañana y la disfruto mucho
Pero a vos la noche también te dio un montón
Sí y la sigo viviendo, la sigo disfrutando, pero como artista. La noche tiene un propósito que es acompañar al público.
¿Cómo está el Adrián de hoy?
Creo que estoy más reflexivo, más analítico de muchas cosas, menos explosivo, más creativo y creo que estoy disfrutando mucho del tipo al cuál más olvidado tuve durante mucho tiempo que soy yo.
Me olvidé durante muchísimos años que a mí nunca me gustó fumar, me olvidé que a mí no me gusta beber, me olvidé que a mí me encanta la mañana, me olvidé de que me encanta la lectura y conectarme con la parte más espiritual de la vida y me alejé mucho de mi esencia.
¿Cuál es esa esencia?
La esencia del tipo fiel a sus sueños que no se deja torcer por nada, que no se deja manipular.
¿Cumpliste ese sueño?
Sí lo logré, pero me fui corriendo por algunas tangentes. Mi sueño, mi único sueño, mi gran sueño, mi sueño amado ha sido la actuación, el music hall, hacer monólogos y unipersonales. Durante mucho tiempo por culpa o por creer que de mi género era un género menor, porque me lo hicieron creer y fui un estúpido que hice caso, me corrí del género unipersonal, me corrí del café concert y me dediqué a hacer entre comillas, un pretendido teatro serio.
¿Cómo manejás lo personal y lo profesional?¿Cómo te llevas con esos aspectos de tu vida?
En mi caso lo personal y lo laboral van absolutamente de la mano. Yo estoy metido en el ambiente artístico desde muy chiquitito y mi vida es el teatro, mi vida es la actuación y la docencia. Hay un solo Adrián que a veces se pone más coqueto y se sube al escenario, y a veces está más de joggineta y se pone a dar clase o a trabajar en una escuela o en una radio.
¿Qué es lo que te ha dado el escenario?
Lo que siento en el escenario es muy fuerte y es un estado profundo de iluminación, siento que soy creativo, que fluyó, que no soy tímido. Siento que puedo, que puedo un montón. El escenario saca lo mejor de mí.
¿Cómo es tu vínculo con el público mendocino?
Hermoso, un vínculo de amor profundo y genuino. El público me ha hecho crecer como persona y como artista.
¿Con qué se van a encontrar en este espectáculo?
Se va a encontrar con una parte muy íntima de mí, como por ejemplo las canciones que voy a cantar. Esas canciones tienen que ver con mi universo personal más privado, que este sábado voy a desnudar. Voy a cantar las canciones que cantó en mis clases de canto o mientras me ducho o cocino. Va a ser un espectáculo muy íntimo y sin urgencias, que eso es lo más importante. Algunos artistas pretenden la carcajada urgente y utilizan recursos muy truchos para llegar a esa carcajada y este show es todo lo contrario.
¿Por la vida vas sin urgencias también?
Así ando por la vida, tratando de construir porque tenemos la posibilidad, y no lo digo caprichosamente o porque es una frase hecha, sino porque realmente ocurre que uno todos los días tienen la posibilidad de ser una mejor versión, aunque a veces el alma pese y uno no tenga un buen día. Lo malo puede ser muy bueno. Si no hubiese caos no habría orden.
Adrián se imagina un futuro con salas llenas y escenarios, muchos escenarios. Su vida es teatro y él es un poco la vida de los escenarios mendocinos que en silencio también desean que él los pise, los viva y los llene de su glamour y talento.
Un show tentador. Escucharlo hablar de su espectáculo es una invitación tácita. Se nota que sale de su más profundo ser y que ama lo que hace. Ese hacer lo define. Actor y persona, dos caras de un Adrián Sorrentino que es uno, único y que brilla sobre las tablas.
Ficha
Ligero de Equipaje
Teatro Independencia
21 h
Entrada General $500
Entradaweb