Este 26 de julio dejó de existir Gogó Rojo en su departamento de Recoleta. La actriz, vedette y bailarina falleció víctima de un paro cardiorrespiratorio, luego de algunos años de combatir contra algunas dolencias.
Siempre positiva y alegre la mediática brilló sobre los escenarios de Buenos Aires y el país pero cuidó, como nadie, su vida privada. Manejó el bajo perfil a la perfección y siempre promocionó los espectáculos que encabezaba de una manera única.
En el año 2012 perdió a su hermana, Ethel Rojo y sintió que una parte de ella murió con su partida. Nada fue igual en estos nueve años sin la presencia de su “otra mitad”.
En el recuerdo quedaron las noches de teatro y las funciones diarias en donde las luces y los brillos realizaban la belleza de las Rojo. Lo más sorprendente e innovador era que las hermanas se pintaban el cuerpo de dorado logrando que todo el país hablara de ellas.
Gogó no tenía vergüenza y era muy osada en escena, muy contrariamente no se sabía nada de su vida personal. Jamás se involucró en escándalos conocidos y su lema era: “Desnuda en la revista, vestida y sencilla en la vida”.
Con resabios de su natal Santiago del Estero, Gogó tenía una tonada particular. Nació en 1942 en una familia de costureros que vistieron a gobernadores y políticos.
Fue su hermana Ethel quien la llevó a sumarse a la vida del espectáculo. Ambas se establecieron desde muy jóvenes en España, donde fueron parte de los escenarios del music hall y de los shows de variedades con aires de copla.
Una vez regresadas a Argentina, las hermanas Rojo deslumbraron en los espectáculos de revista. Fue bailarina, figurita, media vedette y, finalmente, vedette. Actuó con actores y cómicos como Juan Carlos Calabró, Jorge Porcel, Dringue Farías, Osvaldo Pacheco, Juan Verdaguer y José Marrone.
Al subir a escena, desnudas y con el cuerpo dorado, el país entero hablaba de eso. Las localidades se agotaban para ver a la dupla mostrar su cuerpo de una manera artística y deslumbrante. Las hermanas se aplicaban una crema a base de siliconas, aceite, polvo de oro y hierro sobre sus cuerpos desnudos. Al caminar por el escenario enmudecían a los presentes.
No sólo identificada con el teatro, Gogó también pisó fuerte en cine y televisión aunque con menos frecuencia que su hermana Ethel en algunas películas picarescas como “Hay que romper la rutina” y “Maridos en vacaciones”, ambas de Enrique Cahen Salaberry y protagonizadas por Alberto Olmedo y Jorge Porcel.
A nivel personal Gogó Rojo tuvo tres parejas estables: el periodista Oscar Otranto, el empresario brasileño Clóvis de Azevedo y Adolfo Waitzman. Con ninguna de sus parejas tuvo hijos.