Estilo Japandi: la última tendencia entre lo nórdico y lo zen

Todo cambia, todo se renueva y pasamos de ver estilos ya consagrados a nuevas y sutiles propuestas.

Estilo Japandi: la última tendencia entre lo nórdico y lo zen
Estilo Japandi: la última tendencia entre lo nórdico y lo zen

Se está perfilando un nuevo estilo, el "Japandi". Esta estética fusiona la simplicidad,  armonía y paz japonesa, con lo confortable y apacible del estilo nórdico.

El Japandi concentra lo mejor de ambos mundos. No solo estéticamente, sino también filosóficamente. De hecho, en él se unen el minimalismo escandinavo que se destaca por su sencillez, simplicidad, abundancia de colores neutros, puros, materiales nobles y líneas muy simples, con el espíritu japonés de la estética del Wabi-Sabi, que lleva implícita la aceptación de transitoriedad que nos hace valorar la belleza de lo imperfecto, lo no permanente e incompleto, esa paz y armonía de la decoración Zen, concluyendo en una nueva versión, más interesante y renovada.

En el estilo Wabi-Sabi encontramos espacios llenos de recuerdos, que aceptan el paso del tiempo, abiertos, con personalidad y sencillos. Se trata de un estilo flexible, sin reglas rígidas. Esto se traduce en la belleza de la artesanía y la decoración tradicional de materias primas, con elementos simples y naturales.

La estética japonesa se caracteriza por la introspección inspirada en la filosofía del Budismo Zen, en la meditación… En cambio, la búsqueda de los diseñadores nórdicos resulta, casi de manera obligada por su clima imperante, cruel, despiadada, logrando el confort  y la calidez también en el interior pero esta vez del hogar. En eso se parecen, desde dos posturas diferentes, conceptualmente son distintas y aunque estéticamente son afines, lo interesante es que cuando se aplican juntas ofrecen una nueva versatilidad y practicidad y una nueva paleta de colores, más compleja.

Los interiores resultan simples, funcionales e impactantes, basados en espacios abiertos, de libre circulación, donde cada objeto tiene su propia intención. No hay espacio para adornos y decoración superflua.

La decoración en las paredes se reduce a unas pocas piezas, no como las galerías de marcos interminables que estamos acostumbrados a ver. En su lugar, el espacio se reserva para una pieza de arte, normalmente abstracta, enmarcada. O bien un paisaje natural, suficientes para conseguir un conjunto armónico.

El Japandi es el mix perfecto entre el esquema de colores fríos y brillantes del estilo escandinavo, y el cálido y natural de los interiores japoneses. En general, los tonos pastel más fríos de rosa, azul, gris y verde se calientan con detalles terrosos como el marrón, el color beige y elementos de madera.

Más que el blanco total del escandinavo este estilo emplea colores apagados y tonos naturales, como el marrón y el beige.

Estallidos de color se pueden introducir aquí y allá, siempre que no rompan la armonía ni el enfoque minimalista del diseño. Sin embargo, hay diferencias sutiles como la introducción del color menta, el verde esmeralda y tonos marinos más profundos.

En cuanto al color de los muebles, el Japandi toma los tonos oscuros (inspirados en los interiores de las casas tradicionales japonesas) y los combina con los tonos claros característicos del diseño escandinavo.

Los interiores Japandi son limpios pero cálidos a la vez y están inundados de elementos naturales propios de la cultura del país oriental: bambú, rattán, papel, maderas claras (común en  ambas estéticas), cerámica y plantas de interiores.

Las plantas de interior se utilizan a menudo como acentos estéticos. Sin embargo, debido a las fuertes influencias del Zen, prima la calidad, no la cantidad. Esto significa que no hay montones de plantas, sino sólo unas pocas (tal vez solo una).

A pesar de ser aclamado como una nueva tendencia en el diseño de interiores, los interioristas apuestan a que el Japandi tiene todo el potencial de convertirse en un movimiento de diseño atemporal, capaz de ser apreciado en las próximas décadas.

El otoño está ganando, las hojas de los árboles vuelan por todos lados, cayendo y flotando. Así, demos lugar a lo nuevo, para que lo que ya terminó pueda comenzar otro ciclo, otras formas, otro estilo.

Si no nos resistimos al cambio, si fluctuamos creativamente, si dejamos atrás cosas pasadas, podemos re-significar. En síntesis, crear, despojarnos en minimalismo, ligero, ordenado y desprovisto de adornos innecesarios como los árboles en otoño.

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