Este estilo se caracteriza por contener un toque francés propio de la Francia de Luis XIV y su imperio dorado. El estilo de la decoración francesa es bastante inconfundible. Presenta un toque refinado y clásico muy arraigado a épocas pasadas, en las que la burguesía francesa disfrutaba del lujo y del glamour. Y eso es precisamente lo que el estilo francés desprende en nuestros días. Si querés que tu hogar refleje esos valores, sin duda este es el estilo que buscás.
ILUMINACIÓN
La luz, el colorido y la tradición son tres pilares básicos de este movimiento decorativo. Igualmente los excesos están muy presentes, aunque podés disimularlos un poco si no querés tanta pomposidad.
Una de las claves es que las combinaciones son muy necesarias para acertar en este estilo. La mezcla de texturas, formas y materiales es fundamental para acertar con un interior francés.
MATERIALES
Hablando de materiales, los más lujosos son los que mejor combinarán en tu interior francés. Hablamos de seda para cortinas o telas, porcelana para jarrones, esculturas o candelabros, marfil y ébano repartidos por el interior del hogar, pequeños destellos de oro y plata, etc.
La madera es otro material estrella a tener presente. El mobiliario y los pisos deben ser de este material. Los muebles deben presentar curvas y detalles decorativos tallados en los bordes.
Para la iluminación optá por finas lámparas de cristal y metales nobles. El uso de materiales como piedra natural o rocas te ayudará a crear una decoración francesa de toques rústicos.
COLORES
Los colores de este estilo son importantes. Sobre una base clara optá por toques brillantes de amarillo, dorado, rojo, verde o azul. Las telas con motivos florales de colores brillantes también son bienvenidas. Todo ello combinado con una base de blanco, no lo olvides. De no hacerlo el ambiente será irrespirable.
Para compensar tanto brillo, aparte del blanco podés utilizar pequeñas pinceladas de gris y de negro en ciertos accesorios.