No sólo en el ámbito judicial. Todo el país habla por estos días del ejemplar y movilizador fallo con que una jueza tucumana se explayó en la resolución de una disputa judicial que incluía a una nena de 9 años, y a sus "dos padres". Y es que lejos de dirimir la disputa para un lado o para el otro, la jueza Mariana Josefina Rey Galindo, optó por una resolución salomónica: hizo primar el derecho de la niña -a quien la prensa identificó con el nombre ficticio de Juli- a conservar a sus dos papás. Al ya de por sí increíble fallo en cuanto a la resolución de la disputa (la magistrada argumentó que tomó esta decisión en base a lo que había conversado con la propia niña), se sumó un agregado más, y que torna el hecho en más noticiable aún: redactó gran parte de la sentencia con Lenguaje Claro; lejos de los inentendibles tecnicisimos jurídicos, y como si estuviese hablando cara a cara con la niña de 9 años.
"Juli, tenés razón cuando decís que no querés elegir entre tus dos papás. Tenés derecho a conservar a los dos: al papá Roberto y al papito Jorge. También tenés razón al no permitir a los grandes que te exijan ese tipo de elección. No hay nada que elegir", se explaya Rey Galindo en uno de los fragmentos de la sentencia.
El día que la Corte mendocina le "habló" a 6 hermanos
El Lenguaje Claro en el fuero judicial es una corriente que, de a poco, va ganando terreno. Como su nombre lo indica, consiste en "traducir" los fallos de los magistrados, quienes comienzan a optar por recurrir una redacción sencilla, simple y coloquial que permite a los lectores entender con facilidad lo escrito. Y en su uso tienen un protagonismo fundamental los destinatarios directos.
A principios de marzo del año pasado, un fallo de la Suprema Corte mendocina también ganó protagonismo en los medios. No fue solamente por los actores involucrados en el caso, sino también por la forma en que había sido redactada la sentencia. Los magistrados Dalmiro Garay, Julio Gómez y Pedro Llorente fallaron contra los padres biológicos de seis niños -de entre 1 y 16 años-, quienes querían recuperar la tenencia de sus hijos. El detalle es que los chicos habían manifestado a lo largo del proceso su intención de no regresar con sus progenitores ya que eran víctimas de maltratos. Y habían agregado que querían continuar viviendo con sus familias adoptivas (los chicos no estaban todos bajo el mismo techo y en una única familia).
Este detalle, sumado a que se comprobó que los padres biológicos no estaban en condiciones de garantizar el cuidado y la protección de los chicos, fueron claves en la sentencia que -con claridad- fijó la posición en forma de consejo para los hermanos: "manténganse unidos".
El caso mendocino involucraba a los niños y a los padres biológicos, quienes había recurrido a la Justicia para recuperar la tenencia, ya que los chicos habían sido adoptados por 4 familias. La Corte resolvió que los chicos sigan viviendo con sus familias adoptivas, y al momento de exponer lo resuelto, lo redactó con Lenguaje Claro.
"Considero oportuno detenerme un momento y dedicarles unas palabras a los niños y jóvenes destinatarios de esta sentencia, en un lenguaje claro y simple, que les permita entender lo que se está resolviendo, respecto de su vida personal y familiar y en cuanto a su futuro", se explayaron los magistrados en el escrito, redactado por Garay y con la firma de Llorente y de Gómez
"Luego de haberlos conocido personalmente y de haber escuchado sus deseos y sus angustias, hemos decidido que lo mejor para ustedes es que continúen viviendo junto a las familias con las que se encuentran hoy transitando el camino de la adopción", continúa en otro de los apartados.
Además, los jueces solicitaron que se garantice el vínculo entre ellos. "Por último, consideramos necesario preservar, estimular y fortalecer la relación entre ustedes como hermanos, aún cuando por distintas circunstancias deban vivir separados en diferentes familias. Esta fue una de las inquietudes que ustedes mismos nos plantearon en la audiencia que tuvimos, el deseo de verse entre sí y mantener el contacto como hermanos. Por ello, hemos decidido que el R.U.A. (organismo que ustedes conocen bien) elabore un calendario de encuentros, en el lugar y horario que acuerden, para que puedan reunirse los hermanos, compartir y fraternizar armónicamente; el cual deberá ser respetado y cumplido por todas las familias involucradas, con seriedad y compromiso. No hace falta siquiera explicarles que hoy cuentan con mucha tecnología (WhatsApp, Messenger, Facebook, Instagram, etc.) que les permitirá estar conectados cada vez que quieran. Usen esos medios cuando lo deseen, manténganse unidos y no se olviden, que pese a todo lo que han vivido, ustedes se aman mutuamente como hermanos y eso nada ni nadie puede cambiarlo", detallan.
"Sabemos que, pese a ser tan pequeños, han sufrido mucho, han tolerado malos tratos y abandono de parte de quienes debían protegerlos y amarlos. Y no queremos que eso vuelva a repetirse en sus vidas. Por ello, hemos decidido priorizar y defender el interés de ustedes, por sobre el de sus padres biológicos que los reclaman", agrega el escrito.
Y concluyen: "Ustedes coincidieron en que no quieren volver con ellos, no quieren volver a esa casa donde fueron maltratados y ello será respetado, porque también es lo que consideramos mejor para su futuro y bienestar personal".