Algunas reinas deciden postergar sus estudios para poder cumplir con su agenda de actividades, pero la soberana de Las Heras 2015, Estefanía Castañeda, se propuso hacer bien ambas cosas y lo logró.
A fines de diciembre, la rubia se recibió de licenciada en Administración de Empresas, carrera que prácticamente había terminado de cursar antes de presentarse como candidata. “Éste ha sido un año sumamente particular y especial, no sólo por la vendimia, sino por factores personales y laborales”, reconoce contenta. Así, con 23 años logró su gran objetivo de recibirse.
Desenvuelta, recuerda cada una de las experiencias vividas y se muestra muy agradecida a quienes formaron parte de esto. “Es algo único e increíble. Tuve la suerte de cruzarme con personas que me recibieron y trataron muy bien”, detalla.
A pesar de que toda su vida vivió la Vendimia desde cerca, como bailarina y en el Carrusel con una agrupación gaucha junto a su papá, la realidad fue distinta a lo que creía iba a encontrar: “Hubo cosas que esperaba, pero también hubo muchas otras que superaron mis expectativas”.
El mejor recuerdo
Al pedirle que elija un recuerdo importante no duda en referirse a la convivencia con las otras 17 soberanas, previa a la elección de la Reina Nacional de la Vendimia 2015. “Estar con las chicas y todo lo que viví en el hotel fue hermoso”, recuerda entusiasmada.
“Fue una de las cosas que más disfruté y a la que más miedo le tenía”, se sincera entre risas. Para Estefanía, el grupo fue “increíble”... “Estábamos todas pendientes de lo que pudieran necesitar las otras”, confiesa.
Con quienes más amistad entabló fue con las reinas de Guaymallén (Victoria Gochicoa), General Alvear (Maribel Vega) y Luján de Cuyo (Carla Videla). Respecto a su corte, reconoce haber tenido una relación muy linda. Un lugar especial ocupa la virreina de Las Heras, Silvia Longo: “Me ha acompañado muchísimo y me dio su apoyo siempre. Nos hicimos muy amigas y la quiero un montón”.
Crecimiento personal
Para describir qué ha significado Vendimia en su vida elige la palabra “aprendizaje”, ya que reconoce haber adquirido nuevos conocimientos y experiencias “más que nada a nivel personal”.
“Tenés contacto con gente que jamás te hubieses cruzado de otra manera”, explica. El conocer otras situaciones tan diferentes “te hace replantearte muchas cosas de tu propia vida”, reflexiona al tiempo que agrega: “Está muy bueno sentarte a la misma mesa y compartir la misma comida con personas de realidades tan distintas”.
Con franqueza, aconseja a las chicas que deseen ser reinas que “hagan algo que a mi me funcionó muy bien: ser tal cual son”, ya que ésa es “la forma más fácil de llegar a la gente”.
Año político
“Una de las particularidades del 2015 fue la política, no sólo en la Vendimia, sino en todos los ámbitos”, analiza la soberana. Por eso, cree que quienes tienen la posibilidad de votar en la elección de la Reina Nacional deben “saber por qué va a elegir, si por motivos políticos, por su preparación o sólo por ser linda”.
Asimismo, Estefanía señala que “una corona no está hecha para diferenciar a una mujer de las otras”, sino que cada uno de los atributos que usan las soberanas “tiene su significado cultural”.
Por eso, se sintió molesta ante el proyecto que buscaba regular los concursos de belleza eliminando los títulos de reinas y misses por el de representantes y que se dejaran de usar coronas, cetros y capas. “Creo que hay que separar la situación: por un lado, está el estereotipo y la cosificación de la mujer y, por otro, la tradición de un pueblo”, explica.
Finalmente, se refiere a la gente de su departamento, para quienes deja un mensaje particular: “Estoy agradecida por la oportunidad que me dieron y me siento orgullosa de vivir en Las Heras, un pueblo con mucho potencial para crecer más de lo que ya ha crecido”.