Este Lobo es Lo-Más

Personalidad, sociedades colectivas, solidez defensiva y convicción en el libreto. Todo eso mostró Gimnasia ante Los Andes. Sí, empató. Pero en Lomas, le hizo un mimo a la autoestima.

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La vuelta al 3-4-1-2 y de Federico Pomba eran los focos de atención. ¿Por qué retornar al esquema predilecto del entrenador justo ante el temerario Los Andes y en condición de visitante? y ¿De qué manera iba a responder Pomba tras su larga inactividad? Y el inicio no fue de lo mejor.

Un mediocampo que no hacía pie y perdía todos los duelos, el equipo corría atrás de la pelota y para colmo, Pomba salía tarde y habilitaba a Córdoba en el amanecer del encuentro para que el delantero ponga el tempranero 1-0. Otra vez, sopa.

Gimnasia, como le venía pasando fuera del Parque, no podía sostener el cero en su arco. Hasta que el Negro Amaya empezó a hacerse amigo de la redonda, Marín se hacía fuerte en el duelo ante Córdoba y Carrizo y Garín comenzaron a clausurar sus andariveles.

Oga ejecuta un tiro de esquina al primer palo, lo despeja la defensa local, y el mismo Oga toma el rebote para que, con complicidad de Gagliardo, iguale el marcador. Y volver a empezar.

Gimnasia era combativo, Gimnasia era guapo y Gimnasia también era juego asociado. Gimnasia volvía a ser Gimnasia y esta era la gran noticia en Lomas de Zamora.

Lo tuvo Garín cara a cara con el arquero, más tarde Carrizo y también Farías en una guapeada de esas que son propias del atacante cordobés.

Del Milrayitas no había ni novedades en el Eduardo Gallardón, sin embargo “Toti” no quería subirse a la espuma y cortó con tanta dulzura a casi treinta minutos para el epílogo del partido: adentro Corvalán; afuera Lastra.

El local había sumado gente en ofensiva y el DT volvía a la línea de cuatro defensores. Claro, el DT es osado pero no come vidrio. Gimnasia volvía a sumar fuera del Víctor Legrotaglie y se aferraba al punto por esa necesidad imperiosa de sumar, no porque había crecido el local en su juego.

Farías le sacaba astillas al travesaño con un gran zurdazo de tiro libre cuando se moría el encuentro y por eso la amargura de que podía meter algo más en el bolso de regreso a nuestro provincia. Aunque un minuto más tarde Cisterna también le movía el arco a Leguiza y el Lobo volvía a enamorarse del punto.

Gimnasia había mostrado carácter para pararse firme en el mismísimo estadio de uno de los candidatos al ascenso, trasladó la pelota al ras del piso, mostró gran firmeza en sus tres pilares defensivos e impuso condiciones. La noticia de hoy, entonces, es que el Lobo está. Ha vuelto.

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