De cerrar heridas se trató esta Copa Sudamericana para River, que derrotó 2-0 a Atlético Nacional y volvió a gritar campeón en el continente después de 17 años. Porque una vez perdió con Cienciano de Perú y anoche se sacó también esa espina. Porque en las semifinales dejó eliminado a Boca, algo que nunca había logrado en un cruce directo con el rival de siempre. Y porque espantó a esos fantasmas clásicos de sábanas blancas hasta los pies...
El equipo de Marcelo Gallardo fue el mejor del torneo y logró el título con momentos de alto nivel. En la final de vuelta, en el Monumental, lo resolvió con dos pelotas paradas de Pisculichi para las cabezas de Mercado primero y de Pezzella después en cinco minutos de furia en el inicio del segundo tiempo. River otra vez salió a copar el continente, como en el último grito de la Supercopa ‘97.
El partido empezó tenso, con muchas faltas. Pero el equipo visitante demostró que no viajó a Buenos Aires para defenderse. El 3-4-1-2 de Juan Carlos Osorio salió a presionar a River. Pero el local empezó a imponerse en el terreno de juego gracias a su jugador más desequilibrante: Leonardo Pisculichi. A los 2’, probó de tiro libre, pero respondió bien el arquero Armani. Pero a los 7’, respondió Edwin Cardona con un tiro libre que se fue cerca del travesaño del arco de Barovero.
En el primer cuarto de hora el partido era parejo y abundaban las faltas. Otra vez Pisculichi lo probó a Armani con un centro-arco que el arquero despejó, pero en el rebote Sánchez conectó con todo el pie y otra vez el arquero despejó el peligro con una volada sobre su palo izquierdo. River estaba cerca. Y siguió merodeando el área rival: a los 11’, Vangioni armó una pared con Mora por izquierda y sacó un centro pasado que Gutiérrez cabeceó desviado. Y a los 15’, tras una trepada de Sánchez, Gutiérrez quedó de cara al gol y definió cruzado, pero otra vez apareció la figura de Armani para ahogarle el grito.
Los siguientes 15’ fueron como los anteriores. Es decir que River dominó en la primera media hora del partido, aunque no pudo quebrar a Nacional. Siguió generando situaciones de riesgo, tuvo una ráfaga entre los 27’ y los 31’ donde pudo convertir con oportunidades claras. La primera tras un desborde de Mora y centro para Teo que definió de palomita. Tapó Armani. A los 30’, Pisculichi habilitó a Teo que enganchó e hizo pasar de largo a Nájera, quedó de cara al gol y sacó el derechazo, pero débil y Armani otra vez se lució. A los 31’, otra vez Teo se metió en el área por izquierda y le pegó de zurda, cruzado. El arquero otra vez se mostraba imbatible.
A los 32’, Luis Ruiz encaró de izquierda a derecha y sacó el remate de frente al arco. Se fue apenas al lado del palo izquierdo. Después desbordó por izquierda y envió un centro que terminaba en gol si le llegaba a Berrío, pero el arquero se quedó con la pelota. Pero la más clara llegó a los 39’, salió Ruiz del área y Berrió tocó para Cardona que se metió por el espacio vacío y quedó mano a mano. Le pegó de derecha, pero Barovero le sacó el gol con el pie derecho.
Sobre el final, Teo tuvo la jugada más clara del primer tiempo. Tras un pelotazo intrascendente, Mora armó una jugada de gol. Se sacó de encima a su marcador y tocó desde el piso para Teo, que se fue solo para enfrentar al arquero. Gutiérrez demoró una vida en dominar la pelota y cuando se acomodó Armani ya se le había tirado a los pies.
River lo liquidó en el inicio del complemento. Con dos goles Mellizos. De pelota parada. Tiro de esquina desde la izquierda, la rosca de Pisculichi para un centro al corazón del área que se aleja del arquero. Apareció Mercado para ganarle a Ruiz, su marcador, y meter la frente. La pelota picó y se metió contra el palo izquierdo de Armani para el 1-0 y el estallido del Monumental. 5’ más tarde, otra vez córner, otra vez Pisculichi y esta vez Pezzella metió un cabezazo furioso que se metió en el mismo lugar que el anterior. Golazo y 2-0 para que la Copa Sudamericana empezara a sentirse en casa.