Los mejores hombres de la actual generación chilena han progresado como jugadores en Argentina, España e Italia. Y como símbolo de esa formación destacan Alexis Sánchez, que fue creciendo en River, Udinese y Barcelona, o Gary Medel, que pasó por Boca y Sevilla. Toda esa madurez que han adquirido en ligas más competitivas podrá tener su reflejo mañana en Belo Horizonte.
Alexis Sánchez, que tras dejar Chile en 2007 pasó por River y Udinese, donde se aplicó para aprender las características del fútbol italiano, defiende que en Barcelona, donde está desde 2011, se ha hecho más jugador.
“En Barcelona tuve que aprender a jugar al fútbol de nuevo. Lo que hacía en Italia no lo puedo hacer en España. Antes de usar el uno contra uno debo abrir el campo, encontrar espacios. Antes siempre esperaba al pie, gambeteaba a tres, y era yo el que daba el pase al espacio porque se me abrían los jugadores”, señaló. “De Iniesta vi su arrancada, de Xavi cómo se mueve, de Leo (Messi) que piensa antes, de cómo pica Pedro, además me ayudó mucho la confianza que me dio Guardiola, que me dio un cariño importante y confiaba en mí. Había charlas en las que decía ‘désenla a Alexis de espaldas, que la protege bien, busquen a Alexis al espacio’. Y eso me hizo sentir importante, me hizo sentir un Ferrari, grande”, añadió.
Alexis no olvidó su paso por River. “Le tomé mucho cariño a River y cuando supe lo de su descenso me sentí muy mal”, dijo Alexis en su presentación con Barcelona. Por su parte, Gary Medel no olvida las cosas que aprendió en Boca, donde estuvo en 2009 y 2010 y que Juan Román Riquelme le pedía dos toques.
“Me puteaba si daba más de dos toques...”, afirmó una vez Medel, que asegura que también aprendió muchas cosas en el Sevilla, al que llegó, animado por Zamorano, en enero de 2011, para fichar por Cardiff City de la Premier en 2013.
A Arturo Vidal la Juventus, donde lleva desde 2011, le sirvió para dar un paso adelante. “Desde que llegué a Juventus he cambiado y mejorado, yo aprendí mucho de todos, especialmente de tipos como Pirlo y Buffon, que en su carrera ganaron todo”.
No son los únicos que han crecido como futbolistas en Argentina, Italia o España. Mauricio Isla, Francisco Silva, Carlos Carmona, Charles Aránguiz, Mauricio Pinilla, Eduardo Vargas y Fabián Orellana también se han enriquecido en el exterior.
Todos ellos han ido progresando como futbolistas, aunque la esencia la adquirieron en Chile.
Sampaoli sabe lo que es sorprender a brasileños
Jorge Sampaoli fue campeón de la Copa Sudamericana en 2011 con Universidad de Chile, superando en octavos a Flamengo y en semi a Vasco da Gama, afrontando ambientes difíciles en Río. Aquel título le abrió las puertas para dirigir a la selección chilena. Sampaoli, que se llevó por delante a aquellos dos equipos cariocas, sueña con hacer lo mismo mañana contra la selección brasileña en Belo Horizonte, sorprendiendo de nuevo como visitante.
El 19 de octubre de 2011, Universidad de Chile se impuso en Rio al Flamengo por 4-0, en el partido de ida de octavos de final, ganando de nuevo en la vuelta en Santiago por 1-0, una semana después.
Después vencería a Arsenal de Sarandí en cuartos, antes de volver a sorprender a otro equipo brasileño en Río, Vasco da Gama. En el partido de ida empató como visitante (1-1), para imponerse por 2-0 en Santiago en la vuelta.
En aquel equipo hay varios jugadores en los que el argentino Sampaoli sigue manteniendo la confianza y los convocó. Johny Herrera, uno de los dos arqueros suplentes, era el arquero de aquel equipo, en que también estaban el defensor José Rojas, los volantes Charles Aránguiz, Eugenio Mena y Marcelo Díaz, y el delantero Eduardo Vargas, los cuatro titulares en Brasil 2014. Solo Rojas y Herrera, suplentes en la Roja, siguen en Universidad de Chile. Mena emigró al Santos, Aránguiz al Internacional de Porto Alegre, Díaz al Basilea suizo y Vargas al Nápoles, Gremio de Porto Alegre y ahora Valencia.
Rojas marcó un gol y Vargas dos en la victoria por 4-0 en campo del Flamengo y Díaz fue el anotador del tanto en Santiago en el triunfo por 1-0. Vargas, ahora en el Valencia, sería también el autor de uno de los goles contra Vasco da Gama.
Aquel triunfo sirvió a Sampaoli para ganarse una gran reputación en Chile, por lo que fue llamado para dirigir a la selección, siguiendo los pasos de su idolatrado compatriota Marcelo Bielsa.
El argentino logró un nuevo récord en la historia del fútbol chileno, la “Triple Corona”, ganando el Apertura 2011, Copa Sudamericana 2011 y Clausura 2011. A Sampaoli no le asusta el fútbol brasileño. Luiz Felipe Scolari está avisado.
Aránguiz, el hombre que pensó en dejar el fútbol
Callado, de perfil bajo, pero vital para el técnico Jorge Sampaoli, Charles Aránguiz es el verdadero termómetro de Chile. De su rendimiento dependen, en buena medida, las opciones de la “Roja” de eliminar a Brasil.
Cuando los focos iluminan a la selección de Chile siempre apuntan a Arturo Vidal o a Alexis Sánchez, como mucho al arquero Claudio Bravo.
Nunca, o casi nunca, se fijan en Aránguiz, quien fue, en los tres partidos del Mundial, el jugador más regular y completo del equipo que quiere dar la gran sorpresa en los octavos de final y eliminar a Brasil. “Yo vengo de un barrio, de jugar descalzo, de gente pobre”, afirma el actual mediocampista del Internacional de Porto Alegre cuando le piden que se defina, como si en sus orígenes humildes estuviera toda la explicación de su juego.
Natural de Puente Alto, una de las tantas comunas que conforman el Gran Santiago, los suburbios de la capital chilena, Aránguiz sabe bien lo que es el fútbol duro y agresivo del Campeonato Nacional de clubes de barrio. Ahí, en canchas de tierra donde demostrar la calidad es mucho más difícil que sobre un césped alfombrado, aprendió a ser un jugador completo, con presencia de área a área.
Antes, mucho antes que esto ocurriera, el adolescente de Puente Alto estuvo a punto de dejar el fútbol. Fue a los 15 años, cuando jugaba en las categorías menores del Cobreloa. Un día se cansó y no fue más. “Era un poco vago en aquel tiempo”, recuerda. Hasta que su madre, Mariana Sandoval, se dio cuenta. Entrenadora y dirigente de Nueva Esperanza, el club de barrio donde su hijo empezó a disfrutar del fútbol -tanto, que lo echaron de las inferiores de Colo Colo y de la misma Universidad de Chile por no dejar el equipo de sus amigos-, Sandoval le estimuló a regresar, y un año después vio recompensado su esfuerzo: su hijo debutaba en Primera División.
Aquello fue hace ya nueve años. Hoy, la vida de Aránguiz cambió mucho. Para Sampaoli es una pieza tan vital y por eso estará sin dudas mañana en el Mineirao para afrontar el mayor desafío en la historia de la selección chilena.