Los trabajadores del Estado comenzaron 2013 con la esperanza de que los acuerdos paritarios les dejen incrementos salariales de al menos 50%, rechazando de plano el tope de un 20% que, según se dice, impulsará el Gobierno nacional.
Según distintos representantes sindicales de Mendoza, la inflación de 2012 ha superado largamente aquel 20% insinuado, para ubicarse por encima del 30% (algunos hablan de 35%) y no pocos consideran que el límite no debe fijarse pensando en la pauta inflacionaria, porque “no se necesitan actualizaciones sino incrementos reales”.
Un tope que no satisface
El año pasado, a poco de haber asumido su segundo mandato, en diciembre de 2011, Cristina Fernández lanzó un 18% como tope de las negociaciones paritarias, lo que fue rechazado por muchos gremios nacionales. Si bien algunos terminaron aceptando incrementos cercanos a esa propuesta, en Mendoza la mayoría de los estatales obtuvo mejoras bastante mayores.
La situación incluso implicó que los docentes, agrupados en el SUTE, pidieran la reapertura de las paritarias tras corroborar que su arreglo inicial de 24%, quedó largamente superado por el logrado por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) para el sector de la salud que, luego de fuertes discusiones, obtuvo más del 35% de mejoramiento, a través de diferentes conceptos.
De hecho, hasta noviembre pasado, maestros y Gobierno tuvieron reuniones, con el compromiso de seguir avanzando en enero de 2013, lo que se concretará el próximo lunes, aunque en la Subsecretaría de Trabajo confían en que ese día sólo estirarán la convocatoria para principios de febrero.
El secretario general del SUTE, Javier Guevara, dijo no tener confirmada una pretensión salarial aún, ya que “habrá que esperar a lo que decida Ctera a nivel país”. De todos modos Guevara fue claro al indicar que “no se puede pensar en subas de sólo 20%”, dando a entender que será bastante más lo que el gremio pida. Confirmó que reclamarán “que el aumento se aplique desde enero y sea remunerativo y bonificable”.
En otros casos la situación está más clara. “No podemos pedir menos del 50%”, informó Isabel Del Pópolo, de Ampros, afirmando que no sólo tienen en cuenta la alta inflación interanual, que según su percepción superó el 35%, sino que “hay recomposiciones salariales necesarias”, como el caso de los básicos de los médicos recién recibidos, de $ 1.700. “Un 50% implica sólo $ 800 más”, recalcó la representante médica.
Por su parte, Carlos Simón, secretario gremial de ATE, también confirmó que buscarán incrementos del 50%. “Toda suba inferior o igual a la inflación es sólo un ajuste salarial”, dijo, y lo que ellos piden son “mejoras” y justificó: “Si los legisladores y funcionarios se aumentan un 70%, tranquilamente podemos pedir 50% ”.
La situación se repetirá en las comunas. El vicepresidente de la Federación de Empleados Municipales, Raúl Zúñiga, quien ha presidido paritarias en los últimos ocho años, destacó que “no es secreto” que estos trabajadores pedirán 50% de aumento, aunque dejó todo supeditado a los plenarios que se realicen en cada departamento.
En este caso la negociación apuntará a lograr “un piso común” para todos los municipales, y su aspiración es llegar a $ 2.250 de básico.
La presión del año electoral
El hecho de que en 2013 se realicen elecciones tendrá injerencia en las paritarias, tanto para quienes desean obtener buenos resultados electorales como para aquellos que reclaman mejoras salariales.
“Sin dudas influirá”, destacó Simón al señalar que el Gobierno buscará “la menor presión posible” para mantener la paz social, mientras que los gremios intentarán no ceder pretensiones.
Para el subsecretario de Trabajo, Ariel Pringles, “no habrá demasiadas diferencias” con lo ocurrido en 2012, aunque sí admitió que “será un año duro”. En ese sentido destacó que será responsabilidad de las partes “no politizar” las paritarias.
Del Pópolo, en tanto, consideró que “es culpa del Gobierno” que se llegue al año electoral con estas discusiones, ya que tanto su gremio como ATE habían pedido mejoras del 50% “antes del final de 2012”.
