¡Hurra! Por segundo año consecutivo, los Oscar no serán tan blancos. Claro, las nominaciones tuvieron algunas omisiones lamentables -Dee Rees para mejor directora, por ejemplo, junto con su película "Mudbound"-.
Sin embargo, una de sus estrellas, Mary J. Blige, obtuvo dos nominaciones, Jordan Peele obtuvo tres, y "Get Out", su evisceración del liberalismo blanco arrogante, llegó hasta la lista de las mejores películas.
Citando la frase pronunciada por Tiffany Haddish cuando mencionó el nombre del protagonista de "Get Out" Daniel Kaluuya mientras anunciaba a los nominados: "¡Kaleluya!".
Además los Oscar tampoco serán tan masculinos. Greta Gerwig se convirtió en la quinta mujer en obtener una nominación en la categoría de dirección por "Lady Bird", Rachel Morrison se hizo la primera mujer nominada al Oscar por mejor fotografía por "Mudbound", y cuatro de los nueve filmes finalistas en la categoría de mejor película tratan acerca de mujeres.
Por si fuera poco, veamos la lista de actrices nominadas. Es difícil encontrar a un personaje femenino ingenuo -por usar un término caduco- en el grupo. En general, las mujeres que interpretan estas actrices en pantalla no son "agradables" en el sentido tradicional de la palabra, sino que se trata de personajes feroces, astutos e indoblegables.
¿Quién no querría acompañar en su lucha a Mildred, interpretada por Frances McDormand, de "Tres anuncios para un crimen"? ¿O, ya que estamos en esas, a las madres severas interpretadas por Allison Janney en "I, Tonya" y Laurie Mercalf en "Lady Bird"? Cuando menos, estas no son mujeres a las que alguien se atrevería a hacer enojar.
Tampoco lo son la gélida Cyril de Lesley Manville en "El hilo fantasma"; la Tonya Harding de Margot Robbie; la co-conspiradora que Octavia Spencer interpreta en "La forma del agua"; la esposa del aparcero que Maru J. Blige interpreta en "Mudbound"; o incluso la preparatoriana que no se anda por las ramas de Saoirse Ronan en "Lady Bird".
Es algo maravilloso. Hace tan solo unos años, el lugar común aparente de que las mujeres debían ser encantadoras o simpáticas para vender filmes aún era una idea sólida.
Sin embargo, los votantes y críticos del Oscar se volvieron locos con la serie de personajes femeninos temibles que por fin se incluyeron en la lista de películas nominadas este año.
No es que haya algo malo con los papeles interpretados por las actrices que recientemente han ganado un Oscar, ya fueran madres atormentadas (“Boyhood”), esposas devotas (“La chica danesa”), “socialités” desgastadas (“Blue Jasmine”) o soñadoras que esperan llegar a Hollywood (“La La Land”), pero este año fue claro que la Academia estaba muy dispuesta a escuchar el rugido de las mujeres.
En esta época del movimiento #MeToo, Time’s Up y las marchas de las mujeres, no sería una sorpresa, dijo Jannifer Siebel Newsom, cineasta, fundadora y directora ejecutiva del Representation Project, una organización sin fines de lucro que combate los estereotipos de género.
“Con esta temporada de premios, estamos viendo pruebas de que el sexismo solo vende cuando es lo único que se ofrece”, escribió Newsom en un correo electrónico.
Cree que la presidencia de Donald Trump desempeña un papel importante en el atractivo que se siente por estas nominadas. “Cuando un hombre tan misógino vence a la primera candidata a la presidencia de un partido principal, es un momento desafiante”, agregó Newsom.
Un momento de advertencia
Con la excepción de “Los archivos del Pentágono”, de Steven Spielberg, la mayoría de estos filmes estuvieron en etapa de producción durante mucho tiempo, gestándose mientras los prospectos de una presidencia de Trump y el movimiento #MeToo parecían imprevisibles, imposiblemente distantes o simplemente imposibles.
“Los archivos...”, protagonizada por Meryl Streep como la editora Katharine Graham, otro poderoso personaje femenino que le dio a su nominación número 21 al Oscar, se hizo poco después de la elección. En efecto, todas las campañas de premios de los filmes están anunciando por qué son tan relevantes en este momento.
Podría ser una coincidencia que los otros filmes se estrenaron a tiempo para el movimiento #MeToo. Martin McDonagh, el escritor y director de "Tres anuncios para un crimen”, dijo que escribió el papel de una protagonista fuerte porque así lo había hecho en sus obras de teatro pero todavía no en sus filmes.
Guillermo del Toro, que dirigió “La forma del agua”, tiene un historial de escribir personajes femeninos fuertes, y ha dicho que durante años quiso hacer una película sobre el amor entre una humana y un anfibio. Greta Gerwig le dijo a Slate que no sintió que su guión para “Lady Bird” estuviera listo sino hasta 2015.
Sin embargo, es probable que estas películas y la receptividad de la Academia sean en parte producto de un cambio que comenzó cuando las críticas a la homogeneidad blanca y masculina de Hollywood se tornaron imposibles de ignorar. Recordemos que, en 2015, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles hizo un llamado a las agencias gubernamentales para investigar las prácticas de contratación de Hollywood.
El éxito y el poder de las productoras encabezadas por mujeres, como la de Reese Witherspoon y Shondaland de Shonda Rhimes, junto con el botín en taquillas que trajeron las películas lideradas por mujeres, también desempeñaron un papel importante.
“El dominio de personajes femeninos fuertes que sobrepasan cierta edad, el movimiento #MeToo y la campaña Time’s Up nacieron de décadas de trabajo y años de lucha de mujeres que se resistieron y alzaron la voz acerca de la narrativa limitante que los medios divulgaron acerca de nuestro valor”, dijo Newsom.
Claro, Hollywood aún está lejos de ser un lugar feliz, alegre y equitativo para las mujeres. En primer lugar, hay un problema de acoso sexual, como quizá lo hayas escuchado (pero, vamos, ¡está en todas partes!). Además, las mujeres siguen infrarrepresentadas en pantalla y en la vida diaria.
Los investigadores de la Universidad del Sur de California hallaron que en las 100 películas más taquilleras de 2016, menos de un tercio de los personajes que tienen diálogos (el 31,4%) eran mujeres.
En esos 100 filmes, solo 34 tenían mujeres como la única protagonista o una de ellos. Y de esas, solo 8 tenían 45 años o más. Esa fue una mejora en contraste con el año anterior, cuando hubo 5. Eso hace que el grupo de mujeres nominadas al Oscar este año sea aún más extraordinario.
La edad promedio de las nominadas al premio a la mejor actriz de reparto es de 55 años, y la nominada más joven en esa categoría es Mary J. Blige, quien acaba de cumplir 47. (Octavia Spencer cumple 48 en mayo). La favorita para llevarse el premio a la mejor actriz es McDormand, de 60 años.
Desde luego, Ronan, quien acompaña a McDormand en la categoría, tiene 23 años, pero interpreta a una joven muy enérgica en “Lady Bird” y jamás se le ha considerado una ingenua. (véase su trabajo en “Hannah”, o su actuación escalofriante en “The Crucible”). Robbie, quien tiene 27, dejó atrás oficialmente su estatus de ingenua con su actuación feroz y audaz en “I. Tonya”.
Las otras actrices nominadas están en sus 60, con la excepción de Sally Hawkins, que tiene 41 y Janney, que tiene 58 (“¿Diremos que los Oscar están muy menopáusicos?”, sugirió alguien cercano a mí, que se quedó callado después de que le lancé una mirada tan penetrante como una daga).
Como mínimo, esto demuestra los horizontes en expansión para las mujeres en Hollywood, algo que Nicole Kidman, de 50 años, enfatizó después de ganar un Screen Actors Guild Award. “Hace veinte años estábamos muy desgastadas en esta etapa de nuestras vidas -dijo-. Ese ya no es el caso. Hemos probado que somos potentes, poderosas y viables”.