Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
el Indec informaba que la economía había crecido un 2% en abril pasado, otras mediciones del mismo organismo revelaban que la actividad industrial marcaba su 21º mes de retroceso. Mientras tanto, consultoras especializadas informaban que seguía cayendo el consumo minorista en grandes y pequeñas superficies (hoy el Indec dice que subieron).
Estamos transitando el segundo año de un proceso de estanflación consolidado, al menos hasta el mes de abril, debido al deterioro progresivo del poder adquisitivo por efecto de la inflación acumulada, que es mayor que la que indica el Indec y, por esa razón, el crecimiento les da superior a la realidad.
Señalamos al mes de abril no solo porque es el último con mediciones, sino porque también es uno de los últimos meses en lo que se cobran salarios “viejos”. Entre mayo y junio se comienzan a percibir aumentos acordados en paritarias y el segundo semestre podría mostrar números algo mejores a los de la primera parte del año.
No obstante, siguen pendientes las respuestas a los interrogantes que plantea la estrategia del gobierno, que sigue con un gasto público muy expansivo que financia, una parte, con emisión de moneda y, la otra, emitiendo nueva deuda, con lo cual saca plata del circuito.
Pero además, el Banco Central, lleva adelante una política contractiva. Es decir, está propiciando “secar” el mercado ofreciendo elevadas tasas a los bancos en las emisiones de Lebac. Así, las entidades ofrecen a sus inversores tasas del 22-24% y le colocan al BCRA a tasas cercanas al 29% con riesgo cero.
Con esta estrategia, el organismo monetario consigue que los ahorristas se animen a ahorrar en los bancos y no corran detrás del dólar “blue” pero, a su vez, vende billetes al tipo oficial que muchos compradores revenden en el mercado paralelo, haciendo bajar su cotización o manteniéndola planchada.
Con tasas altas y dólar quieto todo parece bien, pero el problema es el costo del crédito para las empresas y los particulares, que afectan la actividad económica y el consumo. Con altos costos de financiamiento no es posible esperar una expansión muy grande del consumo minorista, salvo en aquellos negocios adheridos al plan Ahora 12, financiado por el gobierno.
También en el consumo minorista es importante la forma en que los mayoristas han pasado a abastecer a consumidores finales, compitiendo con las mismas cadenas minoristas, por lo que los datos, finalmente, terminan siendo relativos. Lo único claro es que, por ahora, la economía sigue estancada y la inflación alta y no parece que la ecuación se modifique hasta el fin de mandato de este gobierno.