Estados Unidos amaneció ayer más dividido que antes tras las elecciones de medio término desarrolladas el martes. Si bien no hubo una "ola azul" como muchos suponían, los demócratas alcanzaron a arrebatarle a los republicanos la Cámara de Representantes, aunque éstos conservaron su mayoría en el Senado.
El presidente, Donald Trump, había calificado como un "tremendo éxito" el resultado de los comicios de medio término, que históricamente suelen ser adversos al partido de gobierno.
Al margen, fue un día histórico para el país. Y en buena parte por la diversidad que a partir de ahora tendrá el Congreso de Estados Unidos. Nunca antes habían conseguido bancas tantas mujeres ni tantos representantes de minorías: habrá indígenas, musulmanas y también estará Alexandria Ocasio-Cortez (Nueva York), que con 29 años se convirtió en la mujer más joven en llegar al Congreso. También triunfó el demócrata Jared Polis, el primer gobernador homosexual en ganar una elección (Colorado).
El triunfo de los demócratas en la Cámara de Representantes supone una amenaza a Trump, que podría ser investigado y eventualmente llevado a un impeachment (juicio político). Sin embargo, para que cualquier iniciativa prospere debe contar con la aprobación del Senado, de mayoría republicana.
Ayer, el presidente amenazó al partido rival con represalias en caso de que inicien investigaciones contra su gobierno. "Si eso ocurre (y me investigan), vamos a hacer lo mismo (contra los demócratas desde el Senado), y el Gobierno se paralizará, y les echaré la culpa", dijo Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
"Y eso probablemente será mejor para mí políticamente. Creo que sería extremadamente bueno para mí políticamente, porque creo que soy mejor en ese juego que ellos", agregó.
El mandatario dijo que espera trabajar de forma "bipartidista" con los demócratas en temas como la infraestructura y la sanidad, pero advirtió que no lo hará si la oposición usa su nuevo poder para investigarle en relación con sus declaraciones de impuestos o con la presunta injerencia rusa en las elecciones de 2016.
"No podemos hacer ambas cosas simultáneamente", indicó en referencia a la cooperación legislativa y las investigaciones.
Los demócratas que se aprestan a controlar la Cámara de Representantes por primera vez en ocho años tienen una rebosante lista de prioridades, encabezada por leyes electorales y reglas éticas, precios de medicamentos e infraestructura.
Pero con las elecciones presidenciales y legislativas del 2020 en el horizonte, la mayoría de las proposiciones demócratas tienen más probabilidad de volverse asuntos de campaña que leyes.
Trump había amenazado poco antes en un tuit con usar el control republicano del Senado para abrir investigaciones contra los demócratas por "filtración de información confidencial" y otros temas, en caso de que la oposición decida indagar sobre él.
Además, agregó, los demócratas no tienen "nada, cero" de información comprometedora contra él.
El mandatario alabó a la que probablemente será la próxima presidenta de la Cámara de Representantes, la actual líder de la minoría demócrata Nancy Pelosi, a la que había criticado duramente durante la campaña electoral.
"Le doy un crédito enorme a Pelosi, ha trabajado muchísimo para conseguir las cosas. Espero que podamos trabajar juntos para proporcionar resultados para el pueblo estadounidense", señaló Trump
Baja
A horas de las elecciones, el gobierno sufrió la primera baja. El presidente anunció por Twitter la salida del fiscal general del país, Jeff Sessions, con quien estaba molesto por la investigación del Rusiagate, y nombró en su lugar a Matthew Whitaker, quien era el segundo de Sessions en el Departamento de Justicia.
Previo a la salida de Sessins, Trump había advertido que podría haber cambios. "Estoy examinando diferentes personas para diferentes cargos. Los cambios son comunes después de las elecciones de mitad de mandato", declaró.
Sobre el secretario del Interior Ryan Zinke, quien está siendo investigado por acusaciones de conducta impropia, Trump dijo que "quiero investigar todo lo que se ha dicho sobre el tema".
Molesto
El presidente volvió a cargar contra la prensa. "Ayer tuvimos una Gran Victoria, ¡A pesar de la presión de la Prensa Hostil!", escribió en Twitter. En la conferencia de prensa que brindó ayer se disgustó con los periodistas, mandándolos a sentar y diciéndole a uno que es "una persona maleducada, terrible". A otro le dijo: "No soy ningún admirador tuyo tampoco".
El presidente comenzó a irritarse cuando el periodista Jim Acosta lo increpó por haber calificado de "invasión" a una caravana de migrantes centroamericanos que huyen de la violencia de su país y están pasando por México, con esperanzas de llegar a la frontera estadounidense. "Eres un maleducado, la CNN debería estar avergonzada de sí misma por tenerte a ti trabajando para ellos", lo retó.
La cabeza de Trump está en 2020
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo que el vicepresidente Mike Pence volverá a ser su compañero de fórmula en el 2020. Cuando ayer sorpresivamente se le hizo la pregunta en una conferencia, el mandatario dijo que todavía no le había preguntado a Pence, pero en ese momento se dirigió al vicepresidente y le pregunto "¿Mike, vas a ser mi candidato vicepresidencial?" Y Pence dijo que sí. Al margen de la decisión de Trump, las elecciones dejaron a la vista que los demócratas no tienen nada claro rumbo a 2020. Beto O'Rourke, el "Obama blanco" perdió por apenas 2,9 por ciento ante el poderoso Ted Cruz en Texas y sus esperanzas se aplacan.
Curiosidades
Ola femenina. Uno de los efectos de la llegada de Trump a la Casa Blanca fue el resurgir del movimiento feminista. Una ola de mujeres candidatas logró un hito histórico en las elecciones. Cuando en enero se conforme el nuevo Congreso, en la Cámara de representantes se sentarán 100 mujeres. La cifra quedó lejos de la paridad en una cámara con 435 asientos, pero es mayor a las 84 que había en los últimos dos años.
Alta participación. La cifra de votantes en las elecciones del martes superó los 113 millones, un número mucho mayor a los 84 millones registrados para votar en 2014.