La protesta contra la prohibición de Donald Trump a la inmigración, detenida parcialmente el pasado sábado por una jueza federal, se está extendiendo en el mundo y en Estados Unidos, llegando a la Casa Blanca, donde hoy varias miles de personas se manifestaron bajo el eslogan de "No prohibición a musulmanes"
Sin embargo, "no es una prohibición a los musulmanes", aseguró el flamante presidente, sosteniendo que "estamos totalmente preparados" y que su orden ejecutiva "está funcionando muy bien"
En cambio, el pasado sábado se encontró por primera vez con los contrapesos de la democracia cuando la jueza federal de Nueva York, Ann M. Donelly, aceptando la petición de dos iraquíes varados en el aeropuerto JFK, decidió que ningún refugiado, ningún titular de visado y ningún viajante proveniente de los siete países islámicos prohibidos puede ser enviado a su país, para evitar "daños irreparables". Una decisión válida sobre todo el territorio nacional y que puede llevar el caso a la Corte Suprema
La Casa Blanca defendió también hoy la medida.
"No hay ningún caos", aseguró el jefe del staff Reince Priebus, añadiendo que el pasado sábado 325.000 viajantes ingresaron en Estados Unidos y solo 109 fueron demorados
"Gran parte de ellos fueron liberados. Tenemos a una veintena de personas todavía detenidas", sostuvo, prediciendo que pronto serán puestas en libertad si están en regla
Sin embargo Priebus dio parcialmente marcha atrás precisando que la orden no afectará a los que tengan las "Green Card (que permite a un extranjero residir en Estados Unidos por un período de tiempo ilimitado), un punto sugerido por la eminencia de la Casa Blanca, el jefe estratégico Steve Bannon
Priebus recordó incluso que los agentes de frontera tienen "el poder discrecional" de detener e interrogar a los viajantes que lleguen de países en riesgo, alimentando así nuevas incertidumbres
Trump incluso no da marcha atrás: "Nuestro país tiene la necesidad de fronteras fuertes y de controles rígidos. Ahora
Miren aquello que está sucediendo en Europa y, de hecho, en todo el mundo, un caos horrible", tuiteo
Pero el mundo protesta, comenzando por Europa, donde algunos líderes comenzaron a mostrar su disenso, desde Angela Merkel a Paolo Gentiloni pasando por Theresa May y su ministro de Exteriores, Boris Johnson, abanderado de aquella Brexit alabada abiertamente por el propio Trump
Sale al campo de juego la Liga Arabe, con su secretario general Ahmed Aboul Gheit, quien se dijo "profundamente preocupado" por las "restricciones injustificadas" adoptadas por Trump a los ciudadanos de siete países islámicos, con posibles "efectos negativos"
Y si el gobierno iraquí, fuertemente ligado a Estados Unidos, dijo de comprender los motivos de seguridad de la prohibición, Irán no hace concesiones y convoca al embajador suizo en Teherán (que representa los intereses estadounidenses en el país) para entregarles una dura carta de protesta contra el alto a los ingresos
La protesta también se registra en Estados Unidos, donde el pasado sábado muchos aeropuertos, encabezado por el JFK, fueron escenario de manifestaciones para la liberación de los pasajeros detenidos
La respuesta hoy se trasladó a Battery Park, a la vista de la Estatua de la Libertad, el monumento símbolo de las políticas de acogida de Estados Unidos. A lanzar la apelación a través de Twitter fue el cineasta Michael Moore, quien el pasado sábado había movilizado a los activistas al JFK, y por la tarde una multitud enorme se trasladó allí
Pero la protesta más inesperada fue aquella frente a la Casa Blanca, promovida a través de las redes sociales con la consigna de "No estaremos en silencio. Lucharemos"
Varias miles de personas gritaron y exhibieron numerosos slogan contra la medida de Trump, mientras él telefoneaba a algunos líderes árabes desde el estudio OvalSobre el plano político el presidente debe hacer las cuentas no solo con la oposición demócrata, que ya le pidió de retirar la prohibición amenazando con iniciativas legislativas, pero también con algunos líderes republicanos, que lo invitaron a la cautela
Mitch McConnell, líder de la mayoría en el Senado, dijo que es una buena idea reforzar los controles sobre la inmigración pero, precisó, "pienso que también es importante recordar que algunos de nuestros mejores recursos contra el terrorismo islámico son los musulmanes, tanto en este país como en el exterior. Debemos estar atentos".