Estacionamiento medido: trapitos versus tarjeteros

El sistema implementado por la comuna de San Martín incluye a 40 personas encargadas del cobro a los conductores, pero surgen disputas con grupos marginales.

Estacionamiento medido: trapitos versus tarjeteros

El estacionamiento medido en las calles de San Martín genera a diario miles de pesos de ganancias y desde su implementación, en 2012, atravesó diversos cambios: el sistema creció en cantidad de cuadras, sumó espacios exclusivos para discapacitados y también fue y volvió entre una administración estatal y el manejo privado.

Hoy, con el respaldo de la comuna, un grupo de 40 tarjeteros se reparten las cuadras y se encarga del cobro a los automovilistas que allí estacionan. El municipio dice que se trata de un “programa social” que brinda trabajo a jóvenes que no lo tienen, aunque la tarea suele verse complicada por el conflicto que en ciertos horarios y zonas de la ciudad, surge con una veintena de trapitos que buscan manejar ese negocio.

El sistema de estacionamiento pago funciona de lunes a viernes de 8 a 13 y de 16 a 21, aunque para muchos, el horario cercano al cierre se hace difícil de controlar. “De noche hay más trapitos y las calles suelen ser de ellos, especialmente en las cercanías al parque Sarmiento”, cuenta un tarjetero que pide no dar su nombre y aclara: “Yo trabajo hasta las 20; prefiero perder unos pesos, pero irme tranquilo”. A partir de ese horario cobran los trapitos, sin boletas ni tarifa oficial. También suelen manejar a su antojo, muchas calles que no están dentro del sistema de estacionamiento municipal, como ocurre hacia el final de Avellaneda

El municipio conoce la situación, sostiene que ha puesto al tanto a la comisaría 12 y entrena a su personal para que evite el conflicto: “Lo primero que se le enseña a un tarjetero es que no discuta, que no lo haga con los conductores ni tampoco con los trapitos”, explicó Oscar González, secretario de Gobierno, y agregó: “Si la situación se pone complicada deben avisar al municipio o a la comisaría”.

En San Martín, la media hora de estacionamiento medido tiene un costo de $ 5 y el tarjetero se queda con 55%; además, la comuna les paga el monotributo, un seguro y los aportes. “El problema con los trapitos es que no funcionan como grupo y entonces es difícil arreglar”, contó González y recordó que a algunos se les ofreció trabajar de tarjeteros: “Se llevaron boletas, la ropa de trabajo y nunca volvieron”.

Hay cuadras que son complicadas para un tarjetero, como las que están frente al parque Sarmiento, una zona que desde siempre han manejado los trapitos: “Yo lavo los autos en toda la cuadra, si no me molestan no los molesto”, dice Marcelo, un trapito que suele trabajar en calle España y que cobra el estacionamiento los fines de semana, cuando el sistema municipal no funciona.

También suele haber problemas en Boulogne Sur Mer, frente a la zona de cafés o en calle San Lorenzo, en inmediaciones de la escuela Butera. “Hay un pibe que está desquiciado, un loquito que quiere cobrar de prepo y que no trabaja para el municipio; por acá, todos han tenido problemas con él”, cuenta una docente que deja su auto en San Lorenzo. Nadie interviene.

“De día, el estacionamiento cuesta $ 5, pero venís a la noche y en los cafés, algunos quieren $ 40 por dejarte bajar a comer una pizza”, se quejó Luis, vecino de la ciudad, y otros de calle Balcarce recordaron una pelea entre un trapito y un tarjetero hace quince días: “No ha sido la única”, dicen.

La policía suele intervenir y más de una vez se ha llevado demorado a algún trapito que termina por soltar a las pocas horas. “No hay ningún argumento para mantenerlos en la comisaría”, sostuvieron desde la seccional.

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