El estafador Víctor Ignacio Suárez (41), más conocido como "Meteoro", logró nuevamente evadir la seguridad y ayer a la tarde se fugó del penal de Almafuerte, en Cacheuta, con un nuevo y curioso artilugio: salió camuflado en una silla de ruedas.
El timador fue condenado el año pasado a 5 años y 6 meses de prisión.
El último recuento de internos arrojó un faltante y se activaron las alarmas. El escurridizo "Meteoro" no estaba en su celda. Tras revisar minuciosamente todo el predio, la fuga fue confirmada por el director del Servicio Penitenciario, Eduardo Orellana.
Las cámaras de seguridad del complejo develaron el elaborado plan de Meteoro. Las filmaciones muestran a un hombre en una silla de ruedas que es empujado por otro hacia la calle. Los investigadores sopechan que el profesional de la fuga se las ingenió para esconderse en la silla. "Es la hipótesis más fuerte que tenemos", dijo Orellana a Canal 7.
Dos personas, una en la silla de ruedas, ingresaron por la mañana al predio como visitantes. Cuando descubrieron que Suárez no estaba en su celda, cerca de las 16, revisaron las grabaciones y descubrieron una "pequeña" irregularidad. La persona que entró sentada era mucho más pequeña que la que salió.
Es decir que entraron dos personas y salieron tres. Comparando las imágenes de entrada y salida de los hombres al penal se nota, en la de la salida, la silla más cargada.
En toda fuga siempre recaen las sospechas sobre los penitenciarios. "Los controles no han sido celosamente ejecutados", deslizó Orellana. "Todas las personas que estuvieron en el control están comprometidas", agregó.
Ahora la Justicia busca intensamente a los tres hombres. Meteoro, el "enfermero" y al chiquitín.
Meteoro estaba preso desde 2004 por estafas reiteradas en operaciones de compra-venta de vehículos. El año pasado, el estafador reconoció la autoría de 8 estafas, por lo que fue sentenciado a pasar 5 años y medio tras las rejas, desde entonces cumplía su condena en Almafuerte.
Sin embargo, no fueron sus delitos los que lo catapultaron a la “fama” sino sus ingeniosos métodos para dejar atrás los gruesos muros de las cárceles en las que estuvo.
Su "último acto" fue en octubre de 2014. En esa oportunidad Suárez intentó dejar el penal de Boulogne Sur Mer disfrazado de anciano con una máscara de látex y con ropa que había conseguido de una visita. Fue descubierto a metros de la calle.
Unos dos meses antes, el 4 de agosto, el estafador y escapista profesional logró su cometido: con un DNI falso pudo pasar los controles de Boulogne Sur Mer y ganó la calle. Su fuga duró dos semanas. Lo atraparon en San Luis.
El convicto tardó tres años en cumplir la promesa que realizó cuando fue descubierto disfrazado de anciano. “Intentaré fugarme otra vez”, dijo sin rodeos en aquella oportunidad.
Entre estafas y fugas: la vida de Meteoro
“La primera vez que me evadí estaba en una comisaría de Rosario (su ciudad natal). Llevaba dos meses y no soportaba mas ese encierro animal. Las conversaciones de los presos tienen un denominador común: fugarse de una u otra manera”, confesó sin tapujos en un entrevista con este diario.
Víctor Suárez está acusado de estafa genérica. Cuenta con hechos diseminados en Córdoba (donde tiene residencia), y en San Luis y Mendoza.
Asegura que es ingeniero en sistemas, recibido en la UTN de Rosario, "pero antes estudié Derecho, Psicología y Economía. Yo salí del secundario con 16 años. Vengo de una familia inteligente, mi único hermano, dos años menor, también es ingeniero".
"Mis comienzos con las estafas fueron a los 20 años. Pequeños engaños que de a poco fui perfeccionando. Comencé con cheques. Me había peleado con mi padre (un ex legislador de la UCR de Córdoba, según él, "uno de los fundadores de la corriente interna llamada sabatinismo'), con quien llevaba una vida de lujos, y de pronto me quedé sin nada. No quería dejar aquel tren de vida y así empecé”, relató.
Al estafador se le acabó parte de su suerte cuando el 10 de mayo de 2014, mientras hablaba con una de sus futuras víctimas en un bar de Ciudad, fue visto por una de sus antiguas víctimas.
En aquella mañana, el hombre estafado -de gran porte- se metió al bar e increpó y hasta golpeó a "Meteoro", quien hizo lo que más sabe hacer: huir.
Detenido, Meteoro fue a parar a lo del fiscal de Capital, Gustavo Pirrello. Tenía 9 identidades distintas, había estado preso en varias cárceles del país y sus causas llegaban a 100.