La política de Boca está convulsionada con una campaña sucia. El sábado, Riquelme me acusó de laburar para Angelici, nada más alejado a la realidad. Sólo pretendía hablar con él para informar sus proyectos.
Desde que me toca cubrir el día a día de Boca -lo hago desde el 2000- para diferentes medios, nunca me había tocado vivir una campaña política tan sucia. Con tanto nivel de agresividad por parte de los protagonistas de cada lista (son tres) que compiten por ser la nueva conducción después del 8 del corriente. De un lado, del otro o del otro intentan seducir a los votantes con la chicana en vez de profundizar sus proyectos.
La política, como ciencia, nació en la antigua Grecia con grandes pensadores como Platón, Aristóteles, entre otros. El diccionario indica que es “una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos. También puede definirse como una manera de ejercer el poder con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad en un Estado”. Eso llevado a un club como Boca Juniors es como algo más chico, pero sigue la misma línea. Ahora bien ¿en la política todo está permitido? La respuesta es NO. En esta previa la munición es pesada y el fuego cruzado es permanente. Esa grieta no le hace bien a la institución y seguramente no se termine después del próximo domingo, hasta por lo que se va dando es cada vez mayor y no se ve que vaya a terminarse porque todo el tiempo se traspasan los límites de lo tolerable.
Este sábado estuve en la Bombonera en el empate entre Boca y Argentinos. Ya en la previa, la atmósfera no era la de siempre y el final fue lo inesperado en lo personal, por cómo me trató Juan Román Riquelme (lo fui a buscar para hacerle una nota para Radio Mitre y TyC Sports) con acusaciones como que “Angelici es tu jefe”. Ese audio radial se viralizó por las redes sociales. Desde aquí quiero dejar en claro que no es mi jefe y que ésas difamaciones, sin pruebas de ningún tipo, son sólo para desprestigiar mi carrera como periodista que llevo desde hace 20 años. Nunca pensé que iba a vivir algo así con un protagonista y menos con alguien que es un ídolo porque siempre trato, a cualquiera, de la misma manera: con total respeto. Ese es uno de los valores que en mi familia me enseñaron desde muy chico. Agradezco a Diario Los Andes por todo su apoyo como también a toda mi familia, colegas, amigos y gente conocida que se tomaron unos minutos para solidarizarse.
El futuro del club es incierto y no hay un panorama claro. El domingo serán las elecciones a presidente y ojalá que los integrantes de cada lista empiecen a darse cuenta que la violencia verbal no es productiva para nadie y que bajen el tenor de las declaraciones. No hay que generar un acto eleccionario como una guerra o que ésto sea el “barro” para que todos puedan decirse cualquier cosa. La frase del Martín Fierro “los hermanos sean unidos, que esa sea la ley primera, porque si se pelean los devoran los de afuera”. La utilizo para que no se olviden que todos son hinchas de Boca y lo que se fue dando con el correr de los días, sólo genera que la institución se vea en una revuelta que no beneficia a nadie. El día después debe ser una jornada para la reflexión, de lo que no puede volver a pasar aunque los pensamientos sean muy diferentes, porque debe tenerse tolerancia. Gane quién gane, ojalá que le haga bien a Boca. Desde aquí pido cordura a los que conducen cada una de las listas, con sus agrupaciones o movimientos, piensen que el club siempre está por encima de todos. Nadie se tiene que creer más importante que la entidad.