En primavera y verano es cuando más casos de mordeduras de serpientes se producen en Mendoza. Esto debido a que es cuando tienen más actividad y alimento disponible.
El viernes un ejemplar de yarará mordió a Simón, un perro que ganó notoriedad pública luego de haber puesto en riesgo su vida por defender a los niños de la familia con la que vive en El Challao, una zona pedemontana de las Heras.
Ayer un empleado del centro de deportes de la UNCuyo fue mordido por un ejemplar de la misma especie cuando limpiaba la zona de las piletas. Una vez que se le suministró el antídoto fue dado de alta pasadas las 14.
Las del tipo yarará son las serpientes que protagonizan más mordidas a personas en la provincia y también en el país. Aquí hay entre 3 y 7 hechos por año, según informaron desde el Departamento de Zoonosis y Vectores. Señalaron que no suelen ser casos fatales y que hace años que no se da una muerte por esta causa.
Los mayores riesgos de la época estival se dan no sólo por la mayor actividad del ofidio sino porque además la gente suele salir más hacia zonas donde se encuentra.
Según datos del Programa Nacional de Ofidismo, se registran alrededor de 850 casos anuales en el país. Un informe del organismo detalla que 25% de las notificaciones corresponden a envenenamientos en adolescentes (11 a 20 años) con predominio del sexo masculino (mayor al 66%). 70% de las mordeduras se localizan por debajo de la rodilla.
Muerden al defenderse
El veterinario Horacio Falconi, jefe del departamento explicó que tienen presencia en toda la provincia pero que se concentran en zonas del pedemonte, montaña y rural.
Con mucha presencia en departamentos como La Paz, Santa Rosa, Lavalle y General Alvear, aclaró que "no hay un lugar más o menos peligroso". Pueden marcarse como sitios de cuidado Potrerillos, Villavicencio, Cerro Arco, Cacheuta, Uspallata, entre otros por ser muy visitados. También hubo casos en Tunuyán y San Rafael.
El director de Toxicología, Sergio Saracco, señaló que por el incendio en el cerro Arco y las inmediaciones es probable que los animales vayan a buscar alimento "más abajo". En tanto, Falconi explicó que estos animales no suelen atacar sino que están quietos y se confunden con el entorno ya que tienen el color del suelo, la tierra o las rocas como un mecanismo de defensa.
No atacan al humano, porque no es de su interés sino que se defienden al sentir alguna amenaza. Por ello, las mordidas ocurren generalmente cuando la gente va caminando por estas zonas y al no verlas les pega con el pie o las pisa. Esto determina que la mayor cantidad de mordidas se produzcan en las piernas. En el caso de los montañistas que escalan puede suceder que les muerdan una mano o brazo cuando se toman de algún intersticio de la montaña.
El veterinario señaló que "no prefieren estar cerca de las viviendas aunque puede suceder cuando hay urbanizaciones nuevas en lugares donde ellas habitan, como el pedemonte pero con el tiempo tienden a retirarse a no ser que la oferta alimentaria sea buena como la presencia de roedores". Dijo que una medida preventiva es mantener limpio el entorno de la vivienda.
En febrero de este año vecinos de Luján de Cuyo denunciaron la presencia de estos animales en la zona, particularmente en el distrito Chacras de Coria.
En octubre y noviembre del año anterior, en menos de un mes se produjeron dos hechos en San Rafael. Resultaron afectadas una niña de 3 años y una mujer de 63.
En la provincia hay dos tipos de serpientes cuya mordida puede resultar peligrosa. Una es la yarará y en un segundo plano la coral. Sin embargo, Falconi explicó que la mordida de esta última es muy eventual, se presenta un caso cada 2 ó 3 años porque en general tiende a huir, un comportamiento propio de las culebras.
En la provincia hay tres tipos de yarará: el tipo de la cruz, la de cola blanca y la ñata. La primera puede medir hasta 1.50m, la segunda en torno a los 60 cm y la restante puede alcanzar el metro.
Escasa producción de antídotos
La historia de Simón, el perro héroe de El Challao que salvó a un niño de ser mordido por una yarará, sirvió para dar a conocer la escasa disponibilidad de antídotos que se utilizan para el tratamiento de picaduras tanto de serpientes como de arañas peligrosas.
Es que en un primer término, desde el Hospital Lencinas le negaron la dosis al can por estar reservada únicamente para humanos, pero finalmente se la colocaron, previa intervención del secretario de Ambiente, Humberto Mingorance.
El director del hospital, Marcelo Barcenilla, reconoció que faltan tanto antídotos para picaduras tanto de ofidios como de araña. "Actualmente hay escasa producción por lo que estamos limitados. Hacemos los tratamientos específicos y siempre son bien evaluados en el hospital", aseguró.
Explicó que estos antídotos se producen en el Instituto Malbrán que depende del Secretaría de Salud de la Nación Argentina -ex Ministerio- y que desde allí se dota a todo el país. Para fabricarlos se extrae el veneno de los mismos ofidios y arañas.
Claves
Lo que se debe hacer
Cuando se sale de paseo a zonas rurales, pedemonte o montaña, usar pantalones de tela dura como grafa o lona y botas.
Las personas mordidas deben recibir atención médica cuanto antes
Retirar anillos, pulseras, cadenas, tobilleras y zapatos que puedan comprometer la circulación sanguínea.
Estas serpientes son de hábitos terrestres y nocturnos, sin embargo las mordidas suelen producirse en el día cuando alguna persona les resulta una amenaza.
El único tratamiento para todas las especies es la aplicación de suero antiveneno específico.
El lugar especializado para la atención en Mendoza es el hospital Lencinas (Talcahuano 2194, Godoy Cruz)
Lo que no se debe hacer
No usar torniquetes (agrava el bloqueo vascular y concentra el veneno y puede causar más daño).
No realizar incisiones ni cauterizaciones en el sitio de la mordedura: esto puede destruir tejidos y limitar las funciones.
Deben evitarse medidas de uso popular como suministrar bebidas alcohólicas como estimulantes o para mitigar el dolor, la inyección o colocación de sustancias como vinagre, alcohol, kerosene u otros en la zona de la mordedura.