Las agujas del reloj marcaban las 14.30, en punto, y en la rotonda de los Caballitos de Marly del parque General San Martín se produjo el encuentro entre ambas figuras.
De inmediato hubo una guiñada cómplice. Entienden el juego de memoria. Lo sienten de la misma manera. Lo predican en cada toque, en cada caricia a la redonda. Sin dudas, de sus pies, siempre nacen los mejores momentos de fútbol tanto de Gimnasia y Esgrima y del Deportivo Maipú.
Fue un encuentro de exquisitos de este deporte. Existe aroma a buen fútbol del mejor nivel. Como indica la historia del Víctor Legrotaglie. Hoy se volverán a encontrar Gimnasia y Esgrima y el Deportivo Maipú.
Será un duelo crucial para ambos. El que gane continuará en su camino con el objetivo de lograr el primer ascenso directo que se otorga por grupo.
El que pierda tendrá que replantearse la meta y deberá cambiar el foco de atención: meterse entre los cinco primeros y conformar un grupo fuerte y compacto para la serie play offs, que tendrá como máximo premio el segundo ascenso.
Los abanderados del buen trato del balón también lo sienten de esta manera. “Será un partido decisivo para volver a arrancar y mirar a los equipos puntanos un poco más cerca”, acotaba Amaya.
“Por ahí no se ha mostrado la actitud y la personalidad. Tenemos un plantel con mucha experiencia y no hemos logrado hacerlo pesar”, explicaba Guerra.
Sobre la magra cosecha de diez puntos, el hombre de Maipú daba su interpretación: “Si lo analizás por la forma de juego, está bien. Si lo miramos por el lado de los merecimientos creo que no. De local merecimos perder porque se jugó mal, pero tampoco tuvimos suerte”.
El Negro también entiende que la dosis de fortuna no estuvo del lado del Lobo: “Nos está faltando esa cuota de suerte. El campeonato pasado en el primer tiempo liquidábamos los partidos y ahora nos está costando mantener el arco en cero. Contra Estudiantes teníamos que ganar tres puntos importantes, cometimos errores y lo perdemos. En esta categoría llegan y te convierten y nosotros no cam biamos por gol lo que generamos. Eso lo estamos pagando caro”.
Tanto Guerra como Amaya sufrieron idénticas transformaciones. Llegaron como enlaces o mediapunta y terminaron marcando la diferencia metidos en ese ‘doble cinco’. ¿Cómo se explica esto? “Carlos (Sperdutti) me retrasó por falta de un compañero pero, en realidad, casi siempre he jugado en esta posición.
Yo le pedí al técnico hace tres fechas jugar donde ahora estoy. Es por donde más pasa la pelota, tenés que estar tranquilo y acertar un compañero. Cuando das dos o tres pases seguidos en el mediocampo se te abren muchos espacios para jugar.
Tenés más claridad, a diferencia de moverse como enganche, donde hay que esperarla de espaldas al arco con jugadores mucho más grandotes que yo. Y cuando no te llega la tenés que ir a buscar lejos”, ensayaba Matías su explicación.
Amaya, por su parte, cuenta la historia de esta nueva posición para él: “Hace casi un año que vengo jugando en esta posición. El motivo de colocarme allí del técnico fue para tratar de salir bien desde el fondo, el buen manejo de pelota y tengo que buscar salir con la pelota limpia”,
Sobre las claves del duelo de hoy, Guerra tiró: “Yo siento que es 50 y 50. Gimnasia va a proponer por ser local, por sacarse la espina del clásico pasado. Y el otro 50 va a depender de nuestra personalidad y hombría. Por nombre tenemos más experiencia en ascenso. Podemos llevarlo por delante”.
“Trataremos de cuidar la pelota. Somos conscientes de las cosas que nos jugamos y si hacemos nuestro juego nos va a ir bien”, cerró Amaya. Los dos saben cómo mimarla. De ustedes depende...