Esperanza: estudio confirma la inmunidad de quienes tuvieron COVID-19

Científicos de la Esc. de Medicina Icahn, Nueva York analizaron la sangre de 1.343 personas con Covid-19 y casi todos crearon anticuerpos.

Esperanza: estudio confirma la inmunidad de quienes tuvieron COVID-19
Esperanza: estudio confirma la inmunidad de quienes tuvieron COVID-19

El nuevo coronavirus seguirá siendo una amenaza, contra la cual aún no hay tratamiento infalible ni vacuna. Por eso, es importante saber si los anticuerpos se logran desarrollar una persona que se infecta y se recupera se mantienen en su sistema, lo cual permitiría una reapertura de la sociedad global, golpeada por la pandemia, medianamente segura, ya que los curados no podrían sufrir una segunda infección.

En los últimos días se ha hablado mucho de las pruebas de anticuerpos para determinar quién es inmune y podría regresar al trabajo: por ejemplo, Alemania, el Reino Unido y Chile han planteado la idea de unos documentos o "pasaportes de inmunidad" que permitirían que aquellos que no pueden volver a contagiarse reemplacen a las personas vulnerables, en particular en lugares que presenten mayores peligros de transmisión, como los hospitales o el transporte público, según Infobae.

Un nuevo estudio preliminar trajo un poco de esperanza en esta dirección, que los expertos llaman "inmunidad escudo": estableció que casi la totalidad de las personas que sufrieron de COVID-19, más allá de su edad, su sexo o la gravedad de la enfermedad, crearon anticuerpos para el virus. Los autores, de la Escuela de Medicina Icahn en el hospital Mount Sinai de Nueva York, establecieron que "más del 99% de los pacientes que informaron haber tenido una infección de SARS-CoV-2 o la documentaron con pruebas, desarrollaron anticuerpos", según identificaron con una variedad de métodos en 1.343 pacientes.

Entre ellos, además de la prueba de anticuerpos tradicional, que da muchos falsos positivos —es decir, que identifica señales de anticuerpos cuando no las hay—, se destacó un test desarrollado por Florian Krammer, virólogo de Icahn, que tiene menos de 1% de falsos positivos.

"Además, nuestros hallazgos sugieren que los anticuerpos de inmunoglobulina G [una de las cinco clases de anticuerpos que produce el organismo, que predomina en los líquidos corporales como la sangre] se desarrollan en un periodo de 7 a 50 días desde el comienzo de los síntomas y de 5 a 49 días desde el fin de los síntomas, con un promedio de 24 días desde el comienzo de los síntomas hasta la mayor concentración de anticuerpos y un promedio de 15 días desde el fin de los síntomas hasta la mayor concentración de anticuerpos", escribieron.

El análisis dio resultados similares a otro trabajo realizado sobre 285 pacientes en el Hospital de las Tres Gargantas de la Universidad de Chongqing, China, que el director del Instituto Nacional de Salud (NIH) de los Estados Unidos, Francis Collins, citó en su blog: "Hallaron que todos habían desarrollado anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2 entre dos y tres semanas de los primeros síntomas".

Esta investigación se centró en más tipos de anticuerpos, como la inmunoglobulina M, que es "el primero que el cuerpo produce cuando combate una infección", explicó Collins. "Aunque sólo un 40% [de los 285 infectados con el coronavirus del estudio] produjeron inmunoglobulina M en la primera semana luego del inicio del COVID-19, esa cifra aumentó de manera constante hasta casi el 95% dos semanas después", precisó. "Todos estos pacientes también produjeron un tipo de anticuerpo llamado inmunoglobulina G, que si bien aparece un poco más tarde luego de una infección aguda, tiene el potencial de conferir una inmunidad sostenida".

Uno de los puntos más importantes de la investigación de Mount Sinai —la que más pacientes analizó, hasta ahora, sobre la cuestión de los anticuerpos— es que mostró que no sólo aquellos que estuvieron gravemente enfermos crearon anticuerpos: todos lo hicieron, también los que sólo tuvieron los síntomas de un resfrío. Del mismo modo, otros factores como la edad o el sexo no afectaron la producción de anticuerpos: básicamente cualquiera que se infectó con SARS-CoV-2 los desarrolló.

Los científicos —bajo la dirección de Ania Wajnberg— trabajaron sobre un grupo de donantes de plasma convaleciente. Sólo el 3% de ellos había necesitado ir a una sala de emergencias o ser hospitalizado. Los demás sólo tuvieron síntomas moderados. "Hasta donde yo sé, este es el grupo más grande de gente que describió una enfermedad suave", dijo Wajnberg.

No sólo aquellos que estuvieron gravemente enfermos crearon anticuerpos: todos lo hicieron, también los que sólo tuvieron los síntomas de un resfrío.

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