Durante una escala rumbo a Palma de Mallorca, Julieta Poggio vivió en carne propia el caos por el apagón en España.
Julieta Poggio, modelo e influencer, se convirtió en protagonista de una inesperada aventura cuando viajó a España por motivos laborales. El hecho ocurrió el lunes 28 de abril en Madrid, cuando un apagón masivo afectó también a Portugal y al sur de Francia, lo que dejó sin luz, transporte y comunicaciones a millones de personas.
La influencer, acostumbrada a mostrar su día a día en redes sociales, compartió con sus seguidores los detalles de su experiencia. El corte de suministro eléctrico provocó el colapso del transporte público, la caída de la conectividad aérea y la interrupción de servicios básicos, como la venta de alimentos. A su llegada al hotel en Madrid, Poggio se encontró con una ciudad paralizada, sin forma de comunicarse ni de obtener información fiable sobre su siguiente vuelo.
En su relato en Instagram, Julieta detalló el desafío que enfrentó: "Llegamos a Madrid, entramos al hotel y se dio el apagón en toda España. Fue un apagón tremendo que dejó sin luz a tres países. Una locura, no había señal, ni mensajes de texto. No había forma de comunicarse. No te vendían comida, solamente bebidas. Estuve todo el día comiendo papas fritas y tomando birra, era lo único que te vendían", describió. También transmitió el desconcierto que se vivía: "Se vivía una energía muy fea, toda la gente muy estresada. Parecía un apocalipsis o una pandemia", agregó.
Después de pasar horas en el hotel sin saber qué hacer, Poggio y su equipo decidieron trasladarse al aeropuerto. Sin transporte público y con semáforos fuera de servicio, encontrar un taxi resultó una tarea ardua. Muchos choferes se negaban a tomar pasajeros, temiendo quedar varados lejos de sus casas. A pesar del caos urbano, lograron llegar al aeropuerto, donde las complicaciones continuaron: los sistemas para despachar equipaje no funcionaban, aunque finalmente pudieron abordar su vuelo a Palma de Mallorca.
Al llegar a su destino, Julieta pudo comenzar las sesiones de fotos para las cuales había sido contratada. El escenario elegido fue una mansión de piedra rodeada de naturaleza y con una vista privilegiada al agua, ideal para coronar una experiencia que, aunque comenzó como una odisea, terminó siendo inolvidable.