El amor con Cerati y la transformación en Buenos Aires
En 1992, su vida dio un giro inesperado cuando conoció a Gustavo Cerati en Chile. La conexión fue inmediata y, al poco tiempo, se casaron. Cecilia se mudó a Buenos Aires, donde se convirtió en una presencia constante en el círculo artístico y musical porteño. Durante su matrimonio con Cerati, entre 1993 y 2002, tuvieron dos hijos, Benito y Lisa, quienes heredaron el amor por la música.
Cecilia no solo fue musa, sino también una colaboradora en la carrera de Gustavo. En "Amor Amarillo" (1993), el primer disco solista de Cerati, Amenábar no solo inspiró, sino que también prestó su voz en canciones como Te llevo para que me lleves, una pieza que se convirtió en un clásico de la discografía del ex Soda Stereo.
Pero la relación también significó una transformación para ella. Lejos de quedarse en el rol de "esposa de", Amenábar exploró su faceta creativa en distintas disciplinas. Su mirada inquieta y su interés por lo audiovisual la llevaron a incursionar en la producción y dirección de documentales, lo que amplió su universo artístico.
En una entrevista con Los Andes, habla de su vida actual, de lo que dejó atrás y de los caminos que visualiza hacia el futuro.
-Vas a presentarte en Mendoza con tu faceta de DJ y productora. ¿Qué puede esperar el público de tu set?
Si! primera vez q paso música en esta ciudad , estoy feliz de estar acá, me trae recuerdos de mis tíos que venían de Chile a comprar vinilos a fines de los 70, así que traje unos discos de verdad y creo que este sábado en Willy’s Bar pasare cosas argentinas, pop, rock, algo asi. Nada eléctrico, ni house, olvídalo.
Creo que los DJs están sobrevalorados. Se suben a un escenario como si fueran estrellas de rock y solo son DJs, están pasando música. Por eso te decía que lo mío es muy humilde. Creo que los DJs están sobrevalorados. Se suben a un escenario como si fueran estrellas de rock y solo son DJs, están pasando música. Por eso te decía que lo mío es muy humilde.
Del modelaje a la música: su camino como DJ y productora
Tras su divorcio, Cecilia se sumergió en el mundo de la música electrónica. Su fascinación por los sonidos experimentales la llevó a convertirse en DJ y productora, presentándose en diferentes escenarios de Latinoamérica y Europa. Su estilo mezcla house, deep techno y elementos eclécticos, con una selección musical sofisticada que la ha consolidado como una artista de culto en el circuito underground.
Más allá de los decks, Cecilia también ha trabajado en la producción audiovisual y la fotografía, combinando su pasión por la imagen con la música. Su estética siempre ha sido un sello distintivo en cada proyecto que emprende.
-Tu carrera ha transitado por distintos caminos: modelo, actriz, fotógrafa, DJ. ¿En qué momento artístico sentís que estás hoy?
Lo de modelo ya fue. Lo de DJ es un hobby, no me lo tomo muy en serio, es muy divertido y casi siempre es con amigos, como este sábado que toca en vivo Bruno Albano y Migue Castro, dos cracks del rock nacional.
Mi trabajo más en serio es en Canal A, donde estoy hace 15 años haciendo programas culturales para el cable, espero retomar el año q viene algo por ahí, donde hago de directora, productora, editora, y a veces entrevistadora, tipo circo pobre (se rie), pero rico en información. No atrae para nada la TV de aire, la considero poco didáctica y cruel.
-Tu relación con la música viene de hace años, ¿qué te motivó a explorar el mundo de la electrónica y la producción?
La vida cambia, la música cambia...uno va cambiando.
-¿Cómo fue la transición de estar en el detrás de escena a subirse al escenario y ser protagonista de la música?
¡No, yo no me subo a escenarios! El mío es muy humilde. Soy tímida, soy la musicalizadora de algún rato.. en algún lugar.
Por otro lado creo que los DJs están sobrevalorados. Se suben a un escenario como si fueran estrellas de rock y solo son DJs, están pasando música. Por eso te decía que lo mío es muy humilde.
-Si tuvieras que definir tu estilo como DJ en tres palabras, ¿cuáles serían?
Mega súper ondera
-La música electrónica se ha transformado mucho en los últimos años. ¿Cuáles son tus influencias actuales y qué sonidos te inspiran?
Escucho poco música electrónica estos días. Me gustan más las canciones, que te digan algo.
-Viviste en varios países y te nutriste de diferentes escenas musicales. ¿Cómo impacta esa experiencia en tu trabajo actual?
No sé, vivo con la música adentro desde que nací, es como tomar agua.
-¿Cómo es el proceso de selección y curaduría de la música que usás en tus sets? ¿Hay algún artista nuevo que te emocione particularmente?
Siento que hay mucha música nueva y nada nuevo a la vez. La música que pongo depende del lugar de la gente, de la onda que haya ese día… o esa noche.
-Se suele hablar mucho de tu historia personal, pero queremos saber: ¿Hay algún proyecto musical futuro que puedas adelantarnos?
Si! El 5 de junio sale mi disco de música new age. Son cinco tracks ambientales y experimental. Trate de ponerle una onda para que no sea un embole...como me dijo Benito (se ríe).
Es una respuesta, creo yo, a tanta música e información que hay hoy en día.Es como apagar la tele, y meterse en un viaje, dejar que los sonidos se acerquen. Yo no sé tocar bien teclados, me familiarizo más con la guitarra pero ese estilo de música es más como un mantra, algo curativa y de poca interpretación.
-¿Qué significa para vos presentarte en Mendoza? ¿Es tu primera vez acá o ya habías venido antes?
Como te conté yo aca venía de chica, mis tíos chilenos tenían una finca, llevaban discos a Chile, autos torinos. Que los enanitos, que la parrilla, que las pastas, que el vino…el amnesty...Como chilena, siento que Mendoza fue siempre una puerta al más allá, a la información, un horizonte. Nos une y nos separa una montaña preciosa llena de energía y misticismo, músicos talentosos si que los hay aca! Luca Bocci, Usted Señalemelo, Poxyran.
La Cecilia de hoy: arte, música y una vida sin etiquetas
Hoy, a más de 20 años de su separación de Cerati y lejos del modelaje, Cecilia Amenábar sigue siendo una artista inquieta. Sus redes sociales muestran su vida entre Santiago, Buenos Aires y otras ciudades del mundo, siempre en búsqueda de nuevos estímulos creativos.
Su legado no solo está en su propio trabajo, sino también en sus hijos. Benito Cerati ha seguido el camino de la música con su banda Zero Kill y una carrera solista en la que ha demostrado su talento y sensibilidad artística. Lisa, en tanto, ha mantenido un perfil más bajo, pero con un fuerte vínculo con el arte y la creatividad.
Lejos de la vorágine mediática, Cecilia ha sabido construir un camino propio, alejado de etiquetas y de las sombras de su pasado. Con una trayectoria que combina moda, música, cine y fotografía, sigue demostrando que su esencia es la de una artista en constante reinvención.