Una propuesta diferente en Netflix para disfrutar y dejarse llevar en mundos oscuros y crímenes más allá de la lógica.
Ocultos por la luna: película disponible en Netflix
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¿Qué pasaría si cada nueve años reapareciera una asesina en serie que deja tras de sí un número de muertos sin razón? Esta es la inquietante premisa de la película "Ocultos por la Luna" (2019), un thriller con tintes de ciencia ficción dirigido por Jim Mickle ("Sweet Tooth") que mezcla el drama personal con un misterio de alto voltaje narrativo.
El filme dura poco menos de dos horas (115 minutos) y se puede ver en la plataforma de streaming Netflix.
En el corazón de la historia está Thomas Lockhart, interpretado por un intenso Boyd Holbrook, un joven agente de policía de Filadelfia que, en plena ambición profesional, se obsesiona con resolver una serie de crímenes que desafían la lógica.
Cada asesinato es cometido con precisión quirúrgica y una extraña sustancia, pero lo que más perturba es el patrón: ocurren cada nueve años.
Mientras la ciudad se sumerge en la incertidumbre, la vida de Lockhart se desmorona lentamente. Lo que empieza como una carrera por la verdad se convierte en una caída libre hacia la paranoia y la pérdida.
Acompañado por Michael C. Hall (sí, el inolvidable Dexter) y Cleopatra Coleman, el elenco logra sostener el peso de una narrativa que se mueve entre géneros y épocas.
El director Mickle, fiel a su estilo oscuro, ofrece una dirección sobria que se crece en las escenas más íntimas: los diálogos entre padre e hija, el paso del tiempo reflejado en los rostros, y esa tristeza latente que se respira incluso cuando todo parece ir bien.
Sin embargo, el gran problema de la película radica en su ritmo.
La historia apuesta por la cocción lenta, con momentos de brillantez que se ven empañados por decisiones narrativas que debilitan el impacto final. El prólogo futurista, aunque visualmente ambicioso, quita fuerza al misterio central y deja al espectador con la sensación de que ya sabe más de lo que debería.
Además, el guion firmado por Gregory Weidman y Geoffrey Tock intenta jugar con la estructura temporal pero cae por momentos en la confusión y la repetición. De todos modos, una propuesta digna para ser descubierta.