Es una de las actrices más bellas que ha dado el suelo argentino, pero también talentosa al punto de conformar uno de los personajes de “mala de novela” más recordados de la televisión, en "Chiquititas", aún después de 25 años de su emisión.
La actriz que encarnó a una de las villanas más memorables de la televisión, vuelve con un proyecto que planea filmar en Mendoza, junto a un productor local.
Es una de las actrices más bellas que ha dado el suelo argentino, pero también talentosa al punto de conformar uno de los personajes de “mala de novela” más recordados de la televisión, en "Chiquititas", aún después de 25 años de su emisión.
Guadalupe Martínez Uría, que comenzó a actuar a los 11 en “Pelito” y no paró hasta que una decisión crucial en su vida la alejó de las pantallas, tiene planeado volver a trabajar como actriz pero también como productora, de la mano de dos realizaciones propias: una película y una docuserie (no quiso dar más detalles) que serán filmadas parcialmente en Mendoza, junto a su coequiper Roberto Melimaci.
Ese fue el motivo de su visita a la provincia durante esta semana en la que, además de visitar posibles locaciones, aprovechó para conocer bodegas en el Valle de Uco y compartir tiempo con familiares.
Guadalupe participó en diversas producciones televisivas que la consolidaron como una figura reconocida en el medio. En 1987 interpretó a María Laura en "Clave de Sol", tal vez el trampolín a lo que sería una seguidilla de papeles en grandes producciones televisivas que, en aquel momento, hacían estallar el rating y por el cual los canales competían cabeza a cabeza con sus apuestas en pantalla.
De 1992 a 1994 encarnó a Gisele, la mejor amiga de Josefina (Nancy Anka) en la exitosa serie "¡Grande, Pá!”. Posteriormente, en 1995, hizo de Dolores Agüero, la villana que se interponía entre los personajes de Gabriel Corrado y Romina Yan en la primera temporada de "Chiquititas".
Antes de eso, estuvo en “El precio del poder”, “Perla Negra” y “Alta Comedia”. Además, formó parte de otras ficciones como “Alén, luz de luna”, “Mi Cuñado”, “De Corazón”, “RRDT”, “La Nocturna", “Los buscas de siempre” y “Herencia de amor”.
En el ámbito cinematográfico, Guadalupe participó en películas como "Caballos Salvajes" y "Plaza de Almas". A pesar de su creciente éxito, decidió alejarse de la actuación para enfocarse en su vida familiar junto a su esposo, Diego Bidner, y sus tres hijos: Ona, Kala y Máximo.
Hasta ahora, se había mantenido alejada de los reflectores, pero vinculada al mundo artístico como representante y productora musical de su hija Kala Bidner, quien ha iniciado una prometedora carrera como cantante solista.
En una charla con Los Andes, repasa su vida como actriz, adelanta algo de lo que será su nueva producción y opina acerca del giro que dio el streaming a la industria audiovisual.
-¿Cómo surge este proyecto después de tanto tiempo?
Mira, este proyecto sale inicialmente con Roberto (Melimaci). Nosotros estudiamos juntos producción y dirección hace muchos años, cuando éramos niños. Después se volvió a Mendoza y siempre quedó como: "Tenemos que hacer algo juntos". Yo había dejado la actuación pero siempre pensé: "Voy a ejercer la parte de producción y de dirección en algún momento de mi vida". Sin embargo con la familia y los hijos chiquitos estaba difícil poder coordinarlo. Hace un año y medio empezamos a ver si podíamos hacer algo “Vamos por acá, ¿no? Vamos por allá". Hasta que él me plantea algo que... no puedo ser muy explícita pero él me tira una idea y le digo: "Me gusta esa idea, la transformaría en una docuserie, y esa idea que vos tenés que sea posterior. Pero empecemos con esta docuserie". Y obviamente, para él Mendoza es como el centro del mundo, entonces me dice: "Bueno, pero tenemos que grabar acá".
-¿Te gusto la idea de grabar en Mendoza?
A mí me encanta, porque si bien la ciudad tiene su ritmo, no es la locura de Buenos Aires. Y tenemos planeado hacer todo lo que se pueda. Alguna parte que obviamente tenemos que hacer en Buenos Aires o en algún otro lugar. Entonces, me vine por acá también a ver un poco locaciones, qué es lo que se puede hacer, cómo poder organizarlo y armarlo. Así que vine para eso, más allá de que tengo familia acá y aproveché para verlos.
-Hablemos un poco de tu carrera, de tu trayectoria. Has interpretado varios roles ¿cuál ha sido el que más te marcó y por qué?
Para mí el más importante siempre creo que fue Clave de sol, porque fue un escalón diferente. A partir de ahí aparecieron todos los otros trabajos, de todo tipo, lo que quieras. Entonces, yo tengo que decir que ese personaje fue el que, de hecho, la mayoría recuerda. Por algo es. Por más que después te diga: "Bueno, no, la verdad es que también el personaje en El precio del poder era otro tipo de historia y con otra trascendencia, más para adultos". Pero en realidad, si yo salgo a la calle, se acuerdan de Clave de sol. Sin ninguna duda.
-¿Qué opinión tenés sobre cómo ha cambiado el streaming la industria audiovisual?
Por supuesto que tengo opinión. Tiene sus partes positivas y sus partes negativas. Esto en todo. También ocurre en el mundo de la música. Mi hija es cantante y yo estoy detrás de su carrera, donde pasa exactamente lo mismo. Antes dependías de un sello o, como en este caso, de la televisión y de cuatro o cinco personas que podían decidir si vos eras visible o no. Hoy en día es mucho más democrático. Porque vos podés subir millones de cosas sin necesidad de mucho dinero.Hoy hay un montón de tiktokers, youtubers, que no dependen de grandes inversiones y pueden hacerse conocer. Pero también hay mucha más competencia que antes. Entonces, las cualidades pueden ser mejores o peores. Hay productos muy bien realizados con historias flojas y hay historias excelentes con poca producción que pueden darse a conocer. Antes eso no era tan factible. Ir en contra de la corriente es ser suicida. Tenés que adaptarte a lo que viene.
-¿Qué desafíos sentís que vas a encontrar después de tanto tiempo sin actuar? ¿Te dan nervios?
¿Sabés cuál es el único nervio que me agarra? La memoria (se ríe) porque ya a esta altura estoy más allá del bien y del mal. Antes pensaba: "Uy, ¿Qué van a decir? ¿Voy a quedar como una tonta?". Ahora mis hijos son los que se preocupan por eso. Yo les digo: "Chicos, ya está. Será lo que Dios quiera". Pero lo único que me preocupa es la memoria. Antes tenía una velocidad increíble. Me decías: "Leé este libreto", y me acordaba. Ahora digo: "¿Cómo voy a hacer?".
-Has trabajado con grandes figuras de la televisión. ¿Con quiénes tenés algún buen recuerdo o anécdota para contar?
Ay, eso estaría bueno que me lo pidas antes. ¿Te acordás que te acabo de decir que mi memoria...? (se ríe)
-Y si tuvieras que elegir un papel soñado, algo tipo diva de Hollywood, ¿Cuál sería?
Yo quería ser La Mujer Maravilla, y si fuera por mí, la hago hoy también.
-Todas queríamos ser ella. Volviendo al proyecto, ¿Cómo lo visualizas a futuro?
Tiene dos etapas. Esta primera, que es una docuserie, y una segunda, que será una película el año que viene. Después de eso, tal vez armemos una productora y sigamos con otros proyectos. Pero empecemos por esto.