El festival “Música y Sombras” trae consigo una oportunidad única para los amantes del tango en Mendoza. Esta noche es la última presentación de renombrados artistas encargados de darle vida a esta propuesta que combina música, arte y gastronomía y que hicieron dos presentaciones previas, el jueves 28 y el viernes 29. Entre ellos, brilla con luz propia Victoria Di Raimondo, una de las voces más influyentes de la escena tanguera actual, que se presenta esta noche en el Teatro Independencia junto a Astillero y Cooperativa Bajo Club, partir de las 21. Las entradas se pueden adquirir en entradaweb.com o en la boleterìa del teatro.
Radicada en Buenos Aires, esta cantante mendocina ha recorrido un camino artístico que desafía los moldes tradicionales del género. Victoria comenzó su carrera con la banda Altertango, donde junto a Elbi Olalla reimaginó el género con un sonido contemporáneo, fusionando elementos eléctricos y letras profundas. Esta etapa marcó un hito, consolidándola como una intérprete audaz y una letrista introspectiva, capaz de explorar las dimensiones más trágicas y apasionadas.
A lo largo de los años, Victoria ha sido parte de numerosos proyectos, como el Cuarteto La Púa y colaboraciones con músicos como Hernán Reinaudo, con quien grabó el disco Negro sobre Negro. Recientemente lanzó Pretérito Imperfecto, un trabajo junto a la pianista Paula Gandino que combina intimidad y fuerza, explorando las emociones humanas con un registro de piano y voz que “va al hueso”, según describe la propia artista.
El tango actual y las nuevas generaciones
El festival no solo fue un espacio para disfrutar de artistas como La Andariega, sino que también mostró el talento emergente de la provincia, como la orquesta escuela La del 1800. Los días previos, se presentaron Alfredo Tape Rubin y Araca Aires Urbanos en Willys Bar, el jueves. En tanto el viernes estuvieron La Andariega, La Cuarta de Fierro y La del 1800 Orquesta Escuela de Tango en el Espacio Cultural Julio Le Parc.
Este esfuerzo por renovar el tango actual resuena con las propias palabras de Di Raimondo: “Le pongo todas las fichas a esta nueva generación en el tango. Están trayendo algo increíble que asegura un futuro brillante para el género”, aseguró en entrevistas anteriores con Los Andes.
Más allá del escenario, Victoria ha sido una voz activa en la defensa de los derechos de los artistas. Durante la pandemia, formó parte de iniciativas como la creación de la Asociación de Compositores e Intérpretes de Tango (ACIT), trabajando en proyectos de ley para fortalecer el género y las condiciones laborales de sus intérpretes
La presentación de Victoria Di Raimondo en “Música y Sombras” es un encuentro entre tradición e innovación que reafirma al tango como un arte vivo y en constante evolución. Entre ensayo y ensayo, Victoria charló con Los Andes acerca de la importancia de los festivales, el tango actual y la participación de mujeres en un género históricamente masculino.
-”Música y sombras” propone una mirada renovada del tango. ¿Cómo ves el lugar del tango en la actualidad y cómo crees que conecta con las nuevas generaciones?
El tango actual incluye una gran diversidad de propuestas y formatos: hay orquestas típicas, grupos de guitarras, dúos, formaciones de cuerdas o de vientos, es realmente muy heterogéneo. Creo que el gran puente entre el tango actual y las nuevas generaciones han sido y son las diferentes escuelas de música popular como la EMPA (Escuela de Música Popular de Avellaneda) o el Manuel de Falla, por nombrar solo algunos; espacios donde la mayoría de los músicos de mi generación dan clases desde hace muchos años. El otro gran puente son las orquestas escuela, gran semillero de músicos jóvenes que vienen acercándose al tango desde ya mucho tiempo. Claro que también están los conciertos, pero creo que gran parte del público joven que asiste viene porque escuchó tango nuevo a través de las propuestas educativas que te mencioné antes. Esto da cuenta de la importancia que debemos darle a estas propuestas de educación musical gratuitas y de muchísima calidad.
-Tu participación en este festival destaca entre grandes referentes del tango contemporáneo. ¿Qué significa para vos ser parte de una propuesta que busca reivindicar la identidad del tango actual?
Me cuesta responderte esto… hace tantos años que ando metida en esto, que para mí es sencillamente un modo de vida, una forma de ser y de estar en mundo. Nunca me pienso en términos de ser una referencia para nadie, y los otros grandes referentes a los que aludís, son, en primer lugar, mis amigos desde hace mucho tiempo, personas con la que comparto mi vida. Dicho esto, me encanta tocar con ellos, tengo un gran respeto por la música que hacen, y siempre es un honor sentirme parte de esta movida. Creo que de lo único que puedo jactarme es de ser consecuente: de unos cuantos años a esta parte, aposté por las nuevas composiciones porque me parece que tienen una gran calidad musical y letrística y porque creo que son necesarias para que la rueda siga girando, porque hablan de una Argentina cercana o actual, de la historia que hemos transitado como generación, en la cual ya no hay malevos ni milonguitas, y en la cual el paisaje ya no es un telón de fondo que representa la nostalgia del barrio sino un espacio incómodo, atravesado por la pobreza o por la alienación del trabajo.
-El tango siempre ha sido una mezcla de emociones y matices. ¿Cómo equilibras en tus interpretaciones esa dualidad entre lo visible y lo oculto que propone el festival?
Yo siempre he sido una cantante un poco salvaje, salvaje en el sentido de que no estudié canto y entonces nunca intelectualicé el acto de cantar, pero como canto desde que tengo uso de razón, entonces tengo mucha experiencia, tal vez de eso me valgo. Creo que es la letra y la armonía de una canción la que te hace optar por determinados matices y jugar con distintas emociones para armar una interpretación. En las músicas y la letras hay luces y sombras, como en la vida, aunque creo que las nuevas composiciones, en su mayoría, se caracterizan más bien por partir de cierta oscuridad, entonces es necesario que esa oscuridad forme parte de la interpretación.
-Sé que no es la primera vez, pero volver a Mendoza ¿Qué desafíos y emociones te genera presentarte en un espacio tan emblemático como el Teatro Independencia?
Podrá sonarte raro, pero yo nunca he sentido que me fui de Mendoza, siempre voy, siempre estoy en contacto con los músicos de allá. Un poco como dice el recitado de Troilo: “algunos dicen que yo me fui de mi barrio… ¿pero cuándo?, si siempre estoy llegando”. Además, a dónde quiera que esté, siempre soy “la cantante mendocina” y a mucha honra. Vivir acá o allá es algo que solo tiene que ver con las circunstancias, y las circunstancias han sido básicamente el tango, de hecho muy pronto voy a pasarme una temporada en las montañas. El Teatro Independencia, siempre lo digo, es mi lugar en el mundo, lo amo, me siento como en casa cantando ahí y siento un gran aprecio por los técnicos que trabajan en el lugar. Así que siempre es una fiesta para mí cantar en ese espacio.
-”Música y sombras” incluye disciplinas como la gastronomía y las intervenciones visuales. ¿Qué opinas de estos formatos interdisciplinarios y cómo impactan en la experiencia del público?
Creo que está buenísimo compartir la música con otras artes, y que por supuesto es para el público una experiencia muy completa poder disfrutar de distintas disciplinas, es siempre enriquecedor.
-A lo largo de tu carrera, has trabajado con diferentes propuestas artísticas dentro del tango. ¿Cómo dirías que ha evolucionado tu forma de interpretar este género?
¡No sé si ha evolucionado! Ja ja ja, pero el hecho de haber podido trabajar con diversas propuestas ha sido la posibilidad de aprender mucho de los colegas con los que he tenido el placer de compartir la música. Estoy siempre muy agradecida por el tiempo compartido y por el camino recorrido. Me han enseñado mucho. En la música, creo, la experiencia se traduce en saber hacia dónde querés ir, qué proyectos querés. Y lo que no querés, lo dejás de lado. Pasa el tiempo… y queda menos tiempo: hay que aprovecharlo.
-En el festival compartirás escenario con grandes agrupaciones como Astillero y Cooperativa Bajo Club. ¿Qué esperas de esta colaboración y del impacto en el público?
Con la Cooperativa hemos compartido el escenario, creo que el año pasado, en otro festival, son divinos y suenan muy bien. Es la primera vez que me invitan a cantar, seguro que será una hermosa experiencia. ¡Y Astillero es mi banda favorita! Es una bomba la experiencia de escucharlos en vivo, son increíbles las composiciones, es una gran propuesta del tango contemporáneo, los que no los hayan escuchado en vivo tienen que ir porque verdaderamente está buenísimo lo que hacen. Además son mis amigos y hemos compartido la música durante mucho tiempo. Julián Peralta es una persona muy importante en mi vida, he aprendido muchas cosas de él. Cantar en su Orquesta Típica ha sido una experiencia realmente trascendental para mí, y representa, además de un espacio musical muy potente, un espacio simbólico muy importante para el tango contemporáneo, en tanto allí están las nuevas composiciones interpretadas por músicos y cantores comprometidos con la propuesta.
-El tango ha sido históricamente un espacio dominado por figuras masculinas. ¿Qué lugar ocupa hoy la voz femenina en el tango contemporáneo, y cómo ha sido tu experiencia como mujer en este género?
La voz femenina, en el tango, siempre ha tenido una presencia muy importante. Desde las cancionistas de los años 20 y 30 y las grandes figuras, como Susana Rinaldi, hasta las figuras actuales. En lo personal, nunca juzgué mi experiencia musical en términos de género, tal vez porque comencé a cantar desde muy pequeña y nunca sentí que tuviera que estar abriéndome camino en un mundo de hombres. Fue algo natural, tal como se dieron las circunstancias en mi caso.
-Mendoza tiene una creciente escena cultural. ¿Qué relevancia crees que tienen los festivales como este para la difusión del tango en provincias alejadas de Buenos Aires?
Para mí es fantástico que se siga apostando por estos acontecimientos que permiten el encuentro. La difusión del tango nuevo es escasa, no sólo en las provincias sino en términos generales, en la misma capital inclusive. Es una deuda que tiene la cultura argentina con este género tan rico.
-Por último, ¿podès adelantarnos algo sobre el repertorio que presentarás en el festival y cómo se relaciona con la propuesta temática de ‘Música y sombras’?
El repertorio está conformado por canciones nuevas, algunas mías y otras compuestas con colegas músicos. También habrá composiciones de otros autores contemporáneos: Tape Rubin o Alorsa. Creo que estas letras y músicas tienen algo de las sombras que forman parte de la belleza que es propia del arte.