A doce días de haber inaugurado la muestra “Van Gogh, experiencia inmersiva”, en el Auditorio Ángel Bustelo, el entusiasmo del público no decae y son cada vez más las personas que asisten para vivir la historia del artista holandés desde adentro. Además, desde el viernes 13 se instaló un living en la platea de entrada al auditorio, al aire libre, con tragos y comida tipo gourmet, además de juegos y sorteos animados por un grupo de jóvenes profesionales del teatro y la comunicación.
En sí, toda la experiencia es muy agradable.
La muestra tiene un sistema de ingreso cada 15 minutos. Es decir, las puertas vidriadas del Bustelo permanecen cerradas hasta la hora fijada, tras lo cual se permite un ingreso al hall general, donde una guía da algunas indicaciones e invita a ingresar a la sala.
Allí, el recorrido a través de las obras más representativas de cada etapa del artista están acompañadas de una breve explicación y una frase del pintor extraída de las cartas que enviaba a su hermano Theo, gracias a las cuales se pudo establecer la progresión creativa de su obra.
Estas, son once “estaciones” que, cual un vía crucis, ayudan al visitante a recorrer no solo la obra, con su explicación técnica, sino la circunstancia sintiente del artista, aquello que atravesaba sus pensamientos y que era expresado a través de la forma y el color.
Si uno se toma el tiempo de leer cada parada y observar el detalle en las pinturas, llega con el ánimo apropiado y en el punto justo para traspasar las “cortinas blancas”, detrás de las cuales se encuentra exhibida la experiencia inmersiva.
“El loop del video dura 52 minutos”, explica Laura Ortiz, coordinadora del Auditorio Bustelo “y la idea es que la gente entre y salga, no que se queden tanto tiempo. Sin embargo se quedan aunque sea sentados en el piso”, agrega sorprendida.
Hasta el momento, se calcula que unas 12 mil personas ya pasaron por las instalaciones del Auditorio Bustelo. “Tenemos 950 personas por día, estimamos que hasta el 9 de febrero, cuando se termine la muestra, habrán pasado unas 40 mil personas” sostuvo la coordinadora del Auditorio Bustelo.
El público sale satisfecho, por decir lo menos. En general, parecen haber sido traspasados por la historia personal del pintor, conmovidos por las imágenes y el relato: “Yo estuve en otras experiencias inmersivas, pero en ninguna escuché un relato tan bien logrado como en esta”, dijo una señora a la salida del auditorio.
En general, las coincidencias estaban puestas en la calidad, el tono y la inflexión de la voz en off que acompaña las imágenes.
“Yo viví 42 años en Nueva York, donde hay una muestra permanente de Van Gogh, pero nada que ver con esta experiencia. Es maravillosa”, dijo una señora que salía de la sala con hojas de papel A4 rayoneadas con crayón “Y esto -mostrando las hojas- es una idea buenísima para grandes y chicos”, agregó.
El comentario hacía referencia a que a la salida de “las cortinas blancas”, hay una sala con tres espacios bien diferenciados. El primero tiene pequeñas ambientaciones simulando los cuadros del artista, para que la gente se saque fotos como si fueran parte de la pintura.
En el segundo, unas máscaras de realidad virtual sumergen al usuario en el cuadro “La noche estrellada” y lo llevan por un camino de piedras hasta la casa amarilla y luego, al cuarto del artista.
Finalmente, un espacio pensado para niños pero utilizado por gente de todas las edades: unas mesas con acrílicos punteados donde se colocan hojas de papel y se rayan con crayón logrando emular las pinturas del artista.
Tres amigas, entre divertidas y conmovidas contaron sus experiencias: “Nosotras vimos muestras de Van Gogh en Ámsterdam, en Londres y en Buenos Aires, todas magníficas, pero es solo el cuadro, no hay nadie que te acompañe con una explicación, como acá que están los carteles y el relato en el video”, dijeron.
“En un momento, una chica al lado mío estaba tan emocionada que se le corrían las lágrimas”, contó una funcionaria de Cultura al narrar su visita a la muestra.
Claramente, la interacción del público con la obra logra un acercamiento mucho más intenso y logra meter al espectador no solo en la experiencia visual sino en la piel del artista, lo que permite un entendimiento mucho más profundo de su vida y su mirada del mundo.
VAN GOGH, IMMERSIVE EXPERIENCE
Días y horarios: de lunes a domingo, de 19 a 23 horas. Hasta el 9 de febrero.
Lugar: auditorio Ángel Bustelo.
Entradas: En tuentrada.com.