“Cosiendo aprendo” es la frase de cabecera de Fabiana Marquesini. Desde muy joven, la mendocina se volcó al oficio de la costura por inquietud y de manera autodidacta. Hoy, después de cinco años, con su canal de YouTube cosechó más de 700 mil suscriptores y casi 80 mil seguidores en Instagram, donde diariamente ven sus tips y tutoriales para aprender a coser y diseñar tus propias prendas.
Claro que a ese lugar no llegó de un día para el otro. Su gusto por el diseño, el hilo y la aguja lo heredó un poco de su madre y abuela, que tenían esa costumbre. Sus primeras experiencias fueron cosiendo algunas prendas para salidas y bailes. Y hoy eso se volvió su marca registrada.
Es mendocina, pero vive hace más de treinta años en Buenos Aires. Allí explotó esta faceta donde alcanzó popularidad al participar en ciclos televisivos del canal Utilísima. Después de su paso por la televisión encontró en las redes su canal de expresión que ella sola maneja y donde pudo combinar la docencia, la pasión por el oficio y su personalidad inquieta y divertida.
¿Cómo empezó su carrera Fabiana Marquesini?
“Siempre me gustó coser, a mi mamá siempre le gustó. Pero de cinco hermanos, sólo a mí me gustó la costura. En su momento en Mendoza no había una carrera de diseño o costura y estudié profesorado de Educación Física. Y cuando vine a vivir a Buenos Aires, fue este llamado en la tele de Utilísima, donde me presenté y quedé seleccionada. A partir de ahí mi vida cambió, porque mucha gente quería tomar clases de costura y al tener el peso de la docencia, creo que me facilitó y abrió las puertas para poder transmitir esto que me gusta tanto”, cuenta Fabiana, quien se presentó a la convocatoria sin currículum y algunas prendas confeccionadas por ella.
En la señal de cable trabajó en el ciclo “Puntos y Puntadas”, donde era encargada de la sección infantil y destaca que la televisión le enseñó a cómo comunicarse ante cámara y pulió el oficio al conocer a grandes molderistas.
“Todo el tiempo la gente se acuerda del programa. Tiene mucho peso y el canal me dio un público importante, porque era la única señal que tenía contenidos de manualidades, decoración. Y hoy abrís YouTube y tenés muchísima oferta. Era un canal que muchos tenían prendido todo el día, porque algo te gustaba, las plantas, la pintura, la decoración, gastronomía. Y es al día de hoy que se acuerdan de mi participación”, cuenta.
Tras su paso en Utilísima, la mendocina sabía que quería continuar con la costura. Por eso decidió sin ningún conocimiento previo y con la ayuda de su sobrino abrir su propio canal de YouTube y realizar videos y tutoriales con sus técnicas de costura.
“Esto con la costura nunca me lo imaginé. Siempre digo que se está por terminar, pero parece que no. Sigue apareciendo gente que le gusta coser. Me acuerdo cuando tenía 40 mil seguidores y pensé que se quedaba ahí”, cuenta sobre los primeros años en su propio canal.
¿Cómo se organiza como influencer?
La mayoría del público que la sigue son mujeres, dispuestas a aprender y revalorizar el trabajo manual, donde Fabiana le pone su propia impronta, con técnica, pero una parte lúdica y humorística para hacer más llevadero el momento.
“La mayoría son mujeres, el 85% son mujeres según las estadísticas. Pero a esa porción de los hombres, les fascina lo que es la costura y se dedican a eso. Otros en la pandemia se animaron a usar la máquina de coser, que tal vez tenían en su casa sin usar”.
-¿Cómo te organizás para generar contenidos?
-Todos los días grabo algo, lo hago sola. Antes tenía ayuda, pero ahora lo hago sola, estoy más cómoda, porque sé dónde me debo detener, tengo que hacer zoom, porque es costura y se tiene que ver todo. Al comienzo lo hacía con una cámara y ahora lo hago con el celular, porque tiene una cámara genial y solo lo hago con eso. Me resulta cómodo y contraté una aplicación para editar los videos. Y los subo tanto en YouTube, pero también en Instagram: los reels son divertidos y me entretienen. Y también Tik Tok, siempre hay algo para hacer.
¿Qué opina de la Ley de Talles?
La demanda y pedidos de los seguidores es permanente. Fabiana Marquesini todos los días tiene alguna idea para hacer y todas las prendas que usa son confeccionadas por ella: ya sea una blusa, un saco o un pantalón de vestir.
“Me piden varias cosas, generalmente la mujer pide prendas para la parte de arriba, blusas, sacos. Pero también decoración del hogar, que ahora hay un boom fuerte, por ejemplo las fundas de los sillones. Y hay mucho reciclado, que a la gente le gusta. A mí se me ocurren todo el tiempo ideas, siempre estoy pensando qué hacer. Es muy lindo el feedback con la gente, porque siempre te piden algo y a mí me sobra material”.
El leitmotiv de su proyecto es aprender a coser sin importar el talle. Abanderada de la Ley de Talles, Fabiana transmite sus tips para todos los que quieran, sin distinción de medidas, tener una prenda a su gusto.
“La Ley de Talles es lo fundamental del canal, porque vos ves algo y te explico cómo hacerlo con tus medidas. Entonces se acabó el problema de a mí no me queda bien, soy flaca, soy gorda, baja o alta. Eso no va y lo importante es que son prendas sencillas y acompañan a la moda de hoy, que es más fácil de realizar que parten de un rectángulo o círculo. Siempre teniendo en cuenta la medida de cada persona”.
El aprender el oficio ha sido para muchos, una fuente de salida laboral, con la que se animaron a emprender su negocio textil en tiempos de crisis.
“Vos podés hacer una sola cosa y ponerla a la venta y si lo vendés hacés más. Ya ni siquiera tenés que hacer cien prendas iguales, eso cambió porque saben que en días lo pueden tener. Mucha gente hizo turbantes para salir de la ducha, muchos lo hicieron sin saber coser. Es algo fácil y útil. También uniformes escolares, prendas. La verdad me llegan mensajes emocionantes, de gente que se animó a coser y que pudo tener un ingreso con la costura”.
-La costura y el trabajo manual es una costumbre que se fue perdiendo con la industrialización.
-En un momento se dejó de lado por la industrialización. Y siempre estaba visto que la modista tiene que ser barata. Y hoy eso cambió, porque es mucho tiempo el que se invierte en ese trabajo y se tiene que pagar. Los arreglos en las prendas llevan mucho tiempo y a veces, la gente subestima que un ruedo lo hacés en un rato y no es así. Me gusta porque la gente cambió su mentalidad en cuanto a lo artesanal, que no tiene que ser barato, que tengan su precio justo. Ahora son muy buscadas las personas que cosen y hacen arreglos de costura.
-¿Cuál es el espíritu de tu proyecto?
-Siempre me despido con esta frase: “Cosiendo aprendo”. Y en el proceso, divertirse, siempre sumo algo de humor con alguna pregunta. Pero mi finalidad es que puedan aprender, que lo hagan con sus medidas en un proceso lúdico. Hay mucha gente que sabe mucho de determinada materia y no se animan a transmitirlo en las redes. Yo abrí el canal a los 52 años y me costó. Y hoy hago Twitch inclusive. De a poco vas aprendiendo si te interesa. Esto tiene mucho trabajo, pero con 52 años no sabía nada y fue un desafío, hasta que lo pude hacer sola. El que tenga algo que transmitir lo puede hacer si está seguro. Y creo que lo fundamental es no quedarse con las ganas de intentarlo.