Gabriel Canci cierra el año con una masterclass de imagen y estilo diseñada para todo público, que se dictará el 17, 18 y 19 de diciembre en la Nave Cultural, en la que promete enseñar las técnicas y secretos de las grandes modelos internacionales, con el objetivo de ayudar a mejorar la imagen personal a través de la forma de caminar, el maquillaje, la elección de las prendas de vestir y hasta la actitud. Sin embargo, detrás de los ítems detallados se vislumbra un objetivo ulterior: ayudar a las personas a mejorar su autoestima y confianza, sin necesidad de hacer un curso de modelaje.
Este empresario nacido en Buenos Aires, que en su infancia logró gran popularidad como Tito Zabaleta en “Señorita maestra”, fama cantando tangos en programas como “La Botica del Tango”, “Son Risas Once”, “Cordialmente” y “Sábado de Todos”, que descubrió desde joven su pasión por la moda y que por un giro de la vida terminó viviendo en Mendoza, recuerda aquellos tiempos en que, recién llegado, trataba de adaptarse a la vida de provincia. “Caminábamos como con mi mamá cuadras y cuadras enteras, porque nosotros vivíamos al lado de donde hoy está el Sheraton, en Primitivo de la Reta justo detrás del diario Los Andes, hasta la calle Las Heras para hablar por teléfono a Buenos Aires. Imaginate, así prehistórico lo que estoy diciendo”, dice y se ríe.
Canci llegó a Mendoza a los 20 años. “Yo en Buenos Aires vivía solo desde los 18, pero vine acá a vivir con mi familia”, adelanta. Su madre Norma, era representante en Cuyo de una marca de cosmética natural. El negocio iba tan bien que pronto necesitó la ayuda de su hijo mayor y sus conocimientos en el mundo del espectáculo y la moda.
Pero la decisión no era fácil. Gabriel ya tenía una carrera iniciada desde niño, era reconocido y gozaba de cierta fama, había empezado a producir algunos shows y además tenía un trabajo formal en Gas de Estado. “Era dejar todo para empezar de nuevo acá”, señala.
De una forma o de otra, la espiritualidad y la fe siempre estuvieron presentes en su vida, por lo que decidió “hablarle a Dios de frente” para pedirle una señal. “Quiero vivir en un lugar donde pueda desarrollarme y ser feliz” le dijo al Altísimo en esa conversación. Así fue que en solo tres días consiguió el pase de Gas del Estado a Mendoza. “Me gané el odio de mis compañeros, porque no le daban pase a nadie. Me dijeron muchas cosas feas, fuertes, porque en aquella época la discriminación era tremenda”.
Al poco tiempo de radicarse en la provincia y luego de encaminar el trabajo de imagen y comunicación de la representación de su madre, decidió darle rienda suelta a su pasión: la moda.
En una charla con sincronicidades inverosímiles (iba a ser telefónica y nos encontramos de casualidad en el Parque General San Martín) Gabriel habla apasionada y detalladamente de la masterclass que dará esta semana, de la importancia del autocuidado, la autoestima y se anima a opinar acerca de los distintos tipos de bellezas.
-¿Cómo surgió la idea de la masterclass con este gran contenido para tres días?
El contenido impresionante realmente es una maratón de conocimiento para todos aquellos que quieran crecer y perfeccionarse en su imagen personal. No necesariamente tiene que ser para aquellos que aspiran a ser modelos o que ya lo son. Está abierto a todo el público y lo más importante es que puede ser desde 14 años hasta 100. No hay límite de edad. Además, para querer aprender sobre el desarrollo personal, sobre la imagen, nunca hay límite de edad. Entonces lo importante es abrirlo al público.
-¿Cómo nace esto?
Hace muchísimos años que me vienen pidiendo de nuevo el curso de imagen y estilo que duraba un año. Nosotros veníamos amagando pero la verdad yo no tenìa tiempo. A mí no me gusta dejar las cosas en piloto automático, me gusta estar presente porque realmente creo que todo tiene mi sello, y me preocupo para que eso ocurra. Entonces, con esto de hacer un curso y no poder estar en ese curso no era la idea mía.
Lo postergué hasta que dije: “Bueno, es que en diciembre sí o sí hagámoslo”. Finalmente coincidimos con la Nave Cultural gracias a una gestión, obviamente, que hizo la Ciudad de Mendoza, que nos está ayudando en esto. La Nave Cultural que me parece un lugar hermoso para poder hacer esto, de hecho voy a montar una pasarela. Y además yo voy a estar prácticamente el 100% de las clases por más que no las de yo.
-¿Vos vas a dar clases?
Sí, las mías van a ser muy divertidas porque tienen que ver mucho con la comunicación a través de la moda. Entonces desde ese concepto voy a armar juegos, va a ser muy interactivo.
-¿Sentís que has cambiado en tu forma de vincularte con los y las modelos?
En los 90 y un poco después era como Amanda de “El diablo viste a la moda”. Había gente que les preguntaba a mis modelos “¿Trabajás con Canci? ¿Cómo lo aguantas?”. Y la verdad es que después de hacer “El arte de vivir” hace 20 años, aprender públicoa meditar y respirar me cambió la vida. Sigo teniendo el mismo carácter que tenías antes, pero la fiera está aplacada.
-¿Qué se va a encontrar el que asista a la masterclass?
La gente va a poder tener este curso de Comunicación Verbal-No Verbal, ideas del color, es decir qué quiere decir el color que me lo pongo y cómo se proyecta hacia el otro, porque uno va comunicando no solamente la palabra. Vamos a dar técnicas de caminado contándole a la gente cada estilo diferente porque no hay un solo estilo de pasarela. Esto sirve aunque no vayan a ser modelos, para cuando están en una reunión, a ver cómo camino, cómo me presento, cómo seduzco, porque todos seducimos todo el tiempo.
Eso se va a completar a través de automaquillaje y algo que es revelador es que no necesitas tantos productos, con cinco básicos te maquillás perfectamente. A eso se le suma expresión corporal y un poquito de arte escénico con técnicas que son muy importantes para saber cómo plantarse sin vergüenza.
Y terminamos con un shooting day que es un día de sesión de fotos con un profesional de la hostia, que es Mauricio Navarta, y le vamos a entregar a la gente un composite digital unas cuatro fotos con sus datos personales, las medidas y todo lo que se requiere generalmente para entrar al mundo de la moda. Lo importante es que vamos a trabajar mucho de autoestima, con la gran asesora de modas Gabriela Spät, Erika Gómez con maquillaje y cuidado de la piel, Germán Luque que es un loco lindo que es este ingeniero, dramaturgo, director teatral y uno de los guionistas de la Vendimia para todos, entonces es un tipo con una capacidad este artística muy grande
-¿Cómo crees que cambió el concepto de la estética?
Las pasarelas han cambiado una barbaridad y van a seguir cambiando cada vez más. Se han naturalizado un montón de cosas que antes no lo eran. Acordate que yo fui uno de los productores de Super models, mis modelos tenían un 1,75 de estatura la más baja, porque la línea era 1,80 y los modelos masculinos de 1.90. Si bien sigue existiendo hoy el mundo cambió tanto, que el modelo tiene que comunicar con la personalidad: es muy importante la parada, lo que quiere decir, más que la altura. Hay algunos diseñadores que todavía los prefieren tipo maniquí viviente ¿Está mal? No, son estilos.
-¿Cómo te posicionas frente al paradigma actual en el que no se opina de cuerpos ajenos y la norma es la variedad?
Yo lo veo bien. A mí me parece que había que frenar con esta cultura que nosotros traemos de tiempo ancestral, (porque a ver a mí me educaron así, con prejuicios en relación a la altura, la belleza o las etnias) y deconstruirnos no es nada fácil. Me parece que uno tiene que opinar de uno y puede opinar del otro cuando el otro se lo pide, aceptar las diferencias. Pero también me parece que hay un exceso, nos fuimos para el otro lado y se está dando un tipo de discriminación inversa. Si yo voy a un casting y tengo hegemónicos, gente curvy, y gente de color o, por ejemplo, de rasgos andinos, no es que tengo que elegir a todos “Ah, voy a elegir tres hegemónicos, tres curvy y tres etnicos”. Voy a elegir lo que me interesa elegir conforme a mi producto. Si mi producto merece que tenga por partes iguales de distintos géneros, tipos de cuerpo y etnia, genial. Pero creo que tenemos que ser coherentes, hay que buscar siempre el punto medio. Ha pasado inclusive en el seno de mi producción, que te agarraban apenitas la parte de la cintura y tenías un poquito de grasa y te decían. “Estás excedida, tienes que bajar dos o tres kilos para la pasarela”, me parece un abuso. Pero también me parece que es un abuso que ahora tengamos que elegir a toda gente que no es hegemónica para que nos quiera el mundo.