“Se debe hacer humor con todo”, dice Ezequiel Campa antes del show en Mendoza: dónde comprar las entradas

Con su nuevo espectáculo “Sí pero no”, Campa llega nuevamente a Mendoza. La función es este viernes 17 de marzo a las 21.30 en el Teatro Selectro.

El humorista llega este viernes a Mendoza con su show "Sí pero no"
El humorista llega este viernes a Mendoza con su show "Sí pero no"

Este viernes llega Ezequiel Campa al Teatro Selecto de la ciudad de Mendoza con su nuevo espectáculoSí pero no”. Fiel a su estilo, irreverente y desordenado como él mismo lo describe, propone un show no apto para los que “sobrepiensan” el humor y se ofenden por todo. O sí...

¿Dónde comprar las entradas?

Las entradas se consiguen a través del sitio de Ezequiel Campa en eventbrite.com.ar y tienen un valor general de 3.400 pesos.

Antes de su llegada a la provincia, habló con Diario Los Andes. Y habló de todo. Mucho. Por lo general los artistas vienen con un chip de entrevistas. Tienen que hablar con un montón de gente y ya tienen más o menos un esquema de respuestas. A algunos se les nota más que a otros, pero con Campa es distinto.

¿Qué espera Campa del show en Mendoza?

Ezequiel Campa se anima a hablar de la risa, la comedia y los que ofenden. Una entrevista profunda con un hombre que no puede vivir sin humor.

- Ezequiel, una nueva visita a Mendoza. ¿Qué expectativas tenés con este nuevo show?

-Bueno, es un nuevo show, y eso siempre genera mucha expectativa sobre ver cómo lo van a recibir en una provincia como Mendoza, a la que voy hace como diez años seguidos. Suelo ir varias veces por año ya como una plaza fija en mis giras. Y, bueno, una nueva propuesta, nuevo material, nuevos chistes. Y veremos cómo le cae a la gente esta vez.

- ¿Qué tiene de Mendoza de especial que la hace una plaza fija en tus giras?

-Lo que a los comediantes nos hace volver a un lugar es cómo nos reciben y cómo salen las funciones, y Mendoza en particular, junto con otros lugares como Rosario, Mar de Plata y Córdoba, suele ser una fiesta. A la gente le interesa mucho nuestro laúd. Y cuando digo interés digo que vienen al teatro y eso es lo más estimulante, ver que las entradas se venden, que la gente te escribe preguntándote cuándo vas a ir y que después te responde que la pasaron muy bien. Eso es lo que a uno le dan ganas de ir.

El humorista llega este viernes a Mendoza con su show "Sí pero no"
El humorista llega este viernes a Mendoza con su show "Sí pero no"

¿De qué trata su nuevo show?

- Tu nuevo show es “Sí, pero no”.

- Es mi quinto o sexto, ya perdí la cuenta, espectáculo unipersonal de stand up, que estrené en noviembre del año pasado, o sea que tiene unos meses de rodar. Es un show en el que hablo siempre desordenadamente, como es mi cabeza, de un montón de temas. Voy pasando desde temas de actualidad hasta varios temas que son recurrentes en mi show, que tienen que ver con el paso del tiempo, las relaciones de pareja y la familia. En este show en particular, a diferencia de otros, hablo mucho de la familia con mi estilo, al que prefiero describirlo como “políticamente incorrecto”. Siempre corriendo la línea de lo que la gente más conservadora dice o cree que no se puede decir o hacer comedia. Yo tengo una política muy particular respecto de eso y siempre el estilo de humor que a mí me gusta tiene que ver con eso. No creo en otro tipo de humor. Me identifico mucho con un humor irreverente y me gusta mucho que la gente conservadora se ofenda.

¿Cómo se lleva Campa con el humor “políticamente correcto”?

- En esa línea, ¿se puede hacer humor con todo?

-No solamente se puede, sino que se debe hacer humor con todo. Si uno plantea esa discusión, ese análisis, parecería como que el humor es algo malo y parecería que el humor es burlarse. ¿Por qué vos no me preguntás a mí si se puede hacer drama sobre cualquier tema? ¿Por qué el drama es respetuoso y la comedia no? La comedia es un género más dentro del maravilloso universo del teatro y no solamente puede, sino que debe hacerse humor con todo. Este es un asunto que yo lo tengo bastante analizado y tiene que ver con varios motivos. El primer asunto tiene que ver con que, por una cuestión religiosa y cultural, todo lo que nos da placer, nos genera culpa inmediatamente, y la risa genera mucho placer. A mucha gente le genera una contradicción en sus cabezas estar riéndose de algo doloroso, de algo tabú, de algo de lo que supuestamente no se debe reír. La risa está muy asociada a la burla y la comedia no es risa y burla, la comedia es otra búsqueda. Hay una generación entera criada a cámaras ocultas de VideoMatch en donde la comedia era reírse del otro, ponerlo al otro en el lugar de víctima, y en el stand up, sobre todo en mi estilo nada que ver. El que se pone en ese lugar soy yo.

-Mucha gente se ofende.

-El otro asunto es que mucha gente le da demasiada importancia el hecho de ofenderse y al hecho de opinar todo. Creen que ofenderse es tener razón. Es tremendo. El argumento para decir que lo que vos hacés está mal es que a mí me ofende. Eso no es un argumento. Y el error está en poner, como decía Enrique Pinti 40 años atrás, a los artistas como el faro moral de la nación. Históricamente, el teatro y la actuación nunca fueron lugares para ir a buscar ejemplo, a Dios ni faros morales de nada. La actuación existió y el teatro, sobre todo, existió para ir a hacer todo lo que no se puede hacer en la vida. Para eso está el teatro, para ir a jugar. Ese es el lugar de libertad que las sociedades, a través de los años, se han ido dando para decir, “bueno che, moralmente, todo esto está pésimo”.

- Estamos en una época de muchas susceptibilidades y el humorista es uno de los primeros en los que se pone la lupa.

-Hoy nuestros medios masivos son nuestras redes sociales. La manera en la que nosotros llevamos gente a los teatros y vendemos entradas hoy por hoy es 99% redes sociales, y como en las redes sociales está el famoso algoritmo que, si vos hacés algo “moralmente incorrecto”, te esconde, te banea, te censura o te baja la publicación, es muy delicado. Entonces, la cabeza de muchos está “algoritmiada” y ahí es donde aparece todo este humor al que yo llamo humor de gente blanca, humor edulcorado. Lo peor de todo es que hay mucha hipocresía detrás de eso porque nos conocemos todos y uno sabe que esa persona no es como se muestra, y eso para mí es una estafa, una estafa estética. Saber lo que pensás, saber lo que opinás, saber lo que tendrías ganas de decir, pero cambiás las palabras, cambiás las ideas, no sea cosa de que vendas 15 entradas menos o se vayan 30 seguidores.

- Y en este contexto, ¿para vos es más difícil hacer contenido o no?

-Yo creo que si le vendiera el alma al diablo, bajara el tono, fuese careta y no dijera un montón de cosas que pienso, sospecho que me iría no mejor, porque no creo que me vaya mal, pero, tal vez, sería más masivo o más popular, pero prefiero morirme cinco veces antes de no decir las cosas que a mí me dan gracia.

- Bueno, pero desde tu incorrección te va bastante bien. Pienso en Dicky del Solar y es un personaje muy popular.

-Bueno, Dicky del Solar, entre otras cosas porque tiene bastantes aristas el personaje, una de las razones por las que existe es justamente porque yo encontré que desde un personaje uno puede saltearse todo eso de lo que hablo. Poner la responsabilidad en otro y entonces desde el lugar del personaje uno puede realmente hacer y decir lo que quiera. Por suerte, mucha gente lo entendió. Después, hay gente confundida. Pinti lo decía en “Salsa Criolla”: siempre hay una vieja forra o dos viejas forras que se ofenden porque uno dice una palabra, pero no se ofenden cuando suceden cosas realmente graves. Enrique te lo decía hace 40 años y, sin embargo, sigue existiendo esa gente.

¿Qué otros proyectos tiene Ezequiel Campa?

- Ya lo nombraste varias veces a Pinti así que me imagino que viene por ahí... ¿cuándo te diste cuente que lo tuyo era el humor?

-Yo quería ser actor dramático. Sentía como una inclinación hacia la actuación cuando era chiquito que tenía que ver con que me gustaba que me miraran y llamar la atención. Pero en un principio yo quería ser un actor dramático, así como los actores que ama mi vieja de la época de oro del cine americano, Marlon Brandon o Cary Grant. Lo intenté durante muchos años, estudié actuación, pero siempre me costó mucho y me fui yendo hacia a comedia. Y bueno, hace muchos años apareció el stand up como una cosa complementaria a la actuación y después pasó a ser al revés. Yo pasé de ser un actor que hace stand up a ser un standupero que a veces actúa.

- Ahora estás “despuntando el vicio” con Dalia Gutmann en la obra de Esther Goris.

-Sí, con Dalia estamos haciendo “Como te soñé” de Esther Goris, que es una obra muy poética, muy poética, en la que ella es una autora y yo soy un personaje que ella escribe y que se le aparece, así como una especie de fantasma, en donde se mezcla qué es real y que no, que es ficción y que no.

El humorista llega este viernes a Mendoza con su show "Sí pero no"
El humorista llega este viernes a Mendoza con su show "Sí pero no"

- Muchos usan el stand up como catarsis, ¿te pasó? ¿Sentís que puede haber ido por ahí también, la necesidad de decir cosas que tenías guardadas y que querías contar?

-Sí, pero no. Es algo que sucede como consecuencia, pero no es una búsqueda. Es algo que termina sucediendo. Por ejemplo, en mi show anterior hablaba mucho de mi mamá, una persona quilombera y con la que tuve mucha historia, y de repente, haciendo humor con eso, contándoselo a la gente en cientos de funciones, de tanto hablarlo hay como una cosa de exorcizar eso.

- Entonces el humor tiene algo de sanador, ¿no?

-Dicen. Lo que me pasa con el humor es que me parece una de las pocas cosas, junto con el amor y con la amistad y otras cosas, de las que realmente disfruto y de las que realmente creo que no pueden faltar en mi vida. Me parece fundamental que exista el humor. No podría existir sin humor.

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