El futbolista argentino Rodrigo De Paul se sentó este jueves en el programa Nadie Dice Nada de Luzu TV, canal de streaming de Nico Occhiato, y desnudó su vida más allá de los campos de juego.
La charla reveló aspectos íntimos y personales del jugador que van más allá de su imagen pública y sus hazañas deportivas.
De Paul reveló cómo es su estilo de conquista. “A la hora de la conquista, soy más un Burrito Ortega. Engancho bien y como que le busco la vuelta a la situación. Medio teatrero. Tiene de todo el Burro. Es completo”, confesó el mediocampista, revelando su faceta más personal y menos conocida.
La reflexión de Rodrigo de Paul sobre la vida del futbolista
El diálogo continuó con una cruda evaluación de la vida de un futbolista y las limitaciones que enfrenta. De Paul comparó su existencia con una prisión dorada, indicando que, a pesar de tener acceso a lujos y comodidades, hay privaciones significativas.
“El futbolista vive en una cárcel de oro, porque vos tenés un montón de cosas, pero siempre estás privado de disfrutarlas. Porque tu vida no te deja estar en los lugares que vos querés”, expresó.
Con un tono reflexivo, añadió: “Al final, lo más valioso en la vida es el tiempo. Yo hace 10 años que no festejo mi cumpleaños con mi mamá, el de mis hermanos, de mis amigos. Me perdí toda una etapa. Hoy vengo y disfruto de ellos, pero tienen sus familias, sus hijos... Me pasa que si hoy algún familiar tiene un problema, yo no puedo venir. Sí, tengo tiempo libre, pero no puedo irme de Madrid”.
De Paul también se refirió a la presión y el estrés que conlleva el profesionalismo en el fútbol.
“No disfruto de los partidos. Hay tanto en juego que no logras disfrutar de lo que está pasando. Es una mierd*, pero es así”, admitió con franqueza, ilustrando el costo emocional de su carrera.
La anécdota insólita de Rodrigo de Paul con Pizzi en Valencia
Una anécdota impactante que compartió fue la de su traspaso al Valencia. Recordó cómo su llegada al club no fue como esperaba.
“Yo acá en Racing estaba muy bien. Tenía 18 años y era el capitán del equipo. Me pasó todo muy rápido. En Valencia estaba Pizzi de entrenador. Me llamó y me dice: ‘voy a armar un equipo alrededor tuyo’. Ahí dije: ‘es la mía’”, expresó.
Sin embargo, su entusiasmo se desvaneció rápidamente. “El día que yo llego, entro al hotel y sale Pizzi con las valijas y me dice: ‘me echaron’. No lo podía creer. El Valencia me había comprado ya”, relató, mostrando la inesperada y dura realidad de su carrera.
De Paul continuó narrando una anécdota de su primer partido en Valencia: “Después vino otro entrenador, un portugués. Todo súper bien. El primer partido, estaba en el banco, entro 40 segundos y me echaron. Pegué un codazo, parecido al de Leo en la Selección en su debut”.
La historia tomó un giro dramático cuando el director deportivo le aseguró que la expulsión sería reconsiderada, solo para ver en la portada del diario la noticia: “CUATRO FECHAS A DE PAUL”. “Pase de pensar que me la sacaban y jugar el domingo, a estar un mes sin jugar. Estaba liquidado”, concluyó.
Rodrigo de Paul reveló cómo descarga su ira
De Paul compartió que el boxeo se ha convertido en una válvula de escape crucial para él: “Me gusta el boxeo porque es donde descargo mis momentos de ira”. Además, hizo hincapié en sus limitaciones físicas actuales: “El tenis o el pádel me gustan, pero los juego muy poco por los problemas de rodilla”.
En otro tramo de la conversación, De Paul ofreció una perspectiva profunda sobre cómo los futbolistas toman decisiones al elegir un nuevo club. “Depende mucho de la edad. Hoy no pienso lo mismo que pensaba hace diez años”, reflexionó.
Explicó que al inicio de su carrera, las decisiones estaban impulsadas principalmente por el deseo de jugar. “Cuando empezás tu carrera no te fijas mucho en cosas extra futbolísticas. Uno toma decisiones en relación a los clubes porque quiere jugar, que es lo que al final nos gusta”.
El futbolista contrastó su mentalidad pasada con la actual, señalando que ahora prioriza otros factores. “Cuando sos más joven, lo que más pesa es que te llame el técnico o el director deportivo. No le das mucha bola a la ciudad, a los argentinos. Eso no”, recordó.
Sin embargo, ahora que ha acumulado experiencia y vive en una ciudad como Madrid, sus prioridades han cambiado. “Hoy, a mi edad y con tanto recorrido, viviendo en Madrid que es una ciudad espectacular, digo para yo moverme de ahí, pienso mucho más en lo extra futbolístico, que en lo futbolístico. Vivir bien, quienes están, cómo me relaciono. Busco otras cosas”.