Las redes sociales se han convertido, en el último tiempo, en el otro rating. Desde hace años estamos acostumbrados a escuchar que tal programa tiene tanto de rating o que tal otro batió todos los récords de rating, como pasó con la última edición de Gran Hermano, que arrasó con los números de un gigante dormido.
“La gente no ve tele” es la frase que los especialistas vienen repitiendo, y no están equivocados. El publicó cambió su forma de consumir televisión. La imagen de la familia viendo “Hora clave” a la hora de la cena, después de que el hombre de la casa llegara del trabajo, no existe más. Primero porque la sociedad toda cambió y segundo porque los consumos cambiaron. Hoy, en la misma mesa, uno puede estar mirando un canal de aire o cable en el televisor y otra persona, estar mirando un partido o una película en su celular.
Y en estos cambios tecnológicos, entra un nuevo jugador clave: las redes sociales. Independientemente de cómo estén consumiendo tal o cual producto, la gente se vuelca a las redes sociales porque así tiene una oportunidad que nunca antes habíamos tenido, opinar en tiempo real sobre lo que está pasando en la pantalla.
Es una forma única de “ser parte”. Y en ese sentido, es lógico, que en este nuevo ranking de engagement, programas como LAM ocupen el primer puesto. ¿Qué mejor que criticar o defender a los famosos mientras los vemos contando intimidades en vivo? En la última semana, del lunes 17 al domingo 23 de julio, el programa conducido por Ángel De Brito fue el programa con más impresiones/menciones en las redes sociales, con un total de 46 millones por un lado y casi 8 mil por el otro.
¿Qué son las impresiones? La cantidad que fue vista la publicación, mientras que las menciones, bueno, es algo evidente, las veces que se habló de ese programa. En el ranking de Kantar Ibope Media Argentina, detrás de LAM se ubican “Telefe Noticias”, “Desayuno Americano” e “Intrusos”. Esto demuestra que la gente está ávida de opinar, de decir cosas y ser escuchado. En ese sentido, Ángel De Brito es uno de los que más interactúa con su público. Responde, retuitea y confronta a los seguidores de LAM cuando le dan una crítica que no le gusta.
Y acá aparece un fenómeno que llama la atención. En quinto y sexto puesto están “Masterchef” y “Argentina, Tierra de amor y venganza”, respectivamente. Uno es hoy, el programa más visto de la televisión con más de 11 puntos de rating, mientras que el otro ni aparece en las tablas de IBOPE. La gente y los famosos piden ficción, gritándolo a los cuatro vientos, pero nadie la mira. Que loco, ¿no?
Y acá queda demostrado que las redes sociales tienen otro tráfico. Muchas veces los usuarios de las redes no están mirando tele, pero un tuit (aunque ahora no sabríamos cómo decirle tras la muerte de Twitter como tal) pude desencadenar una catarata de tuits, hilos, citas y miles de memes. ¿La gente mira tele a través de las redes sociales?
Quienes hacen tele, muchas veces cometen el error de creer que el “éxito de las redes sociales” es trasladable a la pantalla. Y no. Para muestra, un botón. En la última edición de Gran Hermano, uno de los seleccionados era un reconocido influencer con millones de seguidores. Fue el primero en irse. Este es un fenómeno curioso, las redes no funcionan en la televisión, pero la televisión alimenta las redes sociales.
El resto de los programas que completan el ranking de engagement son “Los ocho escalones”, “Cortá por Lozano”, “El Diario de Mariana”, “Bendita”, “Noche al Dente”, “Nosotros a la mañana”, “Socios del espectáculo”, “A la tarde” y “Polémica en el bar”. La particularidad que comparten la mayoría de estos productos es el vivo. Esto no hace más que reforzar la teoría que planteamos en un principio, la gente quiere hacerse oír. Antes le gritábamos a la pantalla del televisor, ahora lo gritamos en las redes sociales, con la esperanza de que, arrobando a alguno de los protagonistas, nos contesten o, por lo menos, nos den un like, una señal de que nos leen, nos ven.
Para las generaciones más cercanas a las redes sociales es impensado ver televisión sin el teléfono al lado, y ni hablar de un evento como los Martín Fierro, los Oscars o el debut de Messi en el Inter de Miami. Nos sentimos parte, somos parte de sucesos que no tienen fronteras. La televisión empezó a entender que hoy, para medir la respuesta de gente, hay que mirar las redes sociales.