Marley irrumpió en mitad de la noche en el pueblo de Capurganá, Colombia para despertar a los participantes de Survivor Expedición Robinson y darle comienzo al reality show de supervivencia que regresa a Argentina tras 23 años.
La isla, ubicada en el Tapón de Darién, es conocida por ser una de las zonas más hostiles de Colombia. Allí los concursantes tuvieron que lanzarse al agua desde una embarcación mientras intentaban llevarse alimentos y objetos como sartenes, sogas, un bidón de agua potable y más.
Unos minutos después del naufragio, ya en tierra firme, y con lo poco que pudieron llevarse del barco que los llevó, llegó el momento de caminar para llegar a la zona de su primer desafío. Se trató de un reto por la inmunidad en el que tenían que hacer equilibrio sobre unos troncos, primero con algún tipo de soporte extra y después, sin ninguno.
Giselle no logró ni empezar el desafío y fue la primera en caer al agua. Finalmente, tras más de una hora Samanta logró ganar la primera prueba y se ganó un importante premio: la inmunidad para no poder ser elegida en el primer reto de eliminación de su equipo y seguir por al menos una semana más en el reality de Telefe.
Después llegó la división de los grupos, el Norte y el Sur, y se dio un choque más: tener que armar un refugio para pasar su primera noche, que se sumó a otras complicaciones como intentar prender un fuego o la irrupción de una lluvia que se impuso a las 3 de la mañana.
“Pasar una primera noche sin fuego fue muy duro porque no pudimos comer ni usarlo para espantar a los bichitos que se acercaban”, se lamentó una de las concursantes.
Lo que llegó después fue un reto, precisamente, para conseguir el fuego. Armado de una antorcha y luego de pedirles a los concursantes que dejen en un lugar toda la ropa que habían llevado, Marley terminó prendiéndoles fuego a sus prendas. “Le decimos adiós al pasado, y a partir de ahora son el Norte y el Sur”, señaló, mientras las quejas eran cada vez más.
El desafío se trató de armar varias fogatas solo con los elementos naturales que tenían a su alcance, como troncos, pastizales secos y ramas. Armar unas enormes fogatas para conseguir quemar unas sogas les iba a dar a solo uno de los grupos el triunfo.
Se pudo ver cómo algunos comenzaron a flaquear, superados por el calor de tener que mantener encendida una llama a puro soplido, cubiertos por el humo y al borde de la descompensación. El desenlace quedó abierto, con ambos equipos a pocos minutos de conseguir el triunfo, en un programa debut que combinó dosis de tensión y de adrenalina.
Al final de la semana, el equipo rojo o el equipo amarillo perderá un integrante y con el mismo proceso,semana tras semana irán quedando menos concursantes en busca del gran premio.