Entre las medicinas tradicionales, (también conocidas como ancestrales) existe una planta que reina desde hace miles de años y que es utilizada aún en la actualidad para rituales y ceremonias de curación. Se trata de la Wachuma, que también porta el inapelable nombre de San Pedro en referencia al santo cristiano guardián de las Puertas del Cielo, un cactus de color verde azulado que puede llegar a medir hasta 7 metros y que crece en todo el cordón andino. Es común verlo en los jardines y veredas, y muchas personas no saben que se trata de un potente psicoactivo capaz de producir efectos visuales y una sensación profunda de conexión con un Ser Superior.
Hace miles de años la Wachuma fue utilizada por diversas civilizaciones, a lo largo de la Cordillera de Los Andes. En Perú, la cultura Chavín fue la pionera en el uso de esta planta, y tenían como principal objetivo el consumo medicinal, pero dada las características de sus efectos, pronto fue utilizada para usos místicos que conectaban al hombre con diferentes dimensiones del mundo espiritual.
¿Qué es la ceremonia de Wachuma?
La ceremonia de la Wachuma es un ritual que se lleva a cabo por un chamán (aunque no existe una traducción literal se refiere a una persona que tiene tanto ascendiente espiritual como medicinal sobre los habitantes de determinado lugar, convirtiéndolo en una suerte de sacerdote sanador) quien previamente, prepara la bebida a base del extracto del cactus, acompañando el proceso con oraciones y melodías a fin de que esta pueda llegar con los mejores deseos para la persona que lo va a consumir.
Por lo general el desarrollo de la ceremonia se hace en un lugar cerrado, aunque también se puede realizar en lugares abiertos que se consideran sagrados como montañas o templos antiguos. El chamán será el encargado de iniciar la ceremonia pidiendo permiso al espíritu de la planta e invocando a sus entes guardianes. Luego se continúa con cánticos, silbidos y/o instrumentos musicales que tienen como propósito guiar el proceso de las personas que participan de la ceremonia.
Es importante destacar que este tipo de rituales no deben realizarse en soledad, que siempre deben estar guiadas y que la persona que guía debe estar debidamente capacitada.
Qué contiene la Wachuma
La planta contiene mescalina, un compuesto químico de la familia de la feniletilamina que se encuentra presente tanto en drogas sintéticas (éxtasis), como hasta en el chocolate. La estructura de la feniletilamina puede encontrarse también en sistemas complejos como en el ergolina del LSD o en el sistema morfinano de la morfina.
Las feniletilaminas forman un grupo amplio y diverso de compuestos que incluye algunos alcaloides, neurotransmisores, hormonas, estimulantes, alucinógenos, entactógenos, anorexígenos, broncodilatadores y antidepresivos. Se ha planteado cierta asociación entre la feniletilamina y el sentimiento del amor tras la teoría propuesta en la década de 1980 por los médicos Donald F. Klein y Michael R. Liebowitz, del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York (Estados Unidos), quienes postularon que su producción en el cerebro puede desencadenar sensaciones como vigilia, excitación, taquicardia, enrojecimiento e insomnio propios del enamoramiento. Parece ser además un precursor de la dopamina que es la sustancia responsable de las sensaciones del amor romántico según la teoría de la Dra. Helen Fisher.
Dicho esto, es importante destacar que la mescalina es un alcaloide que tiene efectos enteógenos con posibles aplicaciones médicas de mucha relevancia en campos como la psicología y la psiquiatría, así como en la investigación molecular de los mecanismos etiológicos de la esquizofrenia.
Por la concentración de mescalina que posee la planta de Wachuma, el cuerpo experimenta una sensación de adormecimiento a manera de una borrachera pero en un estado pleno de conciencia. También se pueden presentar algunos mareos, al mismo tiempo que la Wachuma puede actuar como purgante incitando a vomitar, aunque no es común.
Origen del nombre San Pedro
Michael Pollan, periodista y autor del libro y docuserie “Cómo cambiar tu mente”, se remonta a la época de la colonización española, cuando tanto el Peyote (el otro gran portador de mescalina) como la Wachuma pasaron por un período de “proscripción” por parte de los españoles debido a que esta planta era sagrada y hacía hablar a los autóctonos con los dioses. “Wachuma es el nombre que le dieron en Quechua. Pero cuando llegaron los colonos estaban tratando de destruir lo más que podían de la cultura original. En el colonialismo, para deshacerse de toda la población, además de masacrar a todos, también apuntaron a los curanderos y muchas de las tradiciones debieron ocultarse”, explica Erika Gagnon, líder ceremonial, en el documental.
“Los españoles sabían que este era un cactus sagrado, que se usaba en ceremonias y que tenía efectos en la mente, entonces para salvarlo los curanderos andinos le cambiaron el nombre por uno cristiano. Le pusieron San Pedro, que es quien tiene las llaves de las Puertas del Cielo” según la tradición católica, agrega Gagnon.
Efectos sobre la psiquis y las emociones
Según la página ayahuasca-wachuma.com, esta planta tiene la capacidad de limpiar, sanar y armonizar “desde el interior al exterior de la persona, purificando su mente a través de la energía cósmica, conecta con los grandes espíritus de las montañas, abre las puerta del cielo y la tierra, expande la visión, conecta con la naturaleza y universo, limpia, equilibra el cuerpo, mente y espíritu, sensibiliza su corazón y le da el poder para transmitir su amor al universo”, además el mismo artículo asegura que “es antiestrés y antidepresivo”, y también induce “un proceso de reflexión de la conciencia, apertura psicoemocional de autocuración y tiene muchas propiedades sanadoras”.
Cómo la sustancia psicoactiva suprime los límites del consciente, permite ingresar al inconsciente donde se alojan los traumas, permitiendo a la persona entrar en contacto con el trauma de esta u otras vidas. Además, asegura el portal, “la Wachuma no tiene contraindicaciones, se utiliza con todas las personas desde niños hasta la edad de 60 años”, sin embargo el portal cuscoeats.com adiverte que no se debe consumir por cuenta propia sino mediado por un chamán o persona experta en la asistencia durante la ceremonia “ya que ellos acompañan y guían con sus cantos y saberes durante todo el trance. Ellos saben la dosis exacta que la persona necesita. Por eso es recomendable conocer o contactar a uno confiable”.
Después de la ingesta se puede tener:
-Visiones con los ojos abiertos y cerrados
-Experiencias psicológicas.
-Cambio profundo en la cognición, la percepción y la consciencia
-Experiencias espirituales.
-Cambios en la percepción del tiempo y el espacio.
Pueden darse experiencias difíciles, con ansiedad y angustia en ocasiones, para eso se recomienda caminar bastante hasta que pase el efecto.
El efecto es distinto en cada persona, para la mayoría la experiencia con Wachuma es única e introspectiva en la que uno está subjetivamente con los ojos cerrados mirando “hacia dentro”. La música y el canto son instrumentos que utiliza cada maestro para ayudarte en tu proceso.