El famoso chef Christophe Krywonis, conocido por sus participaciones en Bake Off y Masterchef, convocó a aspirantes para trabajar en su rotisería en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde explicó que solo contrataría personas residentes en la capital debido a los altos costos de transporte. En su cuenta de Instagram, Krywonis detalló que los viajes largos resultan insostenibles para los empleados, quienes pueden llegar a gastar más de $4.000 por día.
A pesar de los esfuerzos por ofrecer salarios justos, la realidad económica llevó a muchos a dejar sus puestos de trabajo. Esta situación provocó críticas en las redes sociales, con seguidores que acusaron al chef de discriminador y de no ofrecer sueldos ‘‘dignos’'.
En un video que subió a sus redes, Krywonis expresó su frustración ante la dificultad para encontrar personal que no enfrente problemas con los costos de transporte. Comentó que en la rotisería “Mon Poulet” han recibido currículums de personas de diversas partes de la provincia, pero que muchos empleados tuvieron que dejar sus puestos debido a la imposibilidad de afrontar los gastos de traslado.
Entre estos casos mencionó a una empleada de La Plata que, aunque amaba su trabajo, le resultaba económicamente inviable seguir trabajando por los costos diarios de transporte. Krywonis también aclaró que, aunque le gustaría poder ayudar a sus empleados, la situación actual no lo permite; lo que terminó por afectar también a su negocio.
El chef aclaró que los sueldos en su rotisería cumplen con las normativas legales, y que en algunos casos incluso hacen un esfuerzo por pagar más, pero esta realidad no calmó la reacción de los usuarios de las redes. Tras su anuncio, las críticas no tardaron en llegar. Varias personas consideraron que limitar la búsqueda de empleados a la capital era una decisión discriminatoria, con el argumento de que los salarios deberían ajustarse mejor a las necesidades de los trabajadores para cubrir los costos de transporte.
Algunos comentarios también sugerían que Krywonis debería asumir el pago de los viáticos como parte de la solución, permitiendo que personas de otras partes de la provincia pudieran acceder al puesto sin ver afectadas sus finanzas. Varios comentarios decían: “Te preocupa el pasaje porque le vas a pagar dos mangos”; “Los que vivimos en provincia también tenemos derecho a trabajar”; ; “Paguen bien y les alcanzará para los pasajes”.
Ante la ola de críticas, Krywonis respondío: “El problema no es solo ayudar a una persona; hay 32 empleados que dependen de nosotros y la situación se refleja en toda la cadena de trabajo, desde el empleado hasta el consumidor”. El chef concluyó diciendo que, aunque hace lo mejor posible para ofrecer salarios dignos, la crisis actual representa un desafío para todos los sectores, incluido el gastronómico.
