La psicóloga, escritora y conferencista Pilar Sordo vuelve a Mendoza con una propuesta que revoluciona el mundo del desarrollo personal y que está diseñada para inspirar y ayudar a descubrir nuestro potencial. “Exponencial Mente Consciente” es una conferencia que apunta a optimizar las acciones cotidianas para alcanzar una vida más plena. El evento tendrá lugar en el Arena Maipú, mañana,10 de noviembre, y las entradas ya están a la venta en Tuentrada.com, Maxi Mall y la boletería del Arena.
Pilar Sordo pionera en charlas de desarrollo personal
Reconocida como una de las psicólogas más influyentes de América Latina, Pilar Sordo ha trabajado durante más de tres décadas impulsando el crecimiento y bienestar de miles de personas en la región. Nacida en Santiago de Chile en 1965, Sordo se graduó con honores en la Universidad Diego Portales y ha logrado construir una carrera que combina la psicología y la comunicación afectiva con un enfoque práctico y motivador. Su estilo directo y cercano le permitió conectar con personas de todas las edades desde los inicios de su profesión, y su capacidad para abordar temas complejos de una manera sencilla y accesible ha hecho que su mensaje trascienda fronteras.
Además de su trabajo como conferencista, es autora de varios libros que han sido traducidos a múltiples idiomas y se han convertido en bestsellers internacionales. Títulos como Viva la diferencia y Bienvenido dolor han hecho eco en el público, y su impacto ha sido tal que Sordo ha sido distinguida con numerosos premios, incluyendo el Lifetime Awards 2021, por su rol inspirador a nivel internacional. También ha sido destacada como referente en liderazgo en varias ocasiones y recibió el honor de las llaves de la ciudad de Miami en 2015. En su país natal, ha sido elegida repetidamente como una de las mujeres más influyentes, consolidando su posición como una voz líder en el desarrollo personal.
“Exponencial Mente Consciente”: un llamado a vivir en plenitud
La nueva conferencia de Pilar Sordo, Exponencial Mente Consciente, es una invitación a reconectar con uno mismo y a cultivar una mentalidad de crecimiento. ¿Qué significa vivir de forma exponencial? Según Sordo, se trata de liberar el potencial que cada uno de nosotros tiene para adaptarse y evolucionar, incluso en momentos de incertidumbre. En este evento, los asistentes aprenderán a identificar y liberar aquellas creencias limitantes que pueden estar frenando su desarrollo. Pilar Sordo abordará herramientas y prácticas concretas para ayudar a cada persona a reconectar el cuerpo con la mente y el corazón, favoreciendo un equilibrio interno que impulse a actuar con determinación. En la conferencia logra crear un espacio de introspección y autoconocimiento donde cada participante puede reflexionar sobre su sistema personal de creencias y reconocer sus fortalezas, logros y virtudes.
Para Pilar Sordo, el concepto de exponencialidad no solo se aplica en ámbitos empresariales o científicos, sino que también tiene un gran potencial en el desarrollo personal. “Las personas exponenciales son aquellas que no solo buscan crecer individualmente, sino que también impactan y transforman su entorno”, afirma. Y es precisamente eso lo que busca fomentar con esta propuesta: una experiencia transformadora que impulse a los asistentes a valorar y desplegar sus talentos en todos los aspectos de su vida.
Un enfoque integral para el desarrollo personal
ExponencialMente Consciente no solo se centra en el crecimiento emocional, sino que también incluye una perspectiva práctica para convertir los talentos en oportunidades. Este enfoque permite que quienes asistan a la conferencia puedan reconocer y aceptar sus emociones, transformando sus pensamientos en acciones productivas y alcanzando resultados tangibles en su vida diaria.
La conferencia tocará temas como la importancia de una visión inspiradora que nos permita soltar lo innecesario para despegar hacia nuestras metas. Al entender nuestras emociones y canalizar nuestros pensamientos, es posible optimizar las acciones y avanzar de manera más efectiva. En un contexto donde el mundo laboral y personal nos exige adaptabilidad y flexibilidad, Pilar Sordo destaca que la capacidad de enfrentar la incertidumbre y expandir nuestros límites es clave para alcanzar un desarrollo exponencial.
Además, uno de los elementos que distingue las conferencias de Sordo es su habilidad para inspirar a los asistentes a través de historias y ejemplos cotidianos. La conferencia no solo es una oportunidad para escuchar a una de las figuras más influyentes en el ámbito de la psicología en América Latina, sino también para iniciar un proceso de cambio que puede impactar positivamente en todas las áreas de la vida.
En una charla con Los Andes, habla de algunos aspectos de su presentación pero también acerca de la cultura que nos rodea, los motivos personales que la llevaron a convertirse en una de las conferencistas más importantes de Latinoamérica y la visión que tiene de los argentinos.
-¿Por qué se habla de personas exponenciales?
No sé si hay personas exponenciales, yo creo que los seres humanos tenemos que aprender a estar cada vez más conscientes. En eso hay días buenos y malos, hay días en los que yo siento que puedo estar exponencialmente más consciente que otros, pero eso no me define a mí como “exponencialmente consciente”, se define simplemente que en el día de hoy estuve más consciente con respecto a mis micro decisiones de lo que usualmente podía estar o estuvo el día de ayer, pero a lo mejor mañana estoy peor y eso no significa que no esté consciente, sino que mi grado de darme cuenta probablemente a veces se me inunda por las cosas de la vida porque pierdo la capacidad de tener conciencia de mis decisiones porque me veo abrumada por las presiones externas porque no sé pone el límite.
Pero personas exponencialmente conscientes, creo que sería una soberbia pretender ser, alguien así creo que uno simplemente está en el trabajo de intentar serlo todos los días.
-¿Por qué cuesta tanto ponerle límites a otros o a la autoexigencia?
Nos cuesta poner límites por muchas cosas, primero porque no queremos generar conflictos, por miedo al rechazo, al abandono, a la vergüenza, porque tenemos codificado una creencia de que la bondad tiene que ver con el sí y no con el no. Cuando yo entiendo desde el trabajo del amor propio -que es uno de los conceptos que yo desarrollo en la conferencia-, que es uno de los más importantes para ser, para trabajar la exponencial conciencia que quiera tener cuando entiendo que decir que no hacia afuera es decirme que sí a mí, es cuando estoy haciéndome cargo de mi amor propio. Desde ahí es donde hay que empezar a poner límites.
Yo siempre pongo el cuento de la conferencia de que si yo aterrizo en una ciudad de día no tengo idea los contornos de la ciudad, pero si aterrizó de noche, tengo clarísimo cuáles son los límites. Lamentablemente los límites se ponen en situaciones oscuras, deberíamos ponerlo en situaciones diáfanas. Cuando todo está bien, pero no tenemos el hábito de estar continuamente ejerciendo el acto de colocar límites, que es una de las cosas que se requiere para estar exponencialmente consciente.
-¿Por qué tenemos tantos problemas de autoestima? ¿Es una cuestión cultural, hereditaria o es común al ser humano?
Yo diferencio el concepto de autoestima del de amor propio. La autoestima, según el modelo que yo genere de amor propio, tiene solo dos dimensiones que son autoconocimiento y autoaceptación. Y el amor propio tiene cuatro, que son autocuidado y autoprotección, además de las dos anteriores. A los hispanos nos cuesta un mundo el tema del amor propio porque las creencias judeo-cristiana, más las patriarcales, nos hicieron mermar en esa conciencia del amarnos a nosotros mismos. Nos enseñaron solo a dar, no a recibir ni a pedir. Por lo tanto en estos dos sistemas -no estoy hablando religiones sino de sistemas educativos- sin duda que los occidentales latinos nos han influido mucho, no así los anglosajones o algunos países europeos que tienen otras creencias donde hay otras visiones del ser humano con las que pueden trabajar mejor el amor propio. Los orientales, por ejemplo, tienen este amor propio con poder cumplir con los antepasados. Creo que eso influye en que nosotros no nos queramos, tampoco nos respetemos y que eso no solo se note en nuestros vínculos con nosotros mismos, con nuestros afectos y con nuestros trabajos, sino que también se nota como países en las elecciones de nuestras autoridades y en un montón de otras cosas donde siempre estamos esperando ser asistidos o ayudados en vez de hacernos nosotros cargo y protagonistas de nuestras propias historias.
-¿Crees que actualmente se valora más que antes el conocimiento holístico, la sensibilidad, la capacidad de conectar y la empatía?
Yo creo que hoy está pasando algo maravilloso, que es que nos estamos abriendo a otros tipos de conocimiento o lo que tradicionalmente se veía como científico está explicando cosas que antes parecían esotéricas. Creo que el aporte que ha dado la neurociencia ha sido brutal, todo el desarrollo de la psicología aplicada a la espiritualidad también nos ha permitido entender y entregar información acerca de la vida de una manera mucho más integral. Hay un retorno a entender que somos seres espirituales, aparte de mentales, emocionales y físicos. Esa integración nos está permitiendo incorporar dentro del trabajo cotidiano todos los que trabajamos con personas, con el dolor o con lo que toque de una manera muy distinta a como lo hacíamos cuando yo estudiaba en la Facultad. Llevo 38 años de profesión, y me parece que está pasando algo hermoso de poder entender el ser humano como como parte de esa naturaleza, donde entiendo que pisar descalza el césped ya me sana y está probado que elimina radicales libres, que descargue energía negativa. Y esa integración que antes podía parecer de alguien que no estuviera muy bien mentalmente, hoy día ya se entiende desde otro lugar y eso me parece un tremendo aporte para el ser humano.
-¿Por qué decidiste, hace años, empezar a dar charlas?
No sé si lo decidí, yo empecé a contar mis investigaciones, empecé a contar mis estudios de campo, mis encuestas, mis talleres y eso fue formando grupos y validando los estudios, generando libros y bueno… ya tengo 14. Nunca fue una decisión demasiado consciente fue parte de una secuencia de ser curiosa patológica y de querer escudriñar en la mente humana que me parece apasionante, y en el alma humana más que en la mente, para poder potenciarla, acompañar a personas a que despertemos todos en esos procesos.
-¿Sos consciente que tus charlas y tus libros le han abierto los ojos a millones de personas?
No soy consciente y no quiero serlo tampoco no quiero porque me saca de eje. Yo siento que la labor por la que yo estoy en este mundo es para sembrar, no para ver cosecha. Dios es tan generoso a veces que me ha permitido verla pero no es mi objetivo, por eso no creo ni en el éxito ni el fracaso ni me dejó llevar por el elogio o la crítica excesiva. Quiero centrarme solo en lo que yo siento de corazón y de mi trabajo profundo y arduo. Quiero centrarme solo en entregar la semilla, lo que la persona haga con ella no no es mi responsabilidad. Voy a Mendoza a sembrar y a tomar un poco de vino también. Es lo que pretendo hacer.
-¿Qué consejo nos darías a los argentinos para manifestar una mejor convivencia social?
Yo creo que hay dos realidades. Me voy a permitir opinar y lo hago con mucha humildad, pero conozco bien la realidad argentina. La quiero. Además creo que son un tremendo país mucho más de lo que ustedes mismos perciben a veces, es un país gigante, no solo de tamaño, sino de alma, creo que le falta percibirse más en sus luces y no solo en sus sombras. Creo que la gran mayoría de los argentinos tienen una buena convivencia cotidiana, son mucho más solidarios y generosos de lo que se muestran, insisto. Siempre digo que lo bueno no se ve, la oscuridad tiene mucho más visión porque además el cerebro selecciona por función lo que me mantenga alerta y me proteja para estar vivo, por lo tanto siempre va a estar más alerta de lo negativo. Pero los argentinos son mucho más luminosos de lo que ustedes creen y creo que tienen mejor convivencia social de la que se muestra en los medios, son mucho más dialoguistas.