Paul McCartney ofreció un concierto inolvidable en el Estadio Monumental de Buenos Aires, donde dejó en claro que su leyenda sigue más viva que nunca. Con 82 años, el ex Beatle mantuvo al público hipnotizado durante más de dos horas y media, en una presentación que recorrió los éxitos más grandes de su carrera, tanto con los Beatles como con Wings y en solitario.
El concierto, el primero de los dos que tiene programados en la capital argentina, comenzó puntualmente a las 21 horas. Desde el primer acorde de “Can’t Buy Me Love”, McCartney demostró su energía inagotable y el compromiso con su legado musical y sus fanáticos. Acompañado por su banda de lujo, que ya lo ha seguido en muchas giras, le ofreció al público un repertorio de 37 canciones sin pausas ni respiros.
Uno de los momentos más emocionantes de la noche llegó con la poderosa interpretación de “Helter Skelter”, donde el furioso riff sacudió al público. A lo largo del show, McCartney fue intercalando éxitos de distintas etapas de su carrera, desde “Junior’s Farm” y “Letting Go” de Wings, hasta clásicos inmortales de los Beatles como “Blackbird”, “Let It Be”, “Hey Jude” y el recién estrenado “Now and Then”, que sirvió como homenaje póstumo a John Lennon.
El espectáculo no solo se destacó por la música, sino también por un despliegue visual impresionante, con inmensas pantallas que acompañaron cada tema con visuales acordes. McCartney también dedicó momentos especiales para rendir tributo a sus antiguos compañeros de banda. Homenajeó a George Harrison con una emotiva versión de “Something”, tocada con el ukelele que el propio Harrison le regaló, y a Lennon, con “Here Today” y la nueva “Now and Then”, una colaboración póstuma facilitada por tecnología de inteligencia artificial.
El punto álgido de la noche fue “Live and Let Die”, cuando el escenario se iluminó con llamaradas y fuegos artificiales, mientras el público estallaba en ovaciones. El falso final con “Hey Jude” dejó al estadio envuelto en un mosaico de corazones celestes y blancos, coreando junto a McCartney en un emotivo cierre.
Después de un breve regreso al escenario ondeando la bandera argentina y la del orgullo LGBTIQ+, McCartney continuó con “I’ve Got a Feeling”, donde se proyectó la voz de Lennon en una conexión emocional que atravesó generaciones. La recta final vino cargada de nostalgia con el reprise de “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” y el estruendoso cierre de “The End”.
“Son el mejor público del planeta”, dijo McCartney antes de despedirse bajo una lluvia de papelitos celestes y blancos. Esta noche repetirá el show en el Monumental y, luego, en el estadio Kempes de Córdoba el 23 de octubre. Una experiencia única que quedará en la memoria de los afortunados que pudieron presenciar a una leyenda viva.