“No me peguen, soy Giordano”: la historia detrás de la icónica frase del peluquero de los famosos

Tras la muerte de Roberto Giordano, recordamos el origen de la frase que se instaló como una expresión humorística en la década de los 90.

“No me peguen, soy Giordano”: la historia detrás de la icónica frase del peluquero de los famosos
La historia detrás de la frase "No me peguen, soy Giordano".

Este viernes falleció Roberto Giordano, el reconocido estilista y empresario argentino, a los 75 años. Según informaron, el peluquero de las celebridades se encontraba internado en el Sanatorio Mater Dei.

La partida física del mediático peluquero hizo recordad célebres situaciones que quedaron grabadas a fuegoen la memoria colectiva. Una de ellas, quizás la más icónica, fue la frase “No me peguen, soy Giordano”, que se transformó en un símbolo del habla popular argentino gracias a la combinación única de humor, escándalo mediático y la notoriedad de su protagonista.

Este incidente, que dejó una huella en los años 90, ejemplifica cómo un hecho inesperado puede convertirse en un fenómeno cultural que perdura a lo largo del tiempo.

El contexto de la frase de Roberto Giordano

El 27 de noviembre de 1995, en el estacionamiento del estadio Monumental de River, Giordano (hincha de Boca) trató de evitar una agresión física al identificarse como el famoso estilista que era en ese entonces. Visiblemente nervioso, dijo: “¡Por favor, no me peguen! ¡No me peguen, soy Giordano!”.

La frase se propagó rápidamente, a pesar de que en ese entonces no existían las redes sociales. Los medios de comunicación de Argentina y Uruguay cubrieron el suceso con gran detalle, y los programas de humor y parodia no tardaron en aprovechar la situación.

Actores y comediantes comenzaron a incorporarla en sus sketches, convirtiéndola en un símbolo de excusas desesperadas o situaciones absurdas con un toque de victimismo.

El impacto fue tan grande que “No me peguen, soy Giordano” trascendió su contexto original y se instaló en el imaginario colectivo como una expresión humorística, utilizada para suavizar conflictos o ridiculizar actitudes exageradas.

El legado cultural de esta frase sigue vivo en la memoria de los argentinos, especialmente entre aquellos que vivieron la explosión mediática de los años 90.

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