Este jueves, Netflix estrenó La Escuela del bien y del mal. Una especie de Harry Potter protagonizado por Sabrina, la bruja adolescente (la nueva) y Cenicienta.
La película está dirigida por Paul Feig, un reconocido actor y director de títulos como “Last Christmas”, “Cazafantasmas”, “Damas en Guerra” y “The Office”. Está basada, además, en la historia homónima creada por Soman Chainani que luego del primer libro en 2013 se convirtió en saga con 6 libros más.
Lo que nos deja pensando, ¿habrá una segunda parte de esta película? El final, nos da una pista.
El elenco es de lujo. La voz de la narradora es de Cate Blanchet. Sophia Anne Caruso y Sofía Wylie son las jovenes protagonistas. Charlize Theron, Kerry Washington y Laurence Fishburne se ponen en la piel de los profesores de esta escuela en la que se prepararan princesas y villanos.
DE QUÉ SE TRATA LA ESCUELA DEL BIEN Y DEL MAL
Sophie y Agatha son dos amigas que viven en un pequeñísimo pueblo en algún lugar del mundo. Una es soñadora, romántica e idealista. La otra vive harta.
Las dos están cansadas de su realidad, pero el deseo de una de ella es más fuerte y poderoso. La idea de un mundo lejano, perfecto y mágico se vuelve una realidad.
Las chicas terminan, mágicamente, cada una en una de las escuelas, que al mejor estilo Slytherin y Griffindor, está divida en buenos y malos. Sophie, la idealista, terminó en la escuela del mal. Ella está segura de que se trata de un error, pero ¿es un error?
Agatha terminó en la escuela del bien. Un mundo de hadas, vestidos pomposos y sonrisas obligatorias. Hasta acá, uno cree que es estamos ante la típica historia de identidades cambiadas y que con algunos gags de comedia se resuelve y son todos felices, pero no.
A medida que la historia crece, se va volviendo más y más oscura. ¿Hay cositas obvias? Sí. Pero hay varios giros, por demás interesante.
Las similitudes con Harry Potter son inmensas y los guiños a Sabrina, la bruja adolescente, también. Si podes manejar eso y enfocarte con la historia que te están contando, te vas a encontrar con una película genial.
Si bien está planteada como una película de época, hay varios recursos “modernos” y la banda sonora garpa un montón. El vestuario es maravilloso, sobre todo en la fase Sabrina de Sophie (no te quiero spoilear mucho, pero esa parte está buena. Te vas a dar cuenta cuando la veas).
Si la encarás como una película de niños, no. Si la encaras como una película de amor, tampoco. Pero si estás dispuesto a dejarte soprender, es una película que tiene momentos de luz y oscuridad que te atrapan.
Lo que parece obvio no lo es y lo que se plantea como bueno y malo está permanentemente en conflicto. ¿No sabes qué ver este fin de semana? Apostá por La Escuela del bien y del mal. Son dos horas y medias que pasan volando y no te vas a arrepentir.
