El actor estadounidense Alan Arkin, ganador del Óscar en 2007 por “Pequeña Miss Sunshine” y conocido por su particular toque de humor serio en sus actuaciones, falleció a los 89 años en Estados Unidos, informó este viernes su familia.
“Un esposo, padre, abuelo y bisabuelo amoroso, era amado y será profundamente extrañado”, expresaron Adam, Matthew y Anthony, los hijos de Arkin, quienes también trabajan en la industria del entretenimiento.
“Era un talento único, una fuerza de la naturaleza tanto como artista como hombre”, destacaron.
No fue informada la causa del fallecimiento.
Arkin, con seis décadas de trayectoria en el cine y la televisión en la que cuentan títulos como “Argo”, ganó, además del premio de la Academia, un Tony por su trabajo en Broadway en 1963 con la obra “Enter Laughing”.
Su estilo característico, un humor ácido, lo hizo inconfundible en la pantalla, donde construyó un versátil currículo a la par que incursionó en la música.
Luego del anuncio, las redes sociales se llenaron de mensajes de pesar.
“Hoy hemos perdido a un actor maravilloso cuya inteligencia, sentido de la comedia y consumada profesionalidad durante los últimos 70 años han dejado una huella indeleble en nuestra industria”, lamentó en la red Instagram el actor estadounidense Michael Douglas, con quien protagonizó la serie de Netflix “El método Kominsky”.
“Mi experiencia de trabajo con Alan fue una de las más memorables. Le echaremos mucho de menos”, escribió.
“Fue un privilegio trabajar con él en ‘El último unicornio’”, tuiteó por su parte la actriz Mia Farrow. “Para mí siempre será ‘Schmendrick’, mi inestimable compañero mago en nuestra búsqueda de otros unicornios”, añadió.
“Muy triste”, escribió el cineasta Rob Reiner. “Un actor brillante con quien siempre era un deleite trabajar”.
Nacido en Brooklyn, Nueva York, el 26 de marzo de 1934, en una familia de inmigrantes rusos y alemanes judíos, Arkin tomó clases de actuación desde muy chico.
Su familia se mudó a Los Ángeles en la década de 1950, donde ganó becas para estudiar actuación en varias universidades de la meca del cine, pero abandonó las clases para formar una banda de música folclórica en 1955.
Con el grupo The Tarriers selló el éxito “The Banana Boat Song”, y la década siguiente alternó entre la música y la actuación.
Debutó en Broadway con “From the Second City”.
Fue nominado por primera vez al Óscar como mejor actor por su protagónico en la comedia de 1966 “íAhí vienen los rusos, ahí vienen los rusos!”, en la cual interpretaba a un marinero soviético que es confundido por un espía.
Después compartió pantalla con Audrey Hepburn en “Espera la oscuridad”, de 1967, y volvió a ser nominado al premio de la Academia por “The Heart Is a Lonely Hunter”, de 1968.
Muchos críticos afirman que la mejor actuación de Arkin fue en “Trampa 22″, de 1970, una adaptación al cine de la tragicómica novela bélica de Joseph Heller.
El actor se mantuvo constantemente entre el escenario, la televisión y la gran pantalla desde 1970 hasta la década de 1990, con papeles en películas como “El joven manos de tijera” (1990) y “Una señal de esperanza” (1999).
Él mismo moldeó el pasado del personaje que le dio el Óscar en “Pequeña Miss Sunshine”, e hizo del abuelo Hoover un saxofonista retirado con una inclinación por las drogas y los bares de striptease.
“Me encantan los personajes venidos a menos que filosofan”, dijo Arkin sobre el rol. “Él está allí, chiflado y expuesto”.
Ganó otra nominación al Óscar en 2013 por la ganadora “Argo”, en la cual se pone en la piel de un productor de Hollywood que aporta el toque de humor en el tenso film sobre los rehenes en Irán.
Arkin agradecía a sus comienzos como un intérprete de improvisación por haberle enseñado muchas lecciones, siendo la principal, decía, el fracaso.
“El público venía sabiendo que iba a ver algo salir mal, y estaba bien”, contó en una entrevista con LA Times en 2008. “Pero ahora si fracasas, es un asunto moral que es negativo para las máquinas de números”.
“Pero una de las cosas que aprendí de improvisar es que todo en la vida es improvisación, te guste o no”, confesó.
“Algunas de los más importantes hallazgos científicos del siglo XX se produjeron cuando la gente dejó caer algo”.
Arkin deja a su esposa Suzanne, además de sus tres hijos, cuatro nietos y su bisnieto Elliott.