“Mi querida niña”: estas son las razones por las que hay que ver la nueva serie de Netflix

Este thriller que recién llegó a la plataforma se basa en una exitosa novela alemana y en seis capítulos despliega una historia atractiva y animada por grandes actuaciones.

Liebes Kind, la serie alemana que ya es furor en Netflix.
Liebes Kind, la serie alemana que ya es furor en Netflix.

Un inicio “in medias res”, esto es: sin anestesia, en medio del conflicto. Muertes, niños, un misterio y una amenaza. Difícil conseguir una combinación más acuciante para sumergirse en una miniserie que la que ofrece Mi querida niña (Liebes Kind), una producción alemana que acaba de aterrizar en Netflix y de la cual resulta difícil desprenderse hasta que no se atraviesan esos seis episodios (de 45 minutos cada uno) y cada uno de los enigmas queda resuelto.

Mi querida niña no anda a ciegas en la efectividad de su propuesta, al contrario. La historia y el modo de narrarla, que son claves para el valor de la serie, se basan en el libro homónimo de la escritora alemana Romy Hausmann, que se transformó en un verdadero éxito de ventas en 2019, hasta convertirse por un lapso en la novela germana más vendida en el mundo.

Esa popularidad llevó el libro a los ojos de la guionista Isabel Kleefeld, quien la devoró en una noche, según contó, y se animó a adaptarla para esta producción televisiva de gran factura técnica y con un cuidado uso del color, de los planos y de la música, aspecto este que tiene un ingrediente especial: está compuesta por el argentino Gustavo Santaolalla. Kleefeld, con Julian Pörksen, terminan a cargo de la dirección.

La historia de Mi querida niña comienza con el escape, que los espectadores apenas comprenden por lo confuso de la situación, de una mujer (Kim Riedle), aparentemente llamada Lena, que corre por un bosque y es atropellada. Vemos que acaba de dejar a dos niños en la casa de la que escapa: la pequeña Hannah (Naila Schuberth) y su hermanito, Jonathan (Sammy Schrein). Hannah ha abandonado el lugar y asiste a su madre en el camino cuando llegan las ambulancias y la Policía debe comenzar a armar el rompecabezas y entender qué está pasando a partir del relato de la niña del título.

Dado que la serie avanza capítulo a capítulo desenmascarando algunos misterios y, a la vez, complicando más la trama, en un atractivo trabajo de narración elíptica y fragmentaria, decir algo más podría hacernos incurrir en arruinar la trama (eso que llamamos usualmente spoiler).

Para no caer en él, sí es destacable mencionar las actuaciones de todos los actores, pero especialmente de la talentosa Schuberth, de la propia Riedle, de Julika Jenkins (actriz vista en Dark) y en un punto alto, la de Hans Löw, quien encarna a Gerd Bühling, un abrumado detectiva que lleva a cargo la investigación mientras lucha contra sus propios conflictos.

Las plataformas de streaming nos suelen dar ofertas de series de suspenso en la que muchas veces la torpeza narrativa, la propuesta de tramas francamente mediocres y el manejo poco agraciado del ritmo suelen ser materia común. Por suerte, y sin alcanzar el relieve de obra maestra, Mi pequeña niña no adolece de ninguno de esos problemas. Y tiene, en medio de toda su compleja trama, una reflexión además, acerca de cómo se coordina el mal con la belleza, el caos de la muerte y la tortura con el orden y la pulcritud. No es poca cosa.

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