Con el correr de los años, Megan Fox se ha convertido en una de las actrices más amadas y, sobre todo, codiciadas de la industria del cine. Su papel en Transformers, le valió en 2008 ser votada como la mujer más sexi del mundo.
Si bien se alejó del mejor cine del mundo por motivos personales y diferencias con directores y productores, Megan Fox nunca dejó de ser una estrella buscada para protagonizar portadas o actuar en papeles más pequeños.
En 2021 cumplió su sueño de posar sin nada de ropa. Lo hizo junto a Colson Baker (Machine Gun Kelly), su prometido,y fiel compañero de vida, para la revista GQ.
Con 37 años recientemente cumplidos, Fox sigue causando impacto con su escultural cuerpo y un rostro que se caracteriza por gruesos labios y ojos estilo felino.
Sin embargo, tal parece que la popular actriz no ve lo mismo que el resto del planeta cuando se ve al espejo. En una entrevista con Sports Illustrated confesó que ha luchado contra su propio cuerpo durante gran parte de su vida.
“Tengo dismorfia corporal. Nunca me veo como me ven los demás. Nunca hubo un momento en mi vida en el que amara mi cuerpo, nunca jamás”, aseguró, afirmando que para ella lidiar con esto es un “viaje sin fin a amarse a sí misma”.
Muestra fiel de lo que dice, es que ha pasado por decenas de operaciones. Implantes de senos, cirugía de nariz, bótox, cirugía de párpados, son algunas de las intervenciones estéticas que Megan se ha hecho, invirtiendo cerca de 60 mil dólares.
Megan Fox también confesó que no está segura a que se deba su situación, ya que el contexto religioso en el que nació nunca tuvo comentarios sobre el cuerpo.
“Nunca fui la chica hermosa de mi escuela. Quiero decir, tenía frenillos y teñí mi cabello de naranja. No era la chica popular. Siempre fui la solitaria. Creo que me había mentido a mí misma, o más bien había permitido que otras personas me mintieran”, confesó en 2011 Megan Fox, dando otra prueba de que lleva consigo este karma muchos años.