Mario Gómez, de Vilma Palma e Vampiros: “Planée esta banda para toda mi vida y se logró”

El cantante y líder de la exitosa banda rosarina anticipa el show que traerán a Mendoza y en el que sonarán “La pachanga” y todos los grandes éxitos “noventosos”.

Mario Gómez y su banda vuelven a Mendoza.
Mario Gómez y su banda vuelven a Mendoza.

Vilma Palma e Vampiros fue la banda de sonido de la década del 90, tiempos en que la banda rosarina hizo explotar todas las radios y los boliches con su éxito La pachanga. Más de 30 años después, el grupo visita una vez más Mendoza para seguir reviviendo esos momentos.

La cita será el sábado 27 de noviembre en el Auditorio Ángel Bustelo y la invitación la hace, nada menos, que Mario “Pájaro” Gómez, líder y creador de la banda, quien charló con Estilo de Los Andes.

–¿Te imaginabas esto cuando se conformó la banda, allá por los 90? ¿Pensaban que podían llegar a cumplir más de 30 años en un escenario?

–Un poco sí, porque yo que soy el burro de arranque de esta banda, el que siempre bajó la cabeza, el que empujó en la buena y en las malas. Yo lo planeé para toda mi vida y creo que se está logrando. Es una bendición inmensa lo que pasa con Vilma Palma, no hay palabras para describir lo que se vive en cada show. El fin de semana hicimos Junín de Buenos Aires, Tandil y Mar del Plata y fue realmente increíble. Es muy lindo lo que se vive.

Mario Gómez y su banda vuelven a Mendoza.
Mario Gómez y su banda vuelven a Mendoza.

–Por Mendoza pasaron varias veces…

–La primera vez vine de Identikit (N. d. R.: otra banda rosarina con miembros que ahora integran Vilma Palma). Fuimos a tocar en Mendoza con esa banda en la que yo era baterista y hacía coros. Estar en 2023 y mirar para atrás, ver todo lo que nos pasó, me hace decir que logramos algo, y que vamos a seguir.

–¿Cuántas formaciones distintas o cuántos músicos han entrado y han pasado por Vilma Palma?

–Qué sé yo, pasaron tantos... Estuvimos tres años viviendo en Los Ángeles, también vivimos en Miami… Hubo integrantes como Jota Morelli, que es el actual batero de Los Enanitos Verdes. Después hubo dos coristas negras que no hablaban español y cantaban por fonética… Pasaron Marcelo Cáceres, Pablito Correa, todos pibes de allá de Los Ángeles. La verdad que la pasamos bien, yo creo que, si nos hubiéramos quedado en Los Ángeles, a lo mejor ahora pesaría 108 kilos y estaría casado, cantando en un restaurante italiano, pero con tres pibes, siendo papá (risas). Yo en ese entonces estaba de novio y nos pegamos a la vuelta porque nos “hinchamos los huevos” de estar viviendo en pleno Hollywood. Un día nos miramos con Largo (Gerardo Pugliani, el bajista) y dijimos “chau, nos volvemos”. Fue hasta donde tuvo que ser y después volvimos. Y mirá lo que pasó.

–¿Qué extrañaban cuando estaban allá?

-Uy, (Rosario) Central, mi familia, la joda de Rosario, las minas de Rosario... porque yo tengo más noche que la luna, pero ahora yo soy un señor grande y salgo muy poquito (risas). Me volví por eso, porque extrañaba el Bar del Mar, extrañaba la cancha de Central, los boliches de Rosario, las mujeres. O sea, es difícil insertarse. El sistema gringo es espectacular, porque vos entras en ese sistema, hacés mucho, pero mucho dinero, y más siendo artista... Pero, bueno, pasó lo que tenía que pasar y no estoy arrepentido de nada. Fue una experiencia hermosa.

–Pasaron muchas cosas en esos años en el extranjero…

–Nos codeamos con mucha gente. Imaginate que, en un festival, me metieron en una limusina y me saqué una foto con Celia Cruz. Para colmo no la tengo esa foto, quisiera recuperarla, proque es una ídola total. Un día estábamos en una sala de ensayo y lo vemos al barbeta que toca con Phil Collins, que es un crack total, y ahora está tocando en Toto. Después lo vimos a Nicky Six, uno de Mötley Crüe, lo vimos por la 101, en un descapotado... Puedo escribir un libro si querés.

–¿Qué conciertos recordás como especiales?

–Me acuerdo de un show en Punta del Este, en una chacra, donde había veinte personas. Y me acuerdo del Movistar Arena, con Miguel Mateos, en marzo en Bogotá con 15 o 20 mil personas. Y, sin embargo, este fin de semana estuvimos en un casamiento cerca de Rosario y tocamos para 100 personas. Bueno, eso es Vilma Palma, nos adaptamos a lo que nos venga.

–Cuándo tocan en lugares chicos, ¿es como volver a las fuentes de la banda?

–En los boliches donde tocamos en Junín o Tandil fue como volver a las fuentes, porque me hizo acordar mucho a los shows de cuando empezábamos, en clubes donde estaba toda la gente sentada y había 300 o 400 personas y explotaba igual el lugar. Pero al poco tiempo ya tocábamos en Mar del Plata, y estaba que se caía de gente. Siempre fue raro lo que pasó con Vilma.

–Ustedes están viviendo lo de algunas pocas bandas, que se mantienen en los años, ya traspasaron varias franjas etarias y los van a ver sus fans con sus hijos…

–Yo te voy a resumir todo lo que me decís en estas pocas palabras: en el show de Tandil, estábamos tocando a full y viene un señor con una nena hermosa, con toda la cara pintada, y se pasa por la muralla y la nena nos muestra un papel con un dibujo donde estaba todo el grupo y decía “Vilma Palma, los amo”. La pibita no tenía más de 6 o 7 años, pero lo firmé y se lo di. No sabés la cara de felicidad de la nena, ¿cómo puede ser? Qué sé yo, son los papis que nos escuchan y los hijos aprenden. En toda América nos ve mucha gente de 20 o 25 años y eso es lo que pasa hoy en día con las redes sociales: todo está al alcance en la mano y están viendo el documental de los 30 años de La pachanga que está en Youtube, con el que te van descubriendo y dicen: “Che, estos son grossos en serio”. Por eso después nos van a ver en vivo y nosotros arrasamos.

–¿La canción La pachanga fue lo que cambió todo?

–Cuando nosotros empezamos hacíamos algo de cumbia, pero el quiebre total fue cuando estrenamos La pachanga y Edgardo Mancinelli (DJ rosarino) nos dijo que grabáramos el tema, que él le daba manija en su radio porque decía que era un hitazo. Ese caset se empezó a desparramar por todo Santa Fe, Rosario y llegó a Córdoba. Después saltamos a Buenos Aires de la mano Mario Pergolini.

–Contame del show en Mendoza, ¿qué traerán?

–La gente quiere escuchar los clásicos. Yo soy la antítesis de todos los artistas, porque aparte no soy rockero para nada, yo estoy en otro mundo. Van todos los hits, va uno de los temas que grabamos nuevo, que se llama Flaca y que ya está en Youtube, y los hits. El show será de una hora y media, porque después se pone bueno ya que hacemos karaoke y repetimos las canciones. La gente ama eso. Después cuando salgamos con los nuevos cortes, iremos agregando las nuevas canciones. A propósito, tenemos otro tema nuevo que también acaba de salir y se llama Un minuto con vos, pero es muy dark y no me gusta tocarlo en vivo todavía.

Vilma Palma e Vampiros en Mendoza

Día: viernes 27 de octubre. Lugar: Auditorio Ángel Bustelo (Virgen del Carmen de Cuyo 610, Ciudad). Hora: 22. Entradas: desde $7.840 por TuEntrada.

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