Este título puede encerrar, según la Academia Española, dos mensajes: o bien es el anuncio de la postergación de realización de un asunto (la ‘procrastinación’), o bien -eso nos parece más positivo- constituye un mensaje de esperanza acerca de un cambio para el futuro.
La riqueza del término ‘día’ se advierte en la multiplicidad de acepciones del vocablo tomado en forma aislada y, también, en las numerosas locuciones acuñadas a partir de él. Así, corroboramos que ‘día’ no es solo el período de veinticuatro horas, sino que también se denomina así la jornada conmemorativa de alguna festividad: “Día del trabajo”, “Día del árbol”. También, el día es la jornada que transcurre entre el amanecer y el ocaso, mientras hay luz natural: “De a poco, los días se van alargando por el fin del invierno”. En este sentido, también puede aludir al estado atmosférico: “Aprovechemos el día espectacular que hace hoy”.
Además, puede hacer alusión a la fecha del onomástico o de nacimiento de una persona: “Hoy agasajamos a tu hermano, por el ‘Día de San Pablo’, mañana a ella, por su día de cumpleaños”.
Otras veces, con el término ‘día’ se quiere mencionar una ocasión, una oportunidad: “¿Cuándo será el día en que llegue a tiempo?”; si lo ponemos en plural, puede hacer referencia a una época o a la vida de alguien: “Fueron días de bonanza para la ciudadanía” y “Acabó sus días en el extranjero”.
Cuando se quiere acotar el significado de ‘día’, se lo puede hacer con la colocación de un adjetivo o de un complemento que comience con ‘de’: ‘día de cutio’ es un día de trabajo; ‘día de entre semana’ o ‘día de diario’ es aquel que no es ni feriado ni festivo; ‘día de guardar’ o ‘día de precepto’ es, para el catolicismo, aquel en que se debe oír misa; en algunos países, ‘día de manteles largos’ es aquel en que se tienen invitados y se los trata con esplendidez; un ‘día diado’ es el elegido para realizar algo, mientras que un ‘día intercalar’ es el que se añade en febrero, en un año bisiesto.
¿Qué entendemos al usar la expresión ‘al día’? Es lo mismo que decir ‘al corriente’, esto es, “sin atraso, con exactitud”: “Siempre me ha gustado llevar mi trabajo al día”. En relación con ella, explicare
mos más abajo la locución ‘vivir al día’.
Y la locución ‘un día sí y otro no’ nos da a entender que determinada acción se lleva a cabo en días alternos: “Compraban el diario un día sí y otro no”. Por el contrario, si la acción se ejecuta en forma continua, la locución usada será ‘un día sí y otro también’.
¿Cuál es la diferencia entre las locuciones ‘un buen día’ y ‘un día es un día’? Con la primera, deseamos indicar que determinado hecho tendrá lugar imprevista o inesperadamente: “De golpe, un buen día, advertís que tus hijos ya no creen en falsas promesas”. Por su lado, la segunda es usada para indicar la excepcionalidad con que alguien se aparta de sus costumbres; así sucede en “Dale, no te quedes trabajando; vamos a festejar, has aprobado el examen: un día es un día”.
Cuando decimos de un niño que es ‘de días’, aludimos a que ha nacido hace muy poco; en cambio, la locución ‘del día’ tiene carácter adjetivo y se puede aplicar para señalar que algo es de reciente hechura: “Llévelo con confianza, es pan del día”. Pero, además, puede significar “actual, de moda o conforme al gusto o al uso predominante o corriente”: “Es el candidato del día”. Por otro lado, ‘día a día’ es una locución sustantiva, en “Vivir el día a día se hace muy difícil”; pero es locución adverbial cuando significa “de manera continuada, progresiva y reiterada”: “La situación económica va empeorando día a día”.
Si se quiere indicar que un hecho va a tener lugar difícilmente, muy tarde o nunca, usamos otra locución: ‘el día del juicio final’ o ‘el día del juicio por la tarde’: “Lo que me robaron no lo podré reponer ni el día del juicio final”. Por su parte, ‘el día menos pensado’ es locución con valor adverbial, que toma el valor de “imprevistamente, de forma inesperada”: “De golpe, el día menos pensado te pagan el retroactivo tan esperado”.
Para quienes viven de un salario fijo, en épocas de inestabilidad económica, ‘vivir al día’ constituye una locución verbal indicadora del empleo, en el gasto cotidiano, de todo lo que se gana, sin posibilidad de ahorro: “Ya se ha resignado a no guardar nada y a vivir al día”. Muy relacionada con ella, sobre todo en el área económica, es la locución ‘de día en día’, que adverbialmente señala que un hecho se verifica en forma continua, con incremento o repetición: “No se puede calcular porque, de día en día, los precios oscilan, siempre en perjuicio del consumidor”.
Si quiere indicarse que algo nunca se va a llevar a cabo, se pueden usar dos locuciones: ‘en los días de la vida’ (… de mi, tu, su vida) y, más desusada, ‘en días del mundo’: “No pienso realizar eso en los días de mi vida”. Y, en cambio, ‘en su día’ señala que algo se efectúa en el momento oportuno: “Evidentemente, le fue muy bien porque estaba en su día”.
La reflexión acerca de ‘día’ y lo inexorable del paso del tiempo se advierte en el refrán recogido por el Centro Virtual Cervantes: “El día de ayer nadie lo volverá a ver”. Además, el mismo Centro, en su Refranero, incluye “Quien tarde se levanta, todo el día trota”: este constituye una crítica al perezoso que debe esforzarse por recuperar el tiempo perdido.