Entre las escritoras nacidas o residentes en Mendoza en la primera mitad del siglo XX, hay algunas figuras muy interesantes, pero también, muy poco conocidas. Tal el caso de Luisa Marienhoff, narradora y poeta que, junto con Rosa Franco de Lestard, Blanca Dalla Torre y Mafalda Tinelli, integraron al igual que sus colegas varones el núcleo fundacional de la filial Mendoza de SADE, en 1942. De hecho, fue amiga de Alejandro Santa María Conill -entonces vicepresidente de la institución- quien le dedica un ensayo crítico: “Ubicación de Luisa Marienhoff”, hoy inhallable
Resulta difícil conseguir datos biográficos de Luisa Marienhoff y, más aún, acceder a su obra, publicada en buena parte en México. Alguna de las fuentes consultadas [”Diccionario Enciclopédico de las Artes en Mendoza Siglo XX (1900-1993)”, tomo correspondiente a las letras] sitúa su nacimiento en 1902 y en Mendoza. Sin embargo, Andrés Nicolás Novero en “Distrito El Central del Departamento General San Martín. Breve cronología de su poblamiento” (https://es.scribd.com/document/405654577/el-central), al historiar el poblamiento de la zona, propiedad del cacique Sayanca en el siglo XVIII, señala que “Las tierras que se encontraban al Este del Río Mendoza, fueron transformándose en tierras altamente productivas gracias al incipiente trabajo realizado por el Ingeniero Julio Nicolaevich Marienhoff junto a su esposa Sofía Pavlosvky de Marienhoff y un grupo de primeros pobladores quienes levantaron su residencia para transformarla en la administración central de una extensa explotación agrícola”.
El dato que nos interesa es consignado a continuación, ya que este pionero hizo venir de Rusia a su hermano Luis y su esposa Frida Don Abarbanel junto a sus hijos Wladi, María, Luisa (Liubov) y Tamara Rebeca, y los suegros de su hermano, Alejandro Don Abarbanel y Sara Catalina Zamansky (Pfaab, 2017). Pfaab, en quien se basa Novero, apunta también que, según versiones, “Marienhoff rescató de la organización mafiosa Zwi Migdal a varias mujeres y les dio tierras en su propiedad, construyéndoles casas a cada una”.
Volviendo a Luisa, en un texto publicado en México, al que ya me referiré, se la menciona como “nacionalizada argentina”, lo que avala la suposición de que había nacido efectivamente en Rusia. Sea como fuere, participó activamente en el movimiento literario mendocino, como ya se dijo: además de participar de la fundación de SADE Mendoza, colaboró en varias revistas literarias de la época, como Pámpano y publicó en Mendoza lo que consideramos su primer libro de prosas poéticas: “Constelación de inquietudes”, en 1939. También en Mendoza editó en 1945 “El amor en mi senda”, en un volumen que incluía también “Amor ancestral” de José Antonio Garfian. Se inicia asimismo como novelista con dos textos publicados por D´Accurzio: “La extraña” (1953) y “Hacia el gran sendero” (1954).
Interesada por los temas educativos, escribió “Lo vital en educación” (Mendoza: D’Accurzio; 1947). Anteriormente había editado un libro de lectura para 3° grado: “Perseverancia y trabajo”, se anuncia como de próxima aparición en La literatura argentina; Revista bibliográfica, año 1, N° 6. Buenos Aires, febrero de 1929.
El resto de los datos de que disponemos la sitúan en México, donde desarrolló una prolífica tarea intelectual, dio a conocer varias novelas, entre otras “La revolucionaria” (1959), autobiográfica en parte, publicada junto con la pieza teatral “La estrella de la abuela”, y “Magia” (1967), lo que le ha valido ser incluida en el “Diccionario de escritores mexicanos, siglo XX” de Aurora Maura Ocampo (1988).
Es autora de estudios como “Oxiacán, poeta” (México: Stylo, 1957), ensayo crítico sobre Miguel Oxiacán, a partir de una conferencia, pronunciada por su autora en la Universidad de Culiacán, Sinaloa, el 7 de mayo de 1957. Esta disertación y en posterior libro debieron de tener trascendencia en el medio mexicano, porque una de sus afirmaciones es citada, mucho más adelante, por Gabriel Chazaro Pous, periodista y escritor, en una elocución sobre Isidro Fabela (www.senado2010.gob.mx).
También en México contrajo matrimonio con el militar y político Ramón Fuentes Iturbe en 1956. Iturbe (Mazatlán, Sinaloa, 7 de noviembre de 1889 - Ciudad de México, 27 de octubre de 1970) fue un militar, revolucionario y político mexicano que participó activamente en las vicisitudes militares y políticas de su país, militando primero en la facción maderista y luego, en apoyo de Carranza. Combatió a los partidarios de Pancho Villa en Sinaloa, Jalisco y Colima. Fue gobernador de Sinaloa, pero luego debió exiliarse en Estados Unidos. Más tarde fue designado embajador en Japón y retornó a México en la década del 50.
Dado que también poseía inclinaciones poéticas, conjeturamos que fue esta afición la que lo unió a Luisa. De hecho, Juan Lizárraga, en una biografía del militar mexicano, titulada “Ramón Fuentes Iturbe; Luces y sombras de un rebelde” y publicada en Mazatlán en 2009, en la que se refiere a ella como “capitana del amor y la fraternidad universal”, señala que ambos se conocieron primero por carta, ya que intercambiaron correspondencia durante varios años, hasta contraer matrimonio en 1956. Apunta también el biógrafo que “Luisa era de la fe Ba’ha’i [una religión abrahámica monoteísta cuyos fieles siguen las enseñanzas del religioso persa Bahá'u’lláh, su profeta y fundador] y en ella instruyó a Iturbe” (2009, p. 117).
Juntos emprendieron varias empresas culturales y filantrópicas, como la fundación de “La Familia Amor”, que pronto se extendió por todo Centro y Sudamérica, e incluso Estados Unidos y Europa. Según Lizárraga, cada uno de sus miembros “se comprometía a dar amor y ayuda a sus semejantes. Se reunían cada mes en la casa del general [Iturbe] a leer sus poemas o relatos, cantar, tocar y contar a quién habían ayudado ese mes” (p. 118). Tenían además una revista trimestral editada en Uruguay.
En 1971, luego de la muerte de Iturbe, Luisa recopiló y publicó un libro con sus poemas y otros pensamientos filosóficos, titulado “Poemas”. Se trata, siempre según Lizárraga, “de una comunicación poética entre los enamorados y el más allá” (p. 119), que contiene una sección titulada “Poemas de amor”, en la que los enamorados entablan una verdadera justa poética, un tanto alambicada, que culmina con un poema de Luisa para Ramón en el decimocuarto aniversario de su boda, contestado por este.
Siempre por el mismo biógrafo, sabemos que Luisa se encontraba por entonces confinada a una silla de ruedas. Y según la fuente bibliográfica mendocina apuntada al comienzo, su deceso se produjo en 1972, pero no tenemos confirmación del dato.