A siete años de lanzar una de las canciones más escuchadas del mundo (Despacito), con decenas de premios y millones de reproducciones, Luis Fonsi se reinventa diariamente como músico, llevando siempre su bandera puertorriqueña como estandarte, y las historias de amor como motor de vida.
El cantante celebra sus 25 años de carrera con una gira que llegará a Mendoza hoy, al Auditorio Ángel Bustelo. Allí presentará los temas de su nuevo disco, El viaje, un conjunto de canciones bajo un particular concepto: cada una de ellas lleva el nombre de una ciudad diferente.
Este álbum hace honor al gran recorrido hecho por el artista a lo largo de estos años. En una charla con Estilo, a horas del show, Luis contó los altibajos de su carrera, cómo ve su camino cuando voltea la vista, y cuáles son las historias detrás de cada una de esas ciudades que menciona, entre ellas, Buenos Aires.
—Hace muchos años que no visitás Mendoza… ¿Qué es lo que más te gustó de esta provincia la última vez que estuviste y que expectativas tenés para tu regreso?
—Siempre, cuando estamos haciendo giras, pasamos por Mendoza y trato de quedarme o llegar un día antes para estar un poco más. Es una de esas paradas en la gira donde estratégicamente uno tiene que tener días libres antes o después, casi “contractualmente”. Mi empresario se ríe mucho porque él sabe que, si vamos a Mendoza, por lo menos tengo que tener un día libre; me encanta mucho. Me encanta la gente, me encanta el aire que se respira, quizás tiene que ver con el tema del vino no sé, pero cada visita, cada concierto que hemos hecho, han sido noches muy especiales y estoy seguro de que esta va a ser otra más para el libro de recuerdos. Seguramente me voy a quedar uno que otro día más por ahí y para visitar a algunos amigos que tengo y que he hecho a lo largo de estos años; tomarme algún buen vino, comer rico. Va a ser como una especie de pausa en esta gira como para llenarme de energía y seguir hacia adelante con los próximos shows que siguen. Pero estoy contento de regresar a Mendoza. a ese teatro tan bonito que ya conozco. Espero que la gente quiera quiere estar ahí, celebrando conmigo.
—Hay muchos artistas de renombre como vos, que a veces hacen giras y no eligen pasar por las provincias de los distintos países. Digamos que sólo hacen shows en la capital. ¿Cuál es el motivo detrás de tu elección de visitarnos a nosotros y a otros rincones argentinos también?
—Algunas veces se puede y otras no. Hay muchos factores para crear y hacer una gira que uno quisiera que fuese tan fácil como agarrar el calendario y decir: “Bueno, hoy voy a cantar aquí, mañana acá”, ¿me entiendes? Pero para esta gira que celebra un aniversario, que viene con un disco que se llama El viaje, donde las canciones son ciudades, era mi manera de decir “gracias” a no tan solo a las ciudades que están ahí nombra das en el disco, sino en general a los países que han sido parte de mi viaje; a esos países que me abrieron sus puertas al comienzo de mi carrera y con los que he podido ya establecer una relación bonita porque me han visto crecer. Era súper vital para mí, era súper importante decir “quiero visitar el interior”. Quiero hacer esta gira como la he hecho en varias ocasiones, ir a las provincias en donde tengo muchos recuerdos, donde he vivido cosas muy bonitas. Y desde que empezamos a diseñar la gira, pues eso siempre fue una prioridad y por suerte se dio.
—Hablando de tu nuevo disco, El viaje, ¿qué conexión hay entre esas ciudades, esas épocas que nombrás en cada canción, con tus experiencias reales?
—El tema de hacer canciones que tengan como título una ciudad nació como como un juego y de repente se convirtió en una temática. Y dije: “¡Guau! Voy a hacer un disco en el que todas las canciones sean nombres de ciudades”. Es muy loco, porque algunas personas quizás no entiendan el concepto, porque piensan que es como un homenaje a esa ciudad o es algo muy real que pasó en esa ciudad. Y en realidad no es tan literal. Yo digo que es un poco más abstracto; es simplemente que esa canción me recordó algo de esa ciudad y ese algo pudo ser una historia real o pudo ser el ritmo, como en el caso de Buenos Aires, en donde la canción es como una especie de cumbia. Obviamente que no es una cumbia tradicional, pero sí el ritmo tiene mucha influencia de la cumbia, entonces a mí me llevó directamente a la cumbia argentina y yo dije “Bueno: Argentina, Buenos Aires, vamos y ahí”. Y empecé a escribir todo el verso de una historia de despecho que no tiene nada que ver con Argentina como tal; una historia de amor que puede ocurrir en cualquier lugar del mundo, pero ahí empiezo a amarrar con letras algo que me lleva Argentina; como en el segundo verso, que dice “me paso por Recoleta” y ya ahí, pues, como que la aterrizo en ese lugar, esa historia aterriza en ese lugar.
—¿Y qué otras ciudades te despertaron cosas así?
—Por ejemplo en el caso de Río; uno piensa en Río de Janeiro, pero en realidad no dice absolutamente nada ni de Brasil ni de Río, habla de un río, literalmente y ahí lo amarre a Río. Entonces hay canciones que se unen mucho al lugar de una manera muy literal y hay otras en la que es una manera mucho más abstracta, porque son canciones que tienen pie y cabeza, son canciones que tienen historias, que nacieron de un lugar muy real y me gustó la manera de poder amarrarlos o amarrar las a las ciudades.
—¿Cuál fue la canción que más te atravesó de este álbum? Puede ser en lo emotivo, lo técnico, lo personal...
—La canción más personal y la que más me atravesó emocionalmente hablando es un tema que se llama Andalucía, que es la única canción que no es una ciudad, sino una región, y es una canción que le dedico a mi esposa. Habla un poquito de nuestra historia, entonces es muy mía; tiene nombre y apellido, tiene cosas muy muy reales, muy blanco y negro, fechas de aniversario, fechas de cuándo nacieron los niños, cosas que cuando ella la escuchó por primera vez como que automáticamente las entendió. Es como una carta de mí para ella y es algo que en realidad no había hecho antes o no tan literal, digamos. Yo he escrito, por ejemplo, un tema que se llama Llegaste tú, que hice con Juan Luis Guerra y se lo escribí a mi hija, pero es un tema de amor genérico que lo puedes aplicar a quien sea. Lo mismo, le escribí un tema a mi hijo también, pero igual son temas que no son tan literales. Andalucía sí es como muy de de mí para ella, y creo que la gente se puede identificar. Habla de del dolor que uno tiene que atravesar en la vida para encontrar el verdadero amor y de que algunas veces, cuando uno menos se lo espera, ahí llega; entonces ese es un poco el sentimiento detrás de la canción.
—Tener 25 años de carrera es mucho tiempo, un cuarto de siglo. Cuando mirás para atrás, ¿qué es lo ves?
—Veo mucho esfuerzo, mucho trabajo, veo un niño que se convirtió en hombre a través de las canciones, a través de los viajes, a través de golpes. Fueron 25 años muy positivos y muy bonitos, de verdad que, como todo en la vida, tuvieron momentos dulces y momentos agrios, pero en general son pocos de estos. Yo los recuerdo con mucho amor, con experiencias increíbles y con momentos en los que uno se tiene que pellizcar y decir: “Bueno, no puedo creer que estoy viviendo esto”. Ese juego de hacer música se ha convertido en algo real, en una profesión, en un destino, en una manera de poder expresarme; entonces así lo recuerdo. Lo veo como un viaje bien viajado, pero como que todavía falta mucho por hacer y en ningún momento siento que esto ha llegado ahora a un lugar donde tengo que cambiar mi manera de hacer las cosas o que estoy viendo ya el final del viaje. Yo creo que es simplemente un momento como para reflexionar; como para decir “guau, qué cool, qué bonito. Gracias, ¿eh?”. Vamos a seguir y así es que lo estoy viendo.
—¿Te imaginás celebrando los 30, los 40 o los 50 años de carrera?
—¿Los 50 años de carrera? Pero, bueno, vamos a ver. Yo, honestamente, estoy en una filosofía de vida que es no sobre pensar las cosas y dejarme llevar. Antes era muy meticuloso y muy planeador, analizando cada paso y adelantándome. De hecho, ahora estoy en la gira que termina en abril del año que viene y ya estoy empezando levemente a pensar en qué va a ser lo próximo. Porque nosotros vivimos planeando el año entero. Entonces ya estoy planificando mis sesiones de composición, quiero escribir con Fulano, quiero ir a tal estudio, pero no tengo ni idea de cómo va a sonar ese disco o de cómo van a hacer esas canciones. Quiero llegar ahí y ver en qué momento estoy emocionalmente, qué me pide el cuerpo, si quiero hacer un disco más movido, más romántico, más electrónico, más orgánico... no sé. Y ahora mismo no quiero sobrepensarlo, quiero dejar que el momento me lleve y vamos a ver qué va a pasar con el próximo disco y qué va a pasar en los próximos 25 años.
