Petrona es de las participantes de mayor edad en esta nueva edición de Gran Hermano y menos de 24 horas fue de lo más comentado en las redes y rompió un récord respecto a otras ediciones del reality. La tucumana de 53 años se ganó en corazón del público y ya es una de las favoritas del formato.
Las redes siguieron de cerca el ingreso de cada participante a la casa más famosa, pero solo algunos lograron captar la atención y posicionarse entre las tendencias. Una de ellas fue Pretrona, quien estudió teatro cuando era joven e hizo todo para mantener a su familia.
La jugadora está casada hace 30 años, tiene una hija de 30 años y tres nietos. Al ingresar a la casa se arrodilló para agradecerle a Dios por la posibilidad de formar parte de esta experiencia y con este gesto demostró que es una persona creyente.
En su presentación contó que es cocinera, peluquera, maquilladora y hasta enfermera. De hecho, se definió como “multitasking”. Por otro lado, comentó que le gusta hacer chistes, por lo que este sería uno de sus aportes a la dinámica del juego y de la casa. “Voy a ser pura risa”, prometió.
En redes, rápidamente su nombre se ubicó entre las tendencias, ya que una vez adentro, fue quien se dedicó a recibir a los participantes, tomó la valija de cada uno y los acompañó a sus respectivos cuartos a elegir en qué cama dormirían.
Por esta acción y por su confesión en su presentación y luego frente a sus compañeros de que es sonámbula, no faltaron los memes a pocas horas de su ingreso al juego.
Según Gastón Trezeguet, la mujer rompió un récord ya que, a pocas horas de su aparición televisiva sumó más cuentas fans que cualquier otro participante de otras ediciones.
El duro momento económico que vivió Petrona
En mayo del 2023, una publicación en Facebook de Petrona dejó en evidencia cómo siempre se la rebuscó para vivir, a tal punto que trabajó en un drugstore por un sueldo indigno que no le ayudaba ni a satisfacer las necesidades básicas.
“Hay gente que se aprovecha de la necesidad de uno. Uno trabaja no porque le sobre el tiempo, trabaja por necesidad”, expresó la mujer, preocupada por la situación que atravesaba.
“Ya que nadie hace nada, tenemos que recurrir a este medio. Hace un año que trabajo en La Barra Drugtore, comencé trabajando por $700 por ocho horas. El máximo aumento que tuvimos es de $1500, ustedes mismos saben que hoy en día eso mismo no nos alcanza ni para un plato de comida del día”, reveló.
“Lo más triste es que lamentablemente aguantamos por necesidad todo este tiempo. Hoy en día tiene trabajando solo dos empleadas: yo y una chica más, la cual es menor de edad. Los de Secretaría de Trabajo, no sé, llegaron un día para controlar eso. Pero ya no me callaré más”, cerró su duro posteo.