Un Leonardo Favio de tres metros se va a emplazar en Buenos Aires, en la calle Leonardo Favio y Corrientes porque hasta una calle cambiará su nombre para homenajear a este gran músico, director de cine y artista mendocino, en el marco del décimo aniversario de su muerte, en noviembre de este año. La obra es conocida como Favio y la musa
El responsable detrás de la obra es Eric Dawidson, quien tal vez obligado por el destino se comprometió con esta bestial tarea de darle forma a una escultura, que más allá de lo inmensa, es poesía pura. Verla es un golpe a los sentidos y a la emoción.
¿Por qué el destino? Porque el segundo nombre de Eric es Leonardo. Su mamá era fanática de Favio y este dato, al momento de nacer este proyecto es crucial. Eric creció vinculado al arte. “Mi conexión con el arte fue la pintura, el dibujo y la escultura, más que nada Mar del Plata”. Una vez que terminó la secundaria cambió las olas, el viento y el sucundum por el mar de gente de la ciudad.
Llegó a Buenos Aires decidido a estudiar efectos especiales y se fue metiendo en el mundo del cine, primero como asistente de arte hasta llegar a ser director. Con su hermano, que también estudió cine, montaron una productora y la vienen rompiendo desde hace 15 años. En el 2019 llegaron a la alfombra de los Latin Grammy con una nominación a mejor videoclip formato corto por Vivir los colores de la banda argentina Todo Aparenta Normal.
Hasta acá la escultura era más una expresión personal y casera, para Eric. Pero, por suerte para todos, no por mucho tiempo. Dicen que viajar te abre la cabeza, pero en el caso de Eric le abrió las manos. Estar frente a esculturas de reconocidos artistas en su paso por distintos destinos del mundo, “empezó a configurar como una necesidad de expresarme a través de la escultura”, reconoce Dawidson.
Y sí, la pregunta del millón es ¿por qué Leonardo Favio? Mamá, el nombre y un amor en común, el cine. Gatica fue la primera película que Eric vio de Favio y ahí sintió un clic. Después, mucho después, llegó Aniceto y ahí se terminó de construir este vínculo que con los años se convirtió en escultura.
Hacía muy poco que Favio había muerto y Eric conoció a Natalia Pelayo, la bailarina protagonista de Aniceto. El círculo empezaba a cerrarse. La esposa del artista es diseñadora industrial y ella le habló de nuevas tecnologías de escaneo e impresión. Listo. Eric empezó con el proceso de creación y como un Bernini o un Miguel Ángel moderno, cambió el cincel por la computadora.
El proceso de creación de la obra es fascinante. Hernán Piquín y Natalia Pelayo fueron convocados para ser los modelos de la obra. No podían ser otros. Los protagonistas de Aniceto además del cuerpo pusieron el alma y el recuerdo vivo de haber trabajado con Leonardo Favio. La tecnología hizo el resto.
Primero se escaneó a los bailarines en una pose casi mágica. Después vino la impresión 3D. La cara de Piquín fue reemplazada por la cara de Favio que el propio Dawidson modeló a mano. En este momento, la obra está en pleno proceso de fundición del bronce y es absolutamente hipnótico ver el material al rojo vivo volcarse sobre los moldes.
Y eso es otro aspecto genial de todo este proyecto. No es un secreto. Cada etapa, cada momento, está siendo registrado para el documental que está filmando Santiago Guidi y que se va a estrenar cuando se instale la obra, en el marco del décimo aniversario de la muerte de Favio. En el perfil de Instagram del escultor (@ericdawidson) también se ve reflejado todo este proceso creativo.
“Favio era un artista del cine y sus películas son obras de arte”, afirma Eric sobre Leonardo Favio cuya obra es parte del tesoro cultural que tenemos los argentinos. Crónica de un niño solo, Nazareno Cruz y el Lobo, El romance del Aniceto y la Francisca (del 66), Gatica. Podemos estar horas nombrando películas de Favio y otras más hablando de su música.
Conocedor del trabajo de Favio, Dawidson reconoce el carácter perfeccionista del director. Una vez que estrenaba sus películas, las reeditaba después. Eso es ser un artesano del cine y fuente de inspiración para este joven cineasta y escultor que cree en respetar los procesos creativos y los tiempos que merecen.
