Jeffrey Dahmer entró en la historia mundial de una manera triste, trágica y terrorífica. Los motes con los que se lo conoció después de que salieran a la luz sus asesinatos (17 en total) hablan por sí solos: “el monstruo”, “el carnicero” o “el caníbal de Milwaukee”, solo por mencionar algunos. Y es que Dahmer, quien falleció el 28 de noviembre de 1994, fue detenido en julio de 1991 y condenado a 900 años de prisión (lo que equivale a 15 cadenas perpetuas).
Y en el período transcurrido desde su detención y hasta su muerte -fue asesinado por un compañero de celda, también de manera brutal-, el trastornado asesino brindó escabrosos detalles sobre cada uno de los asesinatos que cometió -todas sus víctimas fueron jóvenes y adolescentes varones-, así como también de las desagradables costumbres y “rituales” que acompañaba a cada uno de sus asesinatos.
La historia del asesino serial Jeffrey Dahmer y sus conmovedores asesinatos llegaron al streaming. Y es que este miércoles, 21 de septiembre, Netflix estrenó la primera de las dos series que repasará su traumática historia y sus crímenes.
La historia real de Dahmer y sus asesinatos generaron consternación a nivel mundial a comienzos de la década del ‘90, luego de que se conocieran los detalles sobre cada uno de los episodios. Fue el propio condenado quien los brindó, primero a la Policía cuando confesó todos los hechos, y luego en distintos reportajes que “el caníbal de Milwaukee” brindó a los medios. Incluso, el padre de una de las víctimas escribió un libro sobre los asesinatos en serie.
Entre los datos más impactantes, Dahmer confesó que, luego de asesinar a todos los hombres, mantuvo relaciones sexuales con los cadáveres, que disfrutaba de guardar en lugares secretos restos óseos y de los cuerpos de las víctimas y que llegó hasta a beber sangre y comer parte del cerebro de las personas a las que asesinó.
La traumática historia del “Caníbal de Milwaukee”, el asesino serial que llegó con su historia a Netflix
“Dahmer, monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer” es el nombre de la serie estrenada en Netflix el 21 de septiembre y que cuenta con 10 episodios de menos de una hora cada uno. Es el actor Evan Peters quien da vida al monstruo, quien existió en la vida real, quien cometió todas las atrocidades que hoy se han convertido en episodios de una serie y quien se ubica entre los asesinos seriales más terribles de la historia.
“Por más de una década, 17 adolescentes y jóvenes fueron asesinados por el criminal convicto Jeffrey Dahmer. ¿Cómo evitó ser capturado durante tanto tiempo?”, describe la sinopsis oficial de “Dahmer, monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer” en Netflix.
A lo largo de la serie se repasa la historia de este trastornado hombre que nació el 21 de mayo de 1960 en Milwaukee, Estados Unidos, la ciudad que le da origen a la segunda parte de su apodo.
Criado en un hogar en el que sus padres discutían y se peleaban constantemente cuando él era apenas un niño, el “caníbal de Milwaukee “se encerró en sí mismo puertas adentro de su hogar. Pero afuera era un “niño común”, con amigos y una vida normal. Siendo un niño descubrió un sádico placer: abrir a los animales e inspeccionar sus vísceras y el interior. Lo hizo durante una clase escolar.
Esta desagradable pasión trascendió las puertas y paredes del laboratorio de la escuela, y repentinamente Dahmer se vio cazando animales de la zona -como, por ejemplo, perros-, abriéndolos y extrayendo sus huesos para guardarlos e, incluso, reconstruir los esqueletos.
El día en que dejó de matar animales, pero empezó a matar personas
Con 18 años y en plena etapa introspectiva, Dahmer (cuyos crímenes y asesinatos en serie se incluyen en la nueva serie de Netflix) se dio cuenta de que era homosexual, aunque al principio intentó tapar estos sentimientos. Y lo hizo de la manera más sangrienta posible: a esa edad comenzó a asesinar a los hombres, previo seducirlos en algún bar, llevarlos a su casa y drogarlos. Incluso, llegó a mantener relaciones sexuales con los cuerpos sin vida de los hombres a quienes había asesinado minutos antes.
Steve Hicks fue la primera de las víctimas y quien asesinó en 1978. A él le siguieron otros 16 jóvenes y adolescente en los 13 años posteriores. Hasta que el 22 de julio de 1991 fue detenido por la policía y, viéndose a sí mismo cercado, confesó con lujo de detalles sus aberrantes crímenes.
En todos los casos, Dahmer descuartizó a sus víctimas, guardó alguna parte de su cuerpo en su casa y hasta se masturbó sobre los cuerpos sin vida.
Una detención “accidental”
Más allá de lo terrorífico de los asesinatos, Dahmer tenía en claro qué tipo de hombres escoger para sus asesinatos en serie. Sin importar si compartían su gusto por personas del mismo sexo, el “caníbal de Milwaukee” conocía a sus víctimas en bares -aunque al primero lo conoció haciendo dedo-, lo llevaba a su casa y tras asesinarlos y preservar una parte de su cuerpo, se encargaba de disolver los restos del cadáver con ácido y deshacerse del resto.
Nunca ninguno de los familiares de las víctimas se preocupó demasiado en activar una minuciosa búsqueda de los hombres desparecidos, al menos durante los 13 años en que se extendieron los asesinatos de Dahmer.
En más de una oportunidad la Policía estuvo cerca de descubrir los crímenes, pero la propia inoperancia le jugó a favor al asesino. Quizás la más llamativa de todas fue la ocasión en que Dahmer tomó cautivo a un niño, le perforó la cabeza con un taladro hasta llegar a la altura del hueso y colocó ácido en la cavidad.
Totalmente despreocupado, luego de cometer esta atrocidad y dejar encerrado en su casa al adolescente a quien había tomado como prisionero y le había perforado la cabeza, el asesino se fue a un bar. Cuando regreso al hogar, encontró a su víctima con vida, sentada en la vereda y totalmente desorientada. Un vecino llamó a la Policía para dar aviso de esta situación, por lo que cuando Jeff Dahmer regresó, se encontró con su víctima en la vía pública, mientras que a los minutos llegaron los efectivos policiales.
Sin perder la calma, el perverso asesino les dijo a los policías que en chico estaba borracho -indicó que se había cruzado con él estando ya en ese estado- y que lo estaba cuidándolo hasta que se le pasara la ebriedad. Como si se tratara de un chiste de pésimo gusto, luego de esta explicación los propios uniformados ayudaron a Dahmer a subir al chico a su habitación, la misma de la que la víctima había escapado por un descuido del “caníbal” y que era algo que la Policía no sabía.
En 1991, 13 años después del primero de sus 17 asesinatos, Dahmer fue detenido por la fuerza policial. No fue el destacable accionar de la Policía precisamente lo que derivó en la detención y posterior condena, sino que fue el hecho de que otro hombre a quien mantenía cautivo -y quien se disponía a ser la víctima 18- logró escaparse y dar aviso a las autoridades.
El nombre de quien permitió destapar todos los asesinatos es Tracy Edwards, un joven que -como pudo- escapó del departamento de Dahmer y se dirigió a una oficina policial. Con esta denuncia, los efectivos llegaron al domicilio de Dahmer y allí encontraron pruebas irrefutables, como -por ejemplo- partes de cuerpos y fotografías de cadáveres.
La muerte del asesino
Tras ser condenado por un jurado popular a 900 años de prisión, el 28 de noviembre de 1994 Jeffrey Dahmer fue asesinado por un compañero de la prisión en la que cumplía su condena. Christopher Scarver fue quien mató al asesino, y el episodio fue digno de los aberrantes asesinatos que el “caníbal de Milwaukee” cometió en su vida. Scarver, quien tenía esquizofrenia, le dio un golpe a Dahmer en la cabeza con una barra de pesas para hacer ejercicio, lo que le causó la muerte en el acto.