De un lado, una sucesión hipnótica de notas que suben y bajan o que, en una repetición constante, se tienden como un tapiz de fondo al éxtasis melódico: “Mishima” es la épica de Philip Glass en su máxima expresión. Del otro, un torrente de cuerdas que avasalla entre sintetizadores y un violín solista que se eleva con un vibrato desesperado, que es ese crudo invierno que forma parte de “Las cuatro estaciones” de Vivaldi, pero reimaginadas por Max Richter en 2012.
Ya sea Glass, gurú de la música minimalista, o Richter, en su empeño posmoderno de combinar (y trascender) estilos, es poco usual que piezas contemporáneas lleguen a las temporadas de las orquestas provinciales. Por eso el concierto de esta noche provoca una algarabía entre los melómanos. Será a las 20.30 en la Nave Universitaria (entradas en Entradaweb.com.ar, con entrada promocional para jubilados).
El concierto tendrá la participación de la Sinfónica, con David De Mata en sintetizadores, Alexandre Alventosa en timbales y la dirección musical de Lucas Altamore, en calidad también de violín solista, en unas piezas que permiten que vuele alto.
El show contará también con un cuidado diseño lumínico, que acompañará las “acciones” musicales y el desarrollo electrónico (especialmente en “Hero’s Journey” de Jarryd Elias, para percusión y luces sincronizadas). Sumará así más condimentos de interés en un espectáculo que ya brilla por su propia singularidad.
